sábado, 16 de octubre de 2010

MALCOLM LOWRY BAJO EL POPOCATEPETL


En una descripción vívida Lowry narra sus propias vivencias apenas disfrazadas en Cuernavaca, a la que llama Quauhnáhuac en la novela Bajo el Volcán. Con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al fondo del paisaje, va describiendo en poética narración, una vida de tensiones y delirios a la sombra del alcohol. Alucinada por los efectos del narcótico y alucinante en el impacto que genera en sus lectores su intensa narrativa.


La historia de su novela cumbre, que alude a la cercanía del Popocatépetl, corre sobre el hombro de los personajes a través de los que el narrador nos va describiendo los hechos, los diálogos, los pensamientos íntimos, las frustraciones, las angustias, los equívocos.



Nació Lowry el 28 de julio de 1909 cerca de Liverpool, para luego cursar estudios de filosofía en Cambridge. Después de una vida azarosa de marino residió en Nueva York, en Hollywood, en México y en la Columbia Británica. En 1947 publicó la versión definitiva de Bajo el Volcán, reescrita cinco veces por insistencia del editor. Su vida llena de tensiones y afectada por el alcoholismo terminó el 27 de junio de 1957.



Lowry encontró el tema de su narración en Cuernavaca, como Graham Greene en la persecución religiosa de Garrido Canabal en que describe la historia del sacerdote pecador y perseguido en El poder y la gloria, o D. H. Lawrence en el Lago de Chapala en su Serpiente Emplumada, con personajes reales y ficticios de un México convulsionado. Para los tres el México mestizo es un mundo incomprensible, tortuoso, alucinante. Son ellos los escritores ingleses que se empeñaron en describir un país extraño y exótico para el mundo occidental.



Es la historia de Lowry como su obra, fascinante, marinero en el Extremo Oriente, su existencia fue itinerante en tanto se dedicó a la literatura. Genio como era, sufrió de las grandes depresiones y delirios que le deparaba el alcohol. Queda en su obra retratado un mundo lleno de tensión, angustiado, con esa sensación del círculo que conduce al hundimiento, que lo llevó al final de sus días. Es su obra la descripción vívida de ese mundo atormentado, lejano a su esposa que no pudo soportar los demonios del alcohólico.



Tiene la historia como telón de fondo la Segunda Guerra Mundial y la expropiación petrolera. Un mundo que simpatiza con el Eje, con tintes de fascismo que asoma a través de ciertas ventanas y que el personaje principal, el cónsul Geoffrey reconoce pero no atiende por un sentimiento depresivo.



La obra es en realidad una biografía disfrazada, con la enfermedad de la que le será imposible separarse y que sin embargo le permitirá penetrar en el alma del hombre, su propia alma desnuda, ante el imposible auxilio de quienes lo conocen y aprecian. El no poder escapar de la dependencia de la bebida que lo conduce por los ásperos caminos de la autodestrucción.



El intento de una imposible redención, la relación con sus amigos a la vez que enemigos, por desear a la misma mujer, su mujer, el describir un mundo desde el delirio, desde el mismo infierno, al tiempo que poético en toda la intensidad del término, la poesía convertida en dolor, en prisión, en pasión desequilibrada, sin posibilidad alguna de sanar o reconciliarse con el mundo.



Lowry trata de racionalizar el mundo a través de una expresión que atribuye al monólogo interior de su amigo el productor de cine, M. Laruelle, que lo hace exclamar a nombre de Maximiliano de Austria, “Es nuestro destino vivir aquí, Carlota. Mira este glorioso país montañoso, mira sus colinas, sus valles, sus volcanes increíblemente bellos.”



Ejemplo de un mundo ambivalente, centro de atracción de dos polos intensos, es la estrujante carta (nunca enviada), que le escribe a su esposa, quien lo dejó y ahora le pide el divorcio. “ …pero ¿por qué, al menos no simulé haberlas leído (las cartas), por qué no simulé aceptar algún galardón de arrepentimiento al ver que me las enviabas? ¿Y por qué no mandé inmediatamente un telegrama o unas líneas?... ¿Por qué no, por qué no, por qué no? Porque supongo que habrías vuelto a tiempo si te lo hubiera pedido. Pero esto es vivir en el infierno. No pude, no puedo pedírtelo. No pude, no puedo mandar un telegrama. Me he quedado, en la ‘Compañía Telegráfica Mexicana’, aquí, y en México, y en Oaxaca, sudoroso y trémulo en la oficina de correos y escribiendo telegramas toda la tarde, cuando había bebido lo bastante para templar mi pulso, y no he mandado ninguno. ….Estoy demasiado enfermo para arreglar lo de los boletos, para sufrir el agotador delirio de las interminables y tediosas llanuras de cactos. Y, ¿para qué irse a morir a los Estados Unidos? Tal vez no me importaría que me enterraran allá. Pero creo que preferiría morir en México”.



O el encuentro con su esposa, cargado de tensión “ ….Luego, alzando de repente los ojos, la vio; con gesto miope escrutó en torno suyo antes de poder reconocerla allí, de pie, tal vez un poco borrosa porque el sol estaba a sus espaldas, con una mano (de la que colgaba su bolso rojo) sobre la cadera, allí, de pie, como ella sabía que él debía verla, medio airosa y un tanto desconfiada. “ ……se levantó mientras ella se acercaba: ---….Dios mío! Ivonne vaciló, pero él no hizo esfuerzo alguno por ir hacia ella; en silencio, Yvonne se deslizó sobre un banco cercano al del cónsul; no se besaron. “



Es Bajo el Volcán una de las obras maestras escrita en lengua inglesa sobre México, conmovedora, apasionante. La descripción del país en la primera mitad del siglo veinte de un genio de la literatura, conocedor del oficio literario y del alma humana.

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