domingo, 28 de noviembre de 2010

MARGARITO RAMIREZ MIRANDA






Una de las corrientes más polémicas por su relación con los otros grupos políticos del Estado y por la fuerza política que ejerció durante el siglo pasado, fue la de Margarito Ramírez. En su entorno se crearon y desarrollaron liderazgos que influyeron prácticamente durante todo el siglo veinte. Ejercieron el control de la Universidad de Guadalajara e importantes espacios dentro del PRI como un distrito para diputado federal en Guadalajara, un distrito para diputado local en la zona de Atotonilco y varios municipios donde imponían autoridades. También mantenían una secretaría en el Comité Directivo Estatal, participando en igualdad de condiciones con los organismos obreros, campesino y popular del corporativismo de ese partido político.



En Jalisco se interpreta el gobierno de Ramírez Miranda como la antítesis de Guadalupe Zuno, quienes vivieron enfrentados con sus familias durante prácticamente todo el siglo, que se disputaron los espacios de poder. De entre ellos destacan los conflictos de la década de los cincuenta y la lucha de finales de los sesenta por el control estudiantil. Con la otra corriente que mantuvo conflictos fue con la de José de Jesús González Gallo, quien también le disputó el control de la Universidad a través de su hijo Jesús González Cortázar. Esta confrontación tuvo tintes de carácter ideológico por el carácter conservador con que se caracterizó a la corriente de González Gallo.



Todas las luchas que se desarrollaron en el terreno estudiantil fueron acompañadas de violencia pandilleril, hasta el último enfrentamiento con el Frente Estudiantil Revolucionario, conocido como FER y que se le atribuía a la familia de Guadalupe Zuno, a raíz de la candidatura de Luis Echevería a la Presidencia de la República. Sin embargo este movimiento fue enfrentado además de la Federación de Estudiantes de Guadalajara o FEG, por los órganos policiacos del Estado, en ese momento gobernado por Francisco Medina Ascencio y el apoyo del Secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, a través de su hijo Javier García Paniagua. Las consecuencias de esos eventos se manifestaron en la radicalización del movimiento estudiantil rebelde, yendo a fortalecer los movimientos guerrilleros urbanos, que arrastraron una secuela de violencia durante los siguientes años, hasta que el gobierno de López Portillo acabó con los grupos armados mediante mecanismos paramilitares.



Gobernó el Estado Ramírez Miranda del 23 de abril de 1927 al 7 de agosto de 1929. La voz popular afirma que quien lo escogió para gobernar el Estado fue Alvaro Obregón, que de esa manera le pagó el favor de salvarle la vida. Posteriormente fue designado gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo, desde donde se afirmaba acrecentó su poder económico.



De sus dos hijos quien destacó fue Carlos Ramírez quien se apoderó del órgano estudiantil de la Universidad para sustituir el Frente Estudiantil Socialista de Occidente, conocido como FESO, en los inicios de la década de los cincuenta. Las condiciones en que se desarrolló su liderazgo son características del mundo postrevolucionario con el uso de la fuerza, incluida la violencia, mecanismos mediante los cuales se decidían las disputas políticas.



Una de las actitudes que se le reconoce a Carlos Ramírez es que desde su condición de factor de poder, mantuvo el criterio de que quien dirigiera la institución, esto es el rectorado, debiera ser alguien con reconocimiento académico y no por su carácter de líder estudiantil, como sucedió a partir de su desaparición física.



La vida interna de la propia organización estudiantil no fue armoniosa ni tersa, se sucedieron casos en que los conflictos internos rebasaron el liderazgo de Ramírez Ládewig, como fue el caso de José Luis Lamadrid Souza, quien fue vicepresidente de la FEG y se convirtió en diputado federal obteniendo el cobijo de Jesús Reyes Heroles. Mantuvo Lamadrid un distanciamiento de más de veinte años, resuelto en 1973 en la Convención del PRI para declarar candidato a Presidente de Guadalajara a Juan Delgado Navarro. Un hecho que generó fuerte tensión fue la intervención del grupo paramilitar de origen en la FEG, protegido e impulsado por Federico Amaya Comandante de la Quinceava Zona Militar, que le disputó a Carlos Ramírez el control estudiantil en la década de los setenta.



El poder que obtuvo Ramírez Ladewig a través del control estudiantil de la Universidad de Guadalajara, fue considerado como el de un Estado dentro del Estado. Su liderazgo fue una combinación del ejercicio de la fuerza con la creación de una corriente facciosa. De sus filas salieron conocidos delincuentes que se ligaron al crimen organizado y al negocio de las drogas.



Sin embargo cuando tuvo la oportunidad de desarrollar y ejercer su faceta conciliadora y de trato personal fue reconocido por los sectores sociales de Jalisco. Dicha cualidad la mostró como delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social que aprovechando la estructura de dicha institución, esto es que el Consejo de Administración lo componen líderes obreros y patronales, se dedico a cultivarlos, escuchando y atendiendo sus propuestas, logrando un acercamiento con ellos sin paralelo en la historia jalisciense. Para los miembros de su círculo cercano ese liderazgo social le costó la vida, al ponerlo en la antesala de la candidatura al Gobierno del Estado, lo que no fue del agrado del Presidente Echeverría quien según su decir ordenó su muerte.



Con la desaparición de Carlos Ramírez en 1975, asumió el liderazgo del grupo su hermano Alvaro, mismo que no logró mantenerlo y que acabó por entregar a los descendientes de Raúl Padilla Gutiérrez, quién había sido seguidor de Natalio Vázquez Pallares en el FESO y funcionario del gobierno de Juan Gil Preciado.





sábado, 20 de noviembre de 2010

PERDIDA DE IDENTIDAD



Una pérdida constante y fatal es la que sufre el diseño tradicional de las poblaciones, que fueron construidas bajo el concepto español que nos heredaron los colonizadores. Sin tener conciencia del valor estético y de la técnica de la construcción colonial, hemos ido destruyendo aquello que debiera ser invaluable para nosotros, herencia y cultura recibida de siglos de experiencia de latinos, griegos, israelís, cartagineses, persas, asirios, árabes y de todas las culturas que se manifiestan en viviendas, templos y edificios públicos.



Las causas de la pérdida las podemos encontrar en distintos orígenes, predominantemente en la influencia norteamericana que salvo valiosas excepciones, por no tener una cultura ancestral se toma la libertad de crear conceptos arbitrarios sin valor histórico o estético. El otro caso lo genera la industrialización de materiales de construcción que sustituyen los tradicionales, que se producían o labraban para el consumo y de calidad artesanal, como el adobe y la madera y que ahora son sustituidos por ladrillo, tabique de cemento y vigas de acero.



Es conocido que en las primeras décadas del siglo veinte un español que residía en las cercanías de la ciudad de Los Angeles, sintió nostalgia por su país y se propuso construir un hotel con las características del Mediterráneo. Así surgió una construcción típica de teja de techo rojo, misma que gustó a los residentes de la zona, convirtiéndose en moda. A partir de ese momento todo mundo se aplicó en construir grandes fincas con techos rojos y que al carecerse de los materiales propios de España se vieron en la necesidad de improvisar, para lo que se diseñó un ladrillo especial que cumplía aparentemente con las características estéticas de la teja, esto es un material rojo con el que cubrían el techo exterior de las construcciones, así se logró el propósito visual, aun cuando se sacrificó la autenticidad.



Grandes personajes sobre todo del mundo de Hollywood construyeron de esa manera sus mansiones. Como consecuencia surgió un tipo arquitectónico al que llamaron californiano, tomando como referente el Estado norteamericano donde había sido creado. El mencionado concepto nunca fue considerado por los arquitectos y urbanistas como un modelo estético, considerándolo un falso arte o una simulación de la auténtica arquitectura española y como consecuencia del arte colonial americano.



La cercanía con el país norteamericano, la constante migración de mexicanos, pero sobre todo la falta de conocimiento de nuestra cultura, generó admiración por ese tipo de construcción y fatalmente quienes fueron impresionados por el estilo de vida norteamericano, lo adoptaron para implantarlo en sus lugares de origen, lo que nos ha llevado a la aberración de sustituir la construcción de valor mediterráneo original, por la copia.



La consecuencia ha sido la pérdida de la riqueza arquitectónica, al destruirse paulatinamente las fincas, ante la indiferencia de los gobiernos por preservar nuestra cultura, lo que permite continuar por el camino viciado, eso sin considerar que en muchos casos son las propias autoridades quienes destruyen obra valiosa en un falso afán modernizador.



En la segunda mitad de la década de los setentas siendo gobernador del Estado Flavio Romero de Velazco, su secretario de gobierno Alfonso de Alba Martín convenció al presidente municipal de Tapalpa, el profesor Rafael Cordova de que emitiera el Ayuntamiento un reglamento que normara la construcción y los anuncios comerciales que afectaban la imagen. En el reglamento se establecía que si se construía de material se debía respetar la fisonomía original de la población, construyéndose a dos aguas y con teja sobrepuesta al material del techo. A los anuncios solamente se les permitía que fueran de hierro forjado y madera. El resultado se aprecia sin esfuerzo, Tapalpa es una de las poblaciones del Estado que mantiene las características tradicionales nuestras.



Por otro lado la falta de conocimiento y capacidad de quienes han ejercido la función pública no les ha permitido entender la pérdida cultural e histórica de las comunidades locales, acentuando el proceso de despersonalización. A la fecha no existe una política que permita no solamente restaurar nuestro patrimonio arquitectónico, sino cuando menos frenar la constante destrucción de obra valiosa en las poblaciones del Estado.



Lo más lamentable es que no solamente se daña a las fincas de patrimonio arquitectónico y que su pérdida nos afecta aunque no lo apreciemos, sino que tampoco se cuida de las joyas comunales, como iglesias y panteones. Con el afán de proteger la identidad histórica debieran diseñarse políticas que protejan los elementos urbanos culturales, es de elemental urgencia que la administración pública se avoque a la recuperación y cuidado de nuestro patrimonio, obligando si es el caso al gobierno federal a destinar mayores recursos y atención para prevenir la destrucción gradual que sufren los monumentos coloniales.



Se deben generar criterios públicos con la asesoría de conocedores y especialistas que permitan recuperar lo perdido, en lo posible y frenar la destrucción permanente, generando una nueva cultura a partir de la conciencia de la población de lo valioso de su obra urbana, a la par que se promulga la legislación necesaria para proteger el patrimonio arquitectónico y visual. Se debe cuidar la vivienda construida bajo el concepto patriarcal así como el edificio comunal o público. No se puede permanecer en la ignorancia en tanto nos quedamos sin identidad, por desconocimiento de la sociedad y torpeza de quienes ejercen la función pública.





sábado, 13 de noviembre de 2010

GUSTAV MAHLER





Fue uno de los grandes músicos de finales del siglo diecinueve y principios del veinte. De alguna manera continuó con la tradición iniciada por Federico Nietzsche quien dedicó su obra “El origen de la Tragedia” a Wagner, a quien conoció en Leipzig, en 1867. Fue en ese paralelismo que Mahler mantuvo relación con el escritor y Premio Nobel de Literatura de 1929 Thomas Mann, con quien intercambiaba opiniones musicales y literarias.



Para los estudiosos del músico, es tanta la cercanía e influencia de Mann, también judío, que para el realizador de cine Luchino Visconti fue irresistible no fusionar la obra del escritor “La Muerte en Venecia” con la vida del músico. En el filme, basado en la novela e interpretado por Dirk Bogarde, no solamente se utilizan elementos de la vida de Mahler, sino que además la música de la película está tomada de su obra. La parte final, en que se describe la muerte del protagonista, tiene como fondo el Adagio de la Quinta Sinfonía, una de las obras más intensas que se hayan escrito y que se desarrolla en estrujantes once minutos y trece segundos.



Es en los movimientos lentos del Adagio donde se manifiesta la tensa angustia que a través del hiriente sonido, es interpretado por reputados directores del mundo musical como Leonard Bernstein. El Adagio está ubicado en el cuarto movimiento y es interpretado solamente con arpa y cuerdas, sus líneas melódicas tienen tal cualidad que al decir de los melómanos “quebranta el corazón”. Se interpreta algunas veces como una sola pieza y una de las interpretaciones más hondas es la realizada por Herbert Von Karajan con la Orquesta Filarmónica de Berlín.



Nacido Mahler en Kalisté, Moravia en 1860, muere en Viena en 1911. Sus orígenes fueron marcados por el doble estigma del exilio y la violencia familiar. Esos eventos determinaron el carácter y contenido de su obra y lo convierten en uno de los más grandes músicos sinfónicos de la historia y también en uno de los artistas más neuróticos. Su obra se caracteriza por la intensidad que le imprime, a la vez que exprime las emociones más allá de cualquier límite.



Trabaja sucesivamente en Hall, Ljubljana, Cassel y Olomuc donde hace un brillante montaje de Carmen en 1883, sentando las bases de su dedicación a la dirección orquestal, lo que lo llevará años más tarde a ser considerado uno de los mejores del mundo. Inició su actividad como director musical en Leipzig en 1885. Dos años más tarde ya es director de la Opera de Budapest, a la que reorganiza completamente. De ella pasa a la de Hamburgo, en donde permanecerá seis años (1891-1897), ahí es donde recibe como director adjunto al joven Bruno Walter, quien se encargará en el futuro de aportar los más autorizados testimonios sobre la capacidad excepcional de Mahler. A su decir, en Don Giovanni de Mozart, Fidelio de Beethoven, o en Die Walkure, de Wagner, creo tradición al ser un modelo insuperable de interpretación musical.



Habiendo elegido Viena como su definitiva patria adoptiva, escribió en una carta: “Soy tres veces apátrida. Como nativo de Bohemia en Austria; como austríaco, en Alemania; como judío, en el mundo entero. Un intruso en todas partes, y que en ninguna es deseado”. Ahí se puede encontrar, sin mucho esfuerzo, una de las raíces de la tensión que imprime a su obra y que sacude a quienes lo escuchan.



A partir de 1907 Mahler se pasa largas temporadas en los Estados Unidos, donde las principales orquestas se disputan sus servicios como director, pero todas las primaveras regresa a Europa, donde tiene citas puntuales con sus fieles auditorios de Viena, Praga, Amsterdam, París y Roma.



Además de música, Mahler estudió filosofía e historia en la Universidad de la capital austriaca. Pertenece a los miembros de la corriente llamada del Expresionismo, escuela de orígenes germánicos, que muestra un mundo torturado, doliente y en algunas facetas sórdido. Estos artistas eran hijos de una época de cambios drásticos, de guerras y dolor. Herederos de la teoría psicoanalítica de Freud, tuvieron un interés especial en indagar en las oscuras interioridades del hombre.



Como compositor sinfónico su primera obra la compuso en Leipzig en 1886, después de reconstruirla la llamó Titán. La segunda la escribió en Hamburgo e inmediatamente después compone Canciones Para la Muerte de los Niños y La Canción de la Tierra en Viena. El decenio que Mahler pasa como director artístico de la Opera de Viena (1897-1907) es el de la culminación de su carrera, en el que alcanza su mejor período de expresividad creativa. De estos años son sus principales obras maestras. Por esas fechas también se casa con Alma Schindler, (quien no soportará su neurosis y acabará por dejarlo), con la que tendrá dos hijas, María y Anna, la mayor de las cuales morirá de difteria en 1907.



Su vehemente arte manifiesta una obsesiva fascinación por la melancolía y la muerte. Lleva el lirismo del arte musical al borde de romper el control emocional de sus oyentes. Un año antes de morir, en 1911, presenta ante personajes como Bruno Walter, Richard Strauss, Arnold Schomberg y Thomas Mann su octava sinfonía. Sin embargo, a pesar de su genio y capacidad creadora, no fue ajeno a la crítica amarga, lo que lo deprimía sobremanera.


domingo, 7 de noviembre de 2010

EL GOBIERNO DE GUADALUPE ZUNO



A partir de la Revolución y como consecuencia de ella, se generaron nuevos liderazgos con acentuados rasgos de caudillismo en la mayoría de los casos. Al principio fueron personajes ligados a los protagonistas del movimiento revolucionario, que reproducían en gran medida las actitudes de sus promotores. Posteriormente y a consecuencia de la inercia de quienes se fueron apoderando de los instrumentos de decisión, fundamentalmente a través del partido dominante, se generaron nuevos grupos políticos mismos que surgían del entorno de los gobernadores, en algunos casos sus amigos, en otros sus familiares y en la mayoría de ambos.



Para entender la lógica de la política del siglo veinte es necesario buscar los referentes en dichos grupos. El mecanismo mediante el cual operaba la representación popular y se ejercía la función pública no podrá entenderse sin la intervención de las facciones, que actuaban a la sombra del Poder Ejecutivo. Así mismo para localizar los grupos y los personajes que influyeron en la vida del Estado, es necesaria la revisión de los gobiernos herederos de la Revolución y nacidos del Partido de Estado.



José Guadalupe Zuno Hernández es el primer gobernador que trasciende su ejercicio, gobernó de marzo de 1923 a marzo de 1926 y se distinguió por su posición de izquierda. Entre otras acciones importantes creó la nueva etapa de la Universidad de Guadalajara en 1925, realizó el Parque Zoológico de El Agua Azul y terminó las obras de entubamiento del río de San Juan de Dios. Silvano Barba González fue el secretario de gobierno que lo acompañó en los eventos de relevancia histórica. Fue también Zuno Presidente Municipal de Guadalajara en 1922 y tuvo como secretario y síndico a Juan Aviña López.



La participación de personajes cercanos a él en la vida pública del estado se mantuvo durante casi todo el siglo. Sus hijos especialmente José Guadalupe, se distinguieron en acciones políticas de izquierda, destacaron en el liderazgo de la Universidad, incluso le disputaron el control estudiantil a la corriente de Margarito Ramírez en la década de los cincuenta. En 1959 José Guadalupe participó en el movimiento ferrocarrilero que dirigieron Demetrio Vallejo y Valentín Campa y que fue reprimido con ferocidad por el régimen de Adolfo López Mateos, lo que lo mantuvo preso durante un considerable periodo en el tristemente célebre reclusorio Palacio de Lecumberri.



Otro personaje cercano a Guadalupe Zuno fue su primo hermano Constancio Hernández Alvirde, quien fue regidor de Guadalajara y rector de la Universidad en la década de los treinta. La circunstancia que fortaleció mayormente a la corriente, fue el matrimonio de su hija María Ester con Luis Echeverría Álvarez, presidente del país a partir de 1970.



La violencia no fue ajena a los personajes de la familia que estuvieron envueltos en distintos hechos que derivaron en procesos judiciales, Rubén fue señalado por homicidio en la muerte de agentes locales de la Policía Judicial, de complicidad en el asesinato de agentes de la DEA y de actos delictivos ligados al crimen organizado, siendo sentenciado en el Estado de California de los Estados Unidos de Norteamérica.



A través de la Logia Masónica, Zuno ejerció influencia en muchos jóvenes y promovió la creación de las Juventudes Juaristas, uno de los organismos de que se alimentó el movimiento estudiantil conocido como Frente Estudiantil Revolucionario o FER y aun la Liga 23 de Septiembre. Fue conocida asimismo su simpatía por los movimientos llamados progresistas. Los activistas locales del movimiento estudiantil del sesenta y ocho y la corriente que disputó el control estudiantil a partir de 1969 a quienes lo ejercían en la Universidad de Guadalajara, sistemáticamente utilizaron su nombre. Su hijo Andrés fue una de las cabezas del FER, hasta que fue retirado del Estado de Jalisco por su familia, por los riesgos que implicaba la confrontación estudiantil.



Guadalupe Zuno participaba en el Sector Popular del PRI, donde fungió casi hasta el final de sus días como líder de la Liga Municipal de Profesionistas de Guadalajara. Además durante muchos años fue profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, donde hizo sentir su pensamiento de izquierda junto con otros grandes profesores de su generación, la mayoría ligados al Frente Estudiantil Socialista de Occidente, mejor conocido como FESO. Fue asimismo uno de los maestros reconocidos de la Facultad de Filosofía y Letras de la propia Universidad. Perteneció además a El Centro Bohemio integrado por conocidos intelectuales y artistas del Estado, como Juan Ixca Farías, José Cornejo Franco, Enrique Díaz de León y Silvano Barba González. A través del centro Bohemio establecieron relación con intelectuales del país y del mundo. Era Zuno un pensador y artista polifacético, literato, dibujante y pintor fueron algunas de las facetas que ejerció y a través de las cuales influyó de forma intensa en varias generaciones de jaliscienses.





Se distinguió la corriente política de José Guadalupe Zuno por la pasión que le entregaba a sus acciones. Su actitud vivencial despertaba apoyo incondicional en sus seguidores y fuerte rechazo en sus antagonistas. Hasta el final de sus días el exgobernador despertó reacciones a su favor y en contra. Lo que es indudable es que dejó una huella firme en la historia local y que no se puede concebir el Estado de Jalisco sin su legado y su sello personal, característicos de su concepción de liderazgo y del que a la fecha se percibe su presencia. Aun participan activamente en la política jalisciense personajes que se formaron a su sombra, como es el caso del Diputado Local Roberto Marrufo Torres, quien siendo muy joven fungió como su secretario particular.

domingo, 31 de octubre de 2010

LA ESTRUCTURA INFORMAL DE LA FIL






Para los lectores participar de una feria del libro es como asistir al paraíso; encontrar ahí las editoriales y las ediciones que es difícil localizar en los lugares habituales de venta, es un verdadero agasajo. Encontrarse, además, frente a frente a los grandes personajes de la literatura o escucharlos en sus disertaciones, es algo que no se puede despreciar fácilmente.



Sin embargo, es difícil imaginarnos la manipulación comercial que existe atrás de la venta de un libro; no es fácil entender como un objeto de cultura se convierte en un instrumento de consumo. Por otro lado, es de sentido común que el nivel de cultura de una sociedad se mida por el número de libros que lee. Así, el mercado de los libros se beneficia de una sociedad culta; sin embargo no asume como obligación mejorar la calidad cultural de dicha comunidad, sino únicamente satisfacer las necesidades del segmento social.



A pesar de cualquier criterio, el mercado debe darse y desarrollarse dentro de ciertos parámetros de honestidad. Cuando se utilizan recursos públicos para mejorar la vida cultural y educativa, la aplicación presupuestal es honesta; cuando se desvían los recursos para mejorar las ventas y apoyar a los comerciantes estamos ante un desvío de los recursos, entre otras razones porque se está afectando la lógica del mercado; cuando menos eso nos dicen los defensores de las leyes de la oferta y la demanda.



La Feria Internacional del Libro, patrocinada desde hace dos décadas por la Universidad de Guadalajara, puede servir de referente; convertida en un éxito comercial a través del manejo de medios y en el que los autores siguen el guión que les dictan sus casas editoras. Aunque muchas de las veces reciben un trato indigno al ser obligados a adoptar poses y expresar declaraciones como si se tratara de actores de telenovela.



El referente más claro de la estructura de intereses que opera tras bambalinas --y que se puede apreciar, incluso, por su influencia y cercanía con quien dirige la Feria Internacional del Libro--, es el GRUPO PRISA, empresa española que abarca diferentes ramas de los negocios, destacadamente la editorial. A este grupo pertenecen las editoriales Alfaguara y Santillana; además edita el influyente periódico español “El País”. Ligada al periódico y las editoriales se creó la Cátedra de Estudios Latinoamericanos, cuyo comité lo integran Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Felipe González.



La familia Polanco propietaria de GRUPO PRISA, participó abiertamente con el Partido Socialista Obrero Español en su llegada al poder, de ahí la cercanía e identificación con personajes como Felipe González y los miembros de su partido que han obtenido y ejercido el poder en España, llevándola a la modernidad democrática y a la consolidación económica con su entrada a la Comunidad Europea.



Por su parte, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes han sido el soporte para sostener y consolidar la Feria Internacional del Libro, que año con año se desarrolla en Guadalajara, con beneficios comerciales óptimos para dicho grupo económico. Entre los mejores beneficios se localiza la legitimación de Editorial Santillana que tiene un excelente mercado en la venta del libro oficial para las escuelas del país.



En lo que se refiere a negocios ajenos a los libros, el grupo controla un sector importante de medios de comunicación como las radiodifusoras, a través de las que manipula ante el mundo oficial para incrementar sus negocios. El caso de Carmen Aristegui, que no se ajustó a sus políticas mercantiles y acomodaticias, es paradigmático, habiéndola obligado a retirarse de la empresa por su conducta digna e independiente de periodista ante el Gobierno Federal.



Es una paradoja que un grupo que participó en su país de los difíciles procesos de democratización y que impulsó, a través del PSOE, políticas que mejoraron el nivel económico de la sociedad española, venga a este país con un afán inescrupuloso y depredador, apoyándose en personajes que debieran luchar por la dignidad y el bienestar de los mexicanos; fortaleciendo, a su vez, al cuestionado grupo que se apoderó de la estructura de la Universidad y que ha hecho de dicha institución una fuente inagotable de recursos para el patrimonio personal de sus integrantes.



Fue evidente el nerviosismo del grupo económico con el debilitamiento de Raúl Padilla, con las críticas de los medios por su conducta inmoral en la administración universitaria y sobre todo con la confrontación con el Rector Carlos Briseño. El propio periódico El País intervino en apoyo del grupo universitario a través de editoriales, en que elogiaba a la Universidad y a la Feria Internacional del Libro.



En el caso de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, es difícil entender dichas actitudes egoístas, que hacen olvidar --incluso a personas de su nivel intelectual-- que se deben a un sector social que las ha mantenido en el pedestal al leer sus obras. Es posible que ese sea el mayor daño, al generar con su actitud la pérdida de confianza de quienes creen que quienes escriben los libros, tienen esa cualidad de héroes que los hace mejores que el común de los humanos.



Tampoco se debe dejar de lado la actitud y conducta de los personajes que disponen del dinero público de forma inescrupulosa y lo invierten en fines no claros ni honestos. Si los dineros están destinados para la educación superior, y se invierten en promociones de empresas que ya de por si obtienen ganancias estratosféricas en mercados controlados como el de la educación, es sin lugar a dudas una inmoralidad.



La falta de claridad en la aplicación de los recursos lleva necesariamente a suponer un mal uso de ellos, además de desvirtuar la función universitaria y deteriorar la imagen de una institución que no lo merece. La Feria Internacional del Libro debiera ser eso, una feria en la que la participación de las empresas editoriales se diera sin paternalismos presupuestales. En la que los lectores disfrutásemos de ella sin pensar y tener la sensación de que participamos de un gran fraude, en el que el gran perdedor es el ciudadano jalisciense que sacrifica la educación universitaria en beneficio del boato y el negocio de unos cuantos.







domingo, 24 de octubre de 2010

LA FERIA DEL LIBRO






La Feria del Libro fue creada deliberadamente como soporte de la estructura que sostiene dentro de los círculos de poder y en la opinión pública a los dirigentes de la Universidad de Guadalajara. Su diseño fue un andamiaje comercial y de intereses del mundo editorial, cubierto por la escenografía de los libros.



Bajo la sutil conducción de importantes personajes del mundo de la literatura, se creó un complejo entramado en el que se involucraron editoriales, artistas y escritores, que bajo la seducción del mundo de la cultura, fueron pasando al activo de los intereses del grupo.



Se trata de una Feria que reúne a las editoriales de habla hispana y que se apoyan en la promoción comercial para vender sus productos. Todo bajo el concepto básico del consumo, logrando de esta manera construir un atractivo espacio mercantil, aunque no queda claro como se enriquece el espíritu con esas prácticas.



Además de utilizar la Feria para vestir al grupo que administra a la Universidad, el evento ha sido cuestionado desde sus inicios por la falta de claridad financiera en el origen de los recursos y en su aplicación. Por información parcializada se conoce de aportaciones de dependencias del Gobierno Federal, del Estatal y de los municipios importantes del estado, sin que los aportadores o el Patronato informen los montos. Otra crítica recurrente ha sido los pobres efectos que ha generado en la educación y la cultura del Estado, no solamente en la población, sino en la propia comunidad universitaria. Un indicador de ello es el pobre nivel de lectura, uno de los más bajos del país.



Haber sido concebida como un mecanismo de impacto mediático, antes que fenómeno cultural, llevó a sus creadores a construirla sobre los criterios del espectáculo, modelo probado en otros espacios de negocios del grupo, donde destacan las estrellas de la farándula y los aprendices de brujo.



Sin estudios que determinen el impacto real de la Feria en la sociedad jalisciense, permanecen las acciones en el vacío. Cada día es mayor el número de personas que perciben al evento como ajeno al universo local. Todos aquellos que de buena fe participan y lo apoyan, consideran que habrá de dejar algún beneficio colectivo cuando menos a largo plazo, aunque algunos empiezan a dudar de los frutos, considerando además lo gravoso del costo financiero para una sociedad con problemas ancestrales.



Ante la oscuridad de la administración de los recursos, aumenta la sospecha año con año. La mayor parte de ellos se considera que tienen su origen en las arcas de la Universidad de Guadalajara, que amparada en amañados recursos, escamotea cualquier dato sobre la aplicación de sus finanzas, incluyendo por supuesto el financiamiento de la Feria.



Uno de los muchos servicios que la Feria ha prestado a sus promotores es la de impresionar a quienes la financían y que tienen en sus manos el poder para afectar al grupo con sus decisiones, sobre todo podrían poner en riesgo su permanencia en el control de la institución. Afortunadamente para los interesados, esos personajes son susceptibles al halago y su escasa formación académica y cultural los convierte en fáciles objetos de manipulación. El argumento ramplón de que quienes cuestionan la Feria y por consecuencia a la Universidad, cuestionan la cultura, ha logrado que las distintas instancias que debieran exigirles rendición de cuentas soslayen sus obligaciones.



La manipulación informativa de los resultados es otra cuenta pendiente con la sociedad. Se afirma, por ejemplo, que asistió una cantidad determinada de visitantes y, al hacer una evaluación visual, muchos de ellos son niños de primarias oficiales llevados por sus profesores a empaparse de la feria. Visitas superficiales con un desfasado concepto de la educación, como si el ver estantes de libros promoviera el hábito de la lectura. En los mismos números puede englobarse a los alumnos de dependencias de la Universidad, que asisten obligados para obtener una calificación. Todos ellos son clientes cautivos que permiten inflar las cifras para la legitimación del evento pervertido desde su origen.



La Feria viene a plantearnos, además, esa tenue línea que separa la cultura de la mercadotecnia. La dificultad estriba en separar el valor intrínseco del libro de su valor como objeto de consumo. Difícil de dilucidar ya que depende en realidad del contenido del libro, que se convierte en objeto de mercado de las empresas.



Se hace evidente de esa manera, que lo que predomina es el criterio de las editoriales y no el de los autores, que en no pocos casos se ven forzados a seguir el guión que la empresa mercantil les marca. Sin dejar de lado la manipulación que el propio Patronato de la Feria realiza, todo encaja de manera perfecta en la metáfora de Huxley, con el triunfo de los dioses del consumo sobre el valor y la dignidad humanos.



Dentro de ese contexto se encuentra la posición de la familia de Rulfo que honra la memoria del personaje sobrio y auténtico. La de ellos es la defensa del escritor independiente de la manipulación de los editores y sus operadores, los organizadores de ferias. Por eso es tan difícil aceptar que su nombre sea utilizado para lucimiento de quienes aprovechan la Feria y el generoso concepto del libro.



Un evento en apariencia para el fomento de los libros y su lectura, acaba siendo una habilidosa operación de disposición de recursos públicos sin rendición de cuentas, así como para proteger los intereses ilegítimos enraizados en la Universidad. Sostener al grupo que necesita de dignidades ajenas para cubrir las vergüenzas propias. La Feria sirve para promover la venta de libros por las editoriales particulares, aunque el costo sea pervertir la cultura y mutarla en antivalor al ser utilizada como instrumento de manipulación mercantil y política.

sábado, 16 de octubre de 2010

MALCOLM LOWRY BAJO EL POPOCATEPETL


En una descripción vívida Lowry narra sus propias vivencias apenas disfrazadas en Cuernavaca, a la que llama Quauhnáhuac en la novela Bajo el Volcán. Con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al fondo del paisaje, va describiendo en poética narración, una vida de tensiones y delirios a la sombra del alcohol. Alucinada por los efectos del narcótico y alucinante en el impacto que genera en sus lectores su intensa narrativa.


La historia de su novela cumbre, que alude a la cercanía del Popocatépetl, corre sobre el hombro de los personajes a través de los que el narrador nos va describiendo los hechos, los diálogos, los pensamientos íntimos, las frustraciones, las angustias, los equívocos.



Nació Lowry el 28 de julio de 1909 cerca de Liverpool, para luego cursar estudios de filosofía en Cambridge. Después de una vida azarosa de marino residió en Nueva York, en Hollywood, en México y en la Columbia Británica. En 1947 publicó la versión definitiva de Bajo el Volcán, reescrita cinco veces por insistencia del editor. Su vida llena de tensiones y afectada por el alcoholismo terminó el 27 de junio de 1957.



Lowry encontró el tema de su narración en Cuernavaca, como Graham Greene en la persecución religiosa de Garrido Canabal en que describe la historia del sacerdote pecador y perseguido en El poder y la gloria, o D. H. Lawrence en el Lago de Chapala en su Serpiente Emplumada, con personajes reales y ficticios de un México convulsionado. Para los tres el México mestizo es un mundo incomprensible, tortuoso, alucinante. Son ellos los escritores ingleses que se empeñaron en describir un país extraño y exótico para el mundo occidental.



Es la historia de Lowry como su obra, fascinante, marinero en el Extremo Oriente, su existencia fue itinerante en tanto se dedicó a la literatura. Genio como era, sufrió de las grandes depresiones y delirios que le deparaba el alcohol. Queda en su obra retratado un mundo lleno de tensión, angustiado, con esa sensación del círculo que conduce al hundimiento, que lo llevó al final de sus días. Es su obra la descripción vívida de ese mundo atormentado, lejano a su esposa que no pudo soportar los demonios del alcohólico.



Tiene la historia como telón de fondo la Segunda Guerra Mundial y la expropiación petrolera. Un mundo que simpatiza con el Eje, con tintes de fascismo que asoma a través de ciertas ventanas y que el personaje principal, el cónsul Geoffrey reconoce pero no atiende por un sentimiento depresivo.



La obra es en realidad una biografía disfrazada, con la enfermedad de la que le será imposible separarse y que sin embargo le permitirá penetrar en el alma del hombre, su propia alma desnuda, ante el imposible auxilio de quienes lo conocen y aprecian. El no poder escapar de la dependencia de la bebida que lo conduce por los ásperos caminos de la autodestrucción.



El intento de una imposible redención, la relación con sus amigos a la vez que enemigos, por desear a la misma mujer, su mujer, el describir un mundo desde el delirio, desde el mismo infierno, al tiempo que poético en toda la intensidad del término, la poesía convertida en dolor, en prisión, en pasión desequilibrada, sin posibilidad alguna de sanar o reconciliarse con el mundo.



Lowry trata de racionalizar el mundo a través de una expresión que atribuye al monólogo interior de su amigo el productor de cine, M. Laruelle, que lo hace exclamar a nombre de Maximiliano de Austria, “Es nuestro destino vivir aquí, Carlota. Mira este glorioso país montañoso, mira sus colinas, sus valles, sus volcanes increíblemente bellos.”



Ejemplo de un mundo ambivalente, centro de atracción de dos polos intensos, es la estrujante carta (nunca enviada), que le escribe a su esposa, quien lo dejó y ahora le pide el divorcio. “ …pero ¿por qué, al menos no simulé haberlas leído (las cartas), por qué no simulé aceptar algún galardón de arrepentimiento al ver que me las enviabas? ¿Y por qué no mandé inmediatamente un telegrama o unas líneas?... ¿Por qué no, por qué no, por qué no? Porque supongo que habrías vuelto a tiempo si te lo hubiera pedido. Pero esto es vivir en el infierno. No pude, no puedo pedírtelo. No pude, no puedo mandar un telegrama. Me he quedado, en la ‘Compañía Telegráfica Mexicana’, aquí, y en México, y en Oaxaca, sudoroso y trémulo en la oficina de correos y escribiendo telegramas toda la tarde, cuando había bebido lo bastante para templar mi pulso, y no he mandado ninguno. ….Estoy demasiado enfermo para arreglar lo de los boletos, para sufrir el agotador delirio de las interminables y tediosas llanuras de cactos. Y, ¿para qué irse a morir a los Estados Unidos? Tal vez no me importaría que me enterraran allá. Pero creo que preferiría morir en México”.



O el encuentro con su esposa, cargado de tensión “ ….Luego, alzando de repente los ojos, la vio; con gesto miope escrutó en torno suyo antes de poder reconocerla allí, de pie, tal vez un poco borrosa porque el sol estaba a sus espaldas, con una mano (de la que colgaba su bolso rojo) sobre la cadera, allí, de pie, como ella sabía que él debía verla, medio airosa y un tanto desconfiada. “ ……se levantó mientras ella se acercaba: ---….Dios mío! Ivonne vaciló, pero él no hizo esfuerzo alguno por ir hacia ella; en silencio, Yvonne se deslizó sobre un banco cercano al del cónsul; no se besaron. “



Es Bajo el Volcán una de las obras maestras escrita en lengua inglesa sobre México, conmovedora, apasionante. La descripción del país en la primera mitad del siglo veinte de un genio de la literatura, conocedor del oficio literario y del alma humana.