miércoles, 16 de septiembre de 2015

GUERRA Y PAZ








En 1864 convaleciente de una caída de caballo en la que se rompe un brazo, León Tolstoi inició su obra cumbre Guerra y paz, que a pesar de las guerras sucesivas no ha sido superada ni igualada en el mundo moderno. “Guerra y Paz –escribe el biógrafo de Tolstoi, Romain Rolland—es la más basta epopeya de nuestro tiempo, una Ilíada moderna. Se agita en ella un mundo de figuras y de pasiones.” 

Nos dicen los estudiosos de su obra que esta muchedumbre de seres vivientes, los infinitos episodios, los sucesivos escenarios de la ciudad, con su tumulto, y de la naturaleza, con sus efluvios, la frívola sociedad rusa de la anteguerra, el ejército ruso en Austria, la vida militar, las almas atormentadas, las mujeres, la bondad, el perdón, la ternura, al lado de la crueldad y la barbarie, constituyen esta sinfonía épica, las prosas profanas, saturadas de poesía.

La fatalidad más formidable que la que los dioses homéricos crean entre los mortales, produce el desencadenamiento de las fuerzas elementales que ni la razón ni la voluntad de los hombres pueden cruzar ni dominar. Por su parte el religioso espíritu de Tolstoi trata de conciliar entre la fatalidad y la providencia: “La prueba más difícil es la sumisión de la libertad humana a las leyes divinas. La sencillez del corazón consiste en la sumisión a la voluntad de Dios.”

Para el autor los verdaderos protagonistas de las guerras son los pueblos. En el oscuro heroísmo de las masas, en la sumisión del mujik, es donde Tolstoi describe la verdadera grandeza de la guerra. Dice Rolland “Pero ¿Qué decir de la extraordinaria potencia vital de esos centenares de héroes, todos individuales y diseñados de un modo inolvidable, soldados, labradores, grandes señores, rusos, austriacos, franceses? …Lo que constituye, sobre todo, el mayor encanto de Guerra y paz es su juventud de corazón. No hay obra de Tolstoi que presente esa riqueza de almas de niños y adolescentes; y cada una es una música de tan puro manantial, de tal gracia, que penetra y conmueve como una melodía de Mozart…”

No debemos dejar de considerar que el gran pensador pacifista participó en la guerra en su juventud como militar en el Cáucaso, en Crimea y en el sitio de Sebastopol, donde se batió como capitán de Artillería. Al reflexionar sobre la guerra nos dice Tolstoi: “…Sólo me preocupaba este problema: ¿Bajo la influencia de que sentimientos se decide el hombre, sin tener un tinte visible, a exponerse al peligro y, lo que es aun más asombroso, a matar a su semejantes?”

Los protagonistas de su obra son Pierre, hijo natural del Conde Bezujov, quien lo reconoce en su lecho de muerte y de quien hereda su riqueza y su título nobiliario. Descrito a través de innumerables páginas, dice de él Tolstoi: …“Para los moscovitas, Pierre era siempre el hombre original, más encantador, más inteligente, el más alegre, el mejor, magnánimo, distraído y generoso, un señor ruso chapado a la antigua. Su bolsillo estaba siempre vacío por estar abierto para todos.” El otro gran personaje lo es sin duda alguna Natasha, la adolescente que canta con alegría y desenfado las tonadas rusas de la época, lo mismo que hace piruetas de los bailes rusos populares. A través de cuya visión sentimos y vemos a muchos de los apasionantes personajes de la aristocrática sociedad. A la vez que penetramos en su mundo y en sus reuniones y frivolidades identificamos la influencia francesa, que más tarde nos habrá de describir con maestría Marcel Prost.

Denisov es un personaje secundario a través del cual el autor nos muestra el arte de la danza, “….Miró a Natasha con expresión de triunfo y, de pronto, dando un golpe con un pie en el suelo, empezó a dar vueltas como una pelota en torno al círculo, arrastrando tras de sí a su dama. Avanzó hasta el centro de la sala con un solo pie, directamente hacia las sillas, como si no las viera; pero súbitamente, juntó las espuelas, abrió las piernas y se detuvo un segundo. Luego volvió a dar un golpe con un pie y giró de nuevo por el centro. Natasha tenía que adivinar lo que iba a hacer; lo seguía abandonándose a él.”

Al describir una jornada de caza aprovecha Tolstoi para mostrarnos algunas escenas de la vida del campo: “….Hacia el anochecer, cuando Ilaguin se despidió de Nikolai, éste se encontró tan lejos de su casa que aceptó la invitación del tío para ir a su aldea de Mijaiovka.” Ya instalados, el tío: “ ….Con un gesto un tanto teatral, separando el codo izquierdo, tomó la guitarra, y, guiñando un ojo a Anisia Fiodorovna, dio un acorde sonoro y claro y, lentamente, con calma, pero con firmeza, empezó a tocar la conocida canción: Por la calle empedrada. Nikolai y Natsha sintieron vibrar en su alma al unísono y con alegría el tema de aquella canción…” Más tarde: “….Natasha bailó con tanta perfección que Anisia Fiodorovna, que le había dado el pañuelo necesario para la danza contempló con los ojos llenos de lágrimas provocadas por la risa a esa muchacha delgada y graciosa –tan ajena a ella, vestida de seda y terciopelo— que sabía comprender  todo lo que había en ella, en su padre, en su tía, en su madre y en cada ruso.”

En la lucha contra el ejército invasor Kutuzov había sido nombrado jefe del ejército contra su voluntad por el emperador ruso, sin embargo este militar viejo y ciego de un ojo entendía lo que su ejército y el pueblo ruso querían. Enfrentó, como sus soldados deseaban, el ejército de Napoleón tres veces más numeroso que el ruso y contrario a sus antecesores, no presentó retirada en la batalla de Borodino, iniciando así el desmoronamiento del ejército invasor.  La siguiente decisión de Kutuzov fue no presentar resistencia a Napoleón permitiéndole tomar Moscú, que al ser incendiada terminó con las provisiones del invasor, lo que finalmente significó su derrota. Para Tolstoi el aniquilamiento de un ejército de seiscientos mil soldados se debió a que un adversario de una fuerza moral superior dejó caer su brazo sobre él.

Quienes han estudiado su obra dicen que Tolstoi como pensador puede ser discutido; como artista, contará siempre como Homero, entre los más grandes de la Humanidad. El autor mismo, quien era severo crítico de sus obras le dijo a A. M. Gorki que: “Sin falsa modestia, la Guerra y la paz es como la Ilíada.” Sus estudiosos afirman que es al mismo tiempo como la Ilíada y la Odisea de la literatura rusa.





lunes, 24 de agosto de 2015

ABU – NUAS EL POETA DE LAS MIL Y UNA NOCHES






Bajo el epígrafe de bohemia literaria y artística pueden agruparse todos esos poetas, narradores de cuentos, chascarrillos, rarezas o tradiciones, así como también esos maestros del canto y la danza, que bullen en torno a esos jalifas y emires caprichosos y espléndidos, de cuyo favor viven y cerca de los cuales hacen un papel ambiguo de consejeros y bufones.

Tales personajes constituyen, en realidad, una bohemia trashumante que va de una a otra corte, atraída por la fama de munificencia  de los príncipes, en busca del grano que les hace falta a sus buches de pájaros cantores y paga en elogios y ditirambos el bien que reciben.

Son ellos los que han creado esa leyenda magnifica en torno a la figura de Harunu, dándole proporciones salomónicas y haciéndolo centro solar de un ciclo poético, comparable al de su contemporáneo de occidente el gran Carlomagno, y ellos también los que, en su presencia estable o temporal, dotaron de prestigio perenne a esas cortes de El Cairo, Damasco, Bagdad, Kabul o Samarcanda.

La vida de esos literatos y artistas está llena de altibajos. Es el caso del juglar medieval, que va de corte en corte probando fortuna y que no puede prolongar demasiado su estancia en ningún sitio, a menos de hacerse gravoso y aburrido. Los literatos de La mil y una noches conocen el valor prestigioso de la ausencia y se eclipsan temporalmente en un horizonte para aparecer en otro. Bagdad es el centro de sus andanzas, el punto de ida y vuelta, pero están recorriendo sin cesar el área geográfica del imperio.

Si los umeyya se caracterizaron por su fidelidad a la ortodoxia y su pietismo, a tono con el fervor y místico entusiasmo del primer siglo del Islam, los abbasies se distinguen por su tolerancia, que hasta los hace sospechosos de herejía.

El poeta del jalifa Harunu –r- Raschid, Abu Nuás, pertenece por antonomasia a ese grupo de personajes que se les encuentra entre las cortes. En las narraciones de Las mil y una noches podemos ver el modo de vivir de esos literatos y artistas, que a veces se conducen como grandes señores y otras descienden a la categoría de pícaros.

En el siglo II de la hechra, es Bagdad un gran centro de cultura y del arte, al que afluyen, atraídos por la liberalidad y tolerancia del jalifa y de su visir el Barmeki, todos los sabios y artistas notables del imperio islámico. Ahí Abu Nuás es el príncipe de los poetas de su tiempo, cuyos rasgos esporádicos compendia en su persona. Es hombre de vida irregular, borracho y pederasta, y además heterodoxo y no lo oculta. Frecuenta los alcázares y los figones; es hombre de corte y de pueblo y su proyección popular agranda humanamente su figura. Es un Horacio con ribetes de Apuleyo, nos dice Cansinos Assens, quien considera además al poeta árabe como el Quevedo Oriental. Abu Nuás sobrevive a su mecenas tres años, siendo ambos de la misma edad cuenta al morir 50 años, en tanto que el jalifa Ar Raschid no pasó de los cuarenta y siete.

Al producirse la invasión de Persia por los árabes, optaron los persas por el exilio y finalmente penetraron en la India, donde el rachá de Guzarate les permitió establecerse y practicar sus ritos zoroástricos. Habían regresado de esa manera a su lugar de origen, donde permanecen y son conocidos en la actualidad como parsis. A ellos deben los escritores miliunanochescos  situar en el reino poético del viejo Irán, sus más acabadas fábulas y sus más delicadas criaturas. Sobra decir que los poetas árabes heredaron de los persas la finura de su canto.

A propósito de la muerte del visir persa Chafar el Barmeki a quien el jalifa Harún mandó cortar la cabeza por intrigas palaciegas, Schahrasad afirma que el poeta Abu Nuás cantó su pérdida y la horfandad del califato.

Porque, nos informa, que los Beni – Barmek eran realmente visires prudentes y almojarifes inteligentes, que acrecían el público erario, y eran además elocuentes, instruidos, hombres de temple, buenos consejeros y de una generosidad que con la de Hatim –Thay se podía comparar.

"Y precisamente a su prestigio se debe que el nombre y la gloria de Harunu –r- Rachid se extendiera desde las mesetas del Asia central hasta el fondo de las nórticas selvas y desde el Magreb y Al –Andalus hasta los lindes extremos del país de Az-Zin y de Tartar".

Cuenta además Schahrasad en la noche 765, a propósito del pecador poeta, que le preguntó su amigo Mohammed –ben- Nafi en sueños,  después de su muerte:
¨ --¿Qué hizo contigo Alá?
Y él me respondió:
--Alá me perdonó por unos versos que compuse poco antes de morir y que quedaron debajo de mi almohada.

¨Pasé yo entonces a la alcoba y levanté la almohada del lecho y encontré  allí una esquelita de papel con estas líneas:
Ye Señor, si mis pecados
fueron contra ti harto graves,
tu clemencia es todavía
mucho más que ellos, de grande.
Si solo esperar pudiera
el perdón el inocente,
¿a quién clamara el culpado
en sus angustias de muerte?
Yo tan solo la esperanza
tengo como medianera;
¡ye Señor, no la rechaces
y perdona mis flaquezas!¨



jueves, 25 de junio de 2015

EL FUTURO DE LA SEGURIDAD PÚBLICA





Todo indica que la seguridad pública seguirá por la ruta de la improvisación y la inoperancia con que se ha conducido hasta la fecha. Los intentos que se han hecho hasta el momento no han logrado consolidar un proyecto viable de solución al grave problema que aqueja al País y al Estado.

Para empezar, el proyecto que impulsó a finales de 2014 el Gobierno Federal con el afán de crear las Policías Únicas Estatales y que tenía la pretensión de unificar criterios y esfuerzos municipales, estatales y federales, quedó empantanado en el limbo de las cámaras federales para convertirse en Reforma Constitucional. A la fecha se desconoce si el proyecto será retomado o simplemente se olvidarán de él. Menos se conoce cuales serán los caminos que seguirá la Seguridad Pública Nacional.

Por lo que se refiere al Gobierno Estatal, su intento de construir un modelo a partir de la centralización de las funciones de la prevención, la procuración de justicia y la readaptación de los infractores en la Fiscalía General, se encuentra entrampado en conflictos heredados de anteriores administraciones, al igual que la compleja conversión de procesos legales en prácticas operacionales, por el desconocimiento, falta de capacidad y torpeza de los encargados de dicha función.

Los municipios, en especial los de la zona metropolitana, no han logrado avanzar más allá de las nuevas y limitadas contrataciones, en especial Guadalajara y Zapopan, ya que sus academias se han encargado de desacreditar los procesos por su incapacidad y por escándalos en que se ven envueltos sus directivos en Guadalajara de acoso sexual y en Zapopan instructores y directivos por abusos físicos y verbales contra los alumnos, generando una deficiente formación, por consecuencia alejada de los patrones de capacitación y profesionalismo a que están obligadas.

Por la experiencia, las declaraciones de funcionarios y las acciones de los gobiernos, podemos ubicar los modelos que en este momento pudieran aplicarse en el Gobierno del Estado y las administraciones municipales, como los siguientes: el actual del Sistema Nacional de Seguridad Pública, CALEA, el generado a partir de la experiencia del Distrito Federal y el que está desarrollando el Estado de Nuevo León en la Zona Metropolitana de Monterrey. Dichos modelos debemos agregar se complementan entre sí.    

El primero y que se estructuró en el anterior gobierno de Felipe Caderón, y que se deriva a partir de reformas constitucionales y de ley, descansa básicamente en la depuración y la profesionalización del personal, sumado a sistemas operativos básicos y de recopilación de información, a través de formatos de informe policial. Dicho Sistema se forma a partir de modelos internacionales y de la experiencia colombiana.

Otro modelo probado y reconocido es el que opera la organización conocida como CALEA, que fue creada por dirigentes de corporaciones de países desarrollados a partir de sistemas de organización empresarial y de calidad, aplicados a modelos empresariales exitosos. Su objetivo es ser operado como una empresa pública eficiente. De prestigio y operación internacional, exige certificación en sus procesos operativos y de calidad, como a cualquier empresa privada. Dicho sistema certifica la operación de las corporaciones cuando cumplen con los estándares de operación, productividad y calidad requeridos.

El tercer modelo que se ha implantado en el país tiene su origen en el Diagnóstico que el ex alcalde de Nueva York  Rudolph Giuliani aplicó en el Distrito Federal, en el periodo de la regencia de Andrés Manuel López Obrador. De dicho proyecto se derivaron acciones operativas que en el anterior gobierno abatieron en forma importante algunos delitos. Este modelo sin embargo tiene limitaciones, como el que se haya aplicado en forma parcial, solamente para abatir algunas manifestaciones de incidencia delictiva, dejando de lado los abusos de la policía al no realizar una depuración de las corporaciones. También se debe considerar que el universo en que se aplicó fue el de más de 9 policías por cada mil habitantes del Distrito Federal, en tanto que el promedio de la Zona Metropolitana de Guadalajara es de menos del 1.3 policías. Las limitaciones del modelo quedaron manifiestas cuando el gobierno federal pretendió trasladar la experiencia a las instancias nacionales con Manuel Mondragón en la Comisión Nacional de Seguridad Pública, que fracasó con contundente evidencia.

Por último está el modelo de sistema mixto, creado a partir de la iniciativa del Gobierno del Estado de Nuevo León, con la aportación de líderes empresariales y universidades del Estado. Ha logrado importantes resultados en la Zona Metropolitana de Monterrey y descansa básicamente en personal altamente calificado y una seria depuración. El modelo se inició con la creación en 2011 de la Policía Estatal de Élite llamada también Fuerza Civil, e integrada inicialmente por 422 elementos de la Marina, como respuesta apremiante para enfrentar las bandas del crimen organizado. Estos procesos requieren de tiempo para consolidarse, por lo que aún necesita madurar para su aplicación en todas las etapas de la seguridad Pública y territorialmente en todo el Estado de Nuevo León.

Las resistencias que tendrá cualquier modelo que se aplique en Jalisco serán sin duda la dificultad de coordinación entre los distintos actores, derivado de la desconfianza que existe entre las diferentes instancias, sobre todo a partir de las accidentadas campañas electorales, que dejaron sumamente lastimadas las relaciones entre los partidos y personajes que dirigen o habrán de dirigir las administraciones, federal, estatal y municipales.

Y quizá la mayor limitación vendrá a ser la financiera, dada la precariedad y el desastre administrativo en que se encuentran los municipios. Si le sumamos además la distorsión financiera en que se desenvuelven el Estado y los municipios, por su dependencia de las finanzas federales, mismas que todo indica, el año de 2016 estarán en punto de quiebra por la caída de los ingresos petroleros y la salida de capitales del país por el aumento de intereses de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Dichos escenarios nos obligan a ser poco optimistas en el futuro de la seguridad pública, que requiere además de una excelente coordinación de las distintas instancias y niveles de la administración pública, una fuerte inyección de recursos. Sea cual fuere el modelo que se escoja para resolver el ancestral y grave problema de seguridad en el Estado y sus municipios, tendrá que enfrentar fuertes resistencias y  grandes obstáculos.









sábado, 6 de junio de 2015

LAS INFLUENCIAS DEL CORAN






Para los estudiosos El Corán es una obra literaria maestra, en la cual la morfología y la sintaxis son perfectas. Su elocuencia unida a su estilo poético evade todos los géneros de la composición corriente en la literatura árabe, constituyendo un caso de belleza y perfección. Su rimada prosa ostenta fuerza de lenguaje y elegancia de estilo en frases elocuentes, que se le valora como monumento literario de la lengua arábiga.

Los fieles durante mucho tiempo repitieron de viva voz el texto del Corán antes de que fuera fijado por escrito, de tal manera que para su versión definitiva fueron necesarias previas consultas expresas a todos “los portadores del Corán”, es decir, a todos aquellos que sabían de memoria los fragmentos de una manera fidedigna e inequívoca.

Los historiadores de los árabes dan noticias del origen de su pueblo a partir de Ismael, hijo de Abraham y de Agar, de donde procede el nombre de ismaelitas o agarenos con que se acostumbra denominar a los moradores del desierto. El nacimiento y las predicaciones de Mahoma inauguran una nueva era en el pueblo árabe, de progreso y de cultura. Mahoma ha sido profeta, soberano, legislador, reformador de las costumbres y del modo de ser de su pueblo. El Corán es a su vez la palabra divina, la lectura por excelencia, el libro que encierra el súmmum del saber y que debe ser base de todo sistema político, moral y religioso.

Los mustearriba, y que se establecieron en el Hedjaz (Arabia desierta), y sucesivamente por las demás partes de Arabia, son la raza a que pertenecen los árabes establecidos de tiempo inmemorial en torno de la Meca, y en particular, la tribu Koreichitas, de la que desciende Mahoma. La historia se desprende de varios pasajes de la Biblia como Génesis, XXXVII; Jueces, VI, VIII; Isaías, XXI, y Ezequiel, XXVII, al considerar a los árabes de la Arabia Desierta como ismaelitas. Además debemos considerar la veneración que las tribus árabes sienten por la memoria de Abraham, lo que se demuestra con la tradición anterior a Mahoma, que dice que el famoso templo de la Caaba, objeto de las peregrinaciones de los árabes y anterior en mucho a la ciudad de la Meca, fue construido por Abraham.

Mahoma es hijo de Abdalah y Amina de la familia de los Zaritas. Aunque no se conoce con certeza el año que nació el profeta, se estima que fue el año de 569 y murió en 632 de 63 años. Su nombre significa el alabado, el glorificado. Perdió a su padre a los dos meses de nacido y a la madre a los seis años. Fue protegido primero por su abuelo y posteriormente por su tío Abu Talib, el personaje más importante de la Meca en ese momento.

Más tarde Mahoma se encargaría de Alí, hijo de su tío Abu-Talib, quien se convirtió en su adicto seguidor y se casó con su hija Fátima. Al volver Mahoma del retiro en el mes del Ramadan en la montaña de Hira, inmediata a la Meca le contó a su mujer Kadija, que se le había aparecido el ángel Gabriel, quien le había prometido revelarle la verdadera religión. El primer prosélito del islamismo fue su esposa Kadija, el segundo Alí, y el tercero Zeid, hijo adoptivo de Mahoma.

En el décimo año de la hégira (huida de la Meca), realizó una peregrinación solemne a la Meca a la que acudieron más de ochenta mil fieles. En su alocución resumió los principales preceptos contenidos en el Corán, y en ella inculcaba la justicia, la humanidad, la benevolencia, la fraternidad entre los buenos musulmanes, el buen comportamiento con las mujeres, y la probidad en las relaciones de la vida civil.

El Corán es un conjunto de precepciones morales, religiosas, civiles y políticas, mezcladas con exhortaciones y promesas relativas a la vida futura, y relatos tomados con más o menos fidelidad de la Biblia, de las tradiciones árabes y hasta de la historia de los primeros años del cristianismo. También se hallan en él alusiones a sucesos contemporáneos y a los esfuerzos que hacía la nueva religión para sobreponerse al culto idólatra y a las luchas que tenía que sostener. El Corán es un legado de la civilización, realizado sin duda alguna por una mente preclara, nos dice Joaquín García Bravo en la presentación de la edición española de Edicomunicación.

Las influencias de la cultura judía en El Corán son evidentes y expresadas conscientemente  por su redactor, por ejemplo el versículo 38 de la sura XII, textualmente expresa: “Yo profeso la religión de mis padres Abraham, Isaac y Jacob…” (patriarcas del pueblo judío). Constantes son también las referencias al ángel Gabriel y al profeta y mesías Jesús, a María la madre de Jesús y a San Juan Bautista. A Adán, Noé, José, Moisés y Aarón. O bien a los profetas Elías, Zacarías, Isaías y Jonás. A los reyes David y Salomón. O las referencias al Nuevo Testamento cuando habla de los Salmos y del libro que ilumina (Evangelio).

Las influencias del Corán son múltiples, muchas a través de la cultura judía, otras directas de caldeos, asirios, persas o indios, como las referencias a la Torre de Babel o el Diluvio, leyenda esta última común a varias culturas de la antigüedad.

Para el Corán, Alejandro Magno no es un idólatra, y los musulmanes no podrían concebir que fuese pagano un príncipe, cuya memoria se ha conservado en la admiración tradicional de Oriente. De esa manera, Alejandro es un enviado de Dios para destruir el mal en las comarcas lejanas.

Además de una historia de luchas violentas que ha caracterizado el desenvolvimiento de la religión musulmana, en los  no creyentes despierta inquietud El Corán en algunas declaraciones como la sura II, que en sus versículos 186 y 187 habla de los actos de guerra:
“186.- Combatid en la senda de Dios contra los que os hagan la guerra. …”
“187.- Matadles doquiera los halléis y expulsadles de donde ellos os hayan expulsado…”
Sumadas dichas expresiones a una interpretación rigurosa y fanática de determinados sectores musulmanes, generan temor ante los actos de violencia que se cometen a nombre de una religión, en la que también se predica la tolerancia y la solidaridad humana.



jueves, 4 de junio de 2015

SALOMON Y ALEJANDRO EN LAS MIL Y UNA NOCHES


          

                                    
Salomón el rey sabio, y Alejandro el conquistador aparecen en Las mil y una noches transfigurados por la leyenda creada en torno a sus extraordinarias figuras. Son dos grandes personajes de los que se hace mención en varias narraciones destacando su figura y sabiduría. Hombres míticos, cargados de elementos mágicos y maravillosos que impresionan al lector con sus acciones.

En torno a Salomón, el proceso de mitificación debió de empezar a raíz de su muerte, pero fue en Babilonia donde los rabíes dieron forma definitiva a su leyenda en el Talmud. De ahí o de la tradición oral judaica, la tomaría Mahoma, el cual la trasplantó al Corán sin modificar sus rasgos esenciales. Todo lo que se dice de Salomón es de procedencia talmúdica; sus relaciones con la reina de Saba, su muerte, su eutanasia, que solo fue notada porque un ratoncillo royó el extremo del báculo en que se apoyaba, sentado en su trono, con apariencia de vida. Como afirma R. Cansinos Assens en su Estudio literario-crítico de Las mil y una noches, es fácil ver cuánto ha influido esta leyenda talmúdica no sólo en la imagen de Salomón que los raui miliunanochescos nos dan, sino también en otras historias del libro, donde los anillos mágicos juegan importante papel.

Soleimán como es llamado, es ahí no solamente un rey sabio, sino un gran mago, iniciado en toda ciencia hermética y que, por el poder de sus conjuros y de su nombre grabado en su anillo, se hace obedecer de todos los genios (chedin, en el Talmud), y él es señor de todos ellos, así de los aéreos como de los acuáticos y terrestres, y, además, de toda la fauna andante, reptante y volante de todos los reinos de la naturaleza. El cadáver de Salomón, según la leyenda, fue depositado en un lugar secreto, más allá de los siete mares, y colocado sobre un lecho, en el que conservaba toda la apariencia de la vida, vestido con todos sus atributos reales y conservando en el dedo su anillo talismánico.

La mitificación de Alejandro, el hijo de Filipo, Iskander para los redactores de la obra, no es de tan exclusiva línea talmúdica, pues a ella se han mezclado otras de tipo greco-persa. Fue principalmente un libro griego, el del pseudo Calístenes, especie de biografía novelada -–que decimos hoy— del gran macedón y que, traducida del griego al siriaco, penetró de esta lengua en el mundo árabe, el que sirvió de base para las poetizaciones de Firdusi y de Nizami, que cantó en su Iskander-Námeh las fabulosas hazañas del famoso guerrero dando a sus campañas un cariz de expedición científica y de apostolado misionero.

En la idealización hebraica, Alejandro conserva su carácter de Enviado de Dios y lleva el epíteto de “Baal-ha-Karmain” –señor de los dos cuernos— que los árabes tradujeron a su lengua Zu-l-Karnain, con que se le designa en el Corán. Mucho se ha discutido sobre este epíteto de bicorne que, según unos, alude a sus victorias sobre los persas y los medos, que Daniel, en sus visiones proféticas, contempló simbolizados en un carnero con dos cuernos; otros piensan que alude a sus triunfos bélicos en Oriente y Occidente; y hay quienes opinan que se refiere a haber vivido el gran guerrero el tiempo de dos generaciones. (Alejandro murió a los treinta y dos años). La base de todas esas interpretaciones radica en el significado de fuerza, vigor y poder que el cuerno tiene en la simbólica semítica. Sabido es que también a Moisés se le atribuyen dos cuernos en la iconografía mística.

Jaddo, sumo sacerdote de Jerusalén le mostró a Alejandro la profecía de Daniel, en que se anunciaba que un rey macedonio o griego había de destruir el imperio de los asirios, y, agradecido el monarca, entró en el templo y ofreció sacrificios al Dios de los judíos. Todo esto se refiere en el libro I de los Macabeos y también en el libro II, capítulo VIII, de las antigüedades judaicas, de Flavio Josefo.

Por su parte el Corán habla de Zu-l-Karnain en la sura XVIII Al-Kahf (La ajaquefa), donde cuenta su historia a los creyentes, siguiendo los términos de la leyenda greco-siriaca. Todo lo que en las Mil y una noches se dice de Alejandro procede de esa fuente greco-hebraica, la misma de donde tomó Nizami los elementos para su poema epos, en que aparece Alejandro hecho un sabio en sus diálogos con los sabios griegos e hindúes, y el ángel Serosch le confiere el doctorado profético. El héroe emprende entonces, acompañado de siete sabios (los siete visires del posterior Libro de Sendebar), sus accidentados y maravillosos viajes a los cuatro puntos cardinales del globo, visita todos los pueblos y razas y, después de haber dado así la vuelta al mundo, inquiriendo todos sus misterios, muere, acometido de súbita dolencia, en Schah-zur, cerca de Babilonia. De donde es llevado a su descanso definitivo a Alejandría, ciudad fundada por el líder guerrero.

Como se verá, en esta idealización del conquistador macedónico entran no pocos elementos de la de Salomón, y entre ellos dos rasgos principales: la sabiduría y el poder; Iskander, como Salomón, es un profeta de Dios, además de un perfecto caballero al modo de Aquiles o Eneas. Y ese rasgo místico en su figura marca la confluencia del genio helénico con el semítico, nos dice Cansinos Assens. Sin dejar de ser ambos personajes mitos de las leyendas orientales y occidentales, agregaríamos nosotros.



lunes, 1 de junio de 2015

OBJETOS EMBLEMATICOS DE LA BIBLIA





ARCA DE NOE
Es en el primer libro del Pentateuco El Génesis, en que la Biblia narra El Diluvio y la construcción de un arca por Noé, por orden de Yahvé, para que sobreviviera al diluvio con su familia y una pareja de animales de cada especie. Dicha arca debía ser de madera resinosa, de cañizo y calafeteada con betún, de trescientos codos de longitud (ciento treinta y cinco metros), cincuenta codos de ancha (veintidós y medio metros) y treinta codos de altura (trece y medio metros).  Con una cubierta  a un codo (cuarenta y cinco centímetros), rematada por encima (con inclinación para desagüe). La puerta en su costado y con un primer, segundo y tercer piso. El nivel de las aguas subió en el diluvio quince codos (siete metros setenta y cinco centímetros.


TEMPLO DE JERUSALEN
El rey David decidió hacer un templo para Yahvé que debería ser grandioso sobre toda ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Antes de su muerte hizo grandes preparativos y llamó a su hijo Salomón y le ordenó que lo edificara, puesto que a él no se le permitió construirlo por haber participado en innumerables hechos de violencia. El trabajo fue hecho por artistas fenicios entre los años 1013 y 1006 a. de c. David dio a Salomón el diseño del vestíbulo y de los demás edificios, de los almacenes, de las altas, de las salas interiores y del lugar del Propiciatorio.

Dice la biblia que Salomón designó 70,000 hombres para porteadores y 80,000 canteros en el monte, y puso al frente de ellos 3,600 capataces. Envíó decir a Jirán, rey de Tiro:
--“Haz conmigo como hiciste con mi padre David, enviándole maderas de cedro… Me propongo edificar un templo al Nombre de Yahvé…” Envíame, pues, un hombre diestro en trabajar el oro, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, y que sepa grabar; estará con los expertos que tengo conmigo en Judá y en Jerusalén, y que mi padre David ya había preparado. Envíame también madera de cedro, de ciprés y algummim del Líbano;… Daré para el sustento de tus siervos, los taladores de los árboles, 20,000 cargas de trigo, 20,000 cargas de cebada, 20,000 medidas de vino y 20,000 medidas de aceite”
Contestó Jirán rey de Tiro:
--“….Te envío, pues, ahora a Jirán Abí, hombre hábil, dotado de inteligencia; es hijo de una danita, y su padre es de Tiro… por nuestra parte cortaremos del Líbano toda la madera que necesites y te la llevaremos en balsas, por mar, hasta Jope, y luego tu mandarás que la suban a Jerusalén.”  

El plano sobre el que se edificó el templo fue:
“sesenta codos de longitud (veintisiete metros), veinte codos de anchura (nueve metros). El vestíbulo que estaba delante de la nave del templo tenía una longitud de veinte codos (nueve metros) y una altura de ciento veinte (cincuenta y cuatro metros)… La sala del Santo de los Santos tenía veinte codos de longitud (nueve metros) igual de su anchura. Delante de la sala construyó dos columnas de treinta y cinco codos de alto (quince metros setenta y cinco centímetros). El capitel que las coronaba tenía cinco codos (dos metros veinticinco centímetros). Construyó un altar de bronce de veinte codos de largo (nueve metros), veinte codos de ancho (nueve metros) y diez codos de alto (cuatro metros cincuenta centímetros)”.

 Construyó también el atrio de los sacerdotes y el atrio grande. El Santuario para que lo habitara Yahvé debería contener una tienda con el Arca. También debía contener la Mesa de los panes de la Presencia y el Candelabro de siete brazos.

Estaba adornado el templo con madera de ciprés, oro fino de Parváin, piedras preciosas y tenía esculpidos querubines. Tenía además clavos de oro y dos esculturas monumentales de querubines.

Dice la Biblia de la imponente y magnifica Fiesta de la Dedicación:
“El rey Salomón ofreció en sacrificio 22,000 bueyes y 120,000 ovejas. De este modo el rey y todos los israelitas dedicaron el templo de Yahvé. Los sacerdotes atendían a su ministerio mientras los levitas glorificaban a Yahvé con los instrumentos que el rey David fabricó para acompañar los cánticos  de Yahvé --porqué es eterna la misericordia--, ejecutando los cánticos compuestos por David. Los sacerdotes estaban delante de ellos tocando las trompetas, y todo Israel se mantenía de pie.”

En el año de 721 a. de c. Salmanasar V, monarca de Asiria toma Israel. Nabucodonosor toma Judá en 597 a. c. La destrucción del templo y del Arca de la Alianza  por los asirios se considera que fue en 587 a. c. Ciro emperador de Persia conquista Babilonia y libera los judíos en los años de 539-538 a. c. Darío reconstruye el templo a partir de 520 a. c.

Herodes el Grande Gobernó  los judíos del 37 al 4 a. de c. e inicia la reconstrucción del templo en los años 20 y 19. Finalmente el templo es destruido por los romanos en el año setenta, durante La guerra de los judíos, comandada por Vespasiano y su hijo Tito y descrita por Flavio Josefo.


ARCA DE LA ALIANZA
Fue construida por Moisés como instrumento de adoración de Yahvé, a la vez que se depositó en ella el Testimonio que es el Decálogo escrito en tablas de piedra. Así el Arca se llama Arca del Testimonio o Arca de la Alianza. El Arca debería ser de madera de acacia de dos codos y medio de largo (un metro doce centímetros), es un cofre rectangular, transportado con la ayuda de dos varales de madera. El Arca solamente podía ser tocada por los sacerdotes, quien la tocaba sin serlo moría.

El Santuario donde debería permanecer el Arca, fue elaborado por Moisés para que lo habitara Yahvé y debería contener una tienda. La Morada debía tener una armazón de tableros de acacia. Deberían ser veinte tableros para los lados y para la parte posterior seis. Debía tener además un velo, el altar de los holocaustos y el atrio.

Algunas veces se confunde el Decálogo con el Código de la Alianza, este último de origen Asirio, aplica el espíritu de los mandamientos del Decálogo y tiene como fuente el derecho consuetudinario y  es una colección de leyes y costumbres con preceptos que suponen una colectividad agrícola y sedentaria.


Son objetos rituales de los judíos también el Candelabro de siete brazos, la Estrella de David, el Pes Ictios, el Racimo de uvas, el Pan ácimo, la Espiga de trigo, el Cordero, las Tablas de la ley, el Cayado de Aarón y la Espada de Gedeón, entre otros.

miércoles, 27 de mayo de 2015

NATHANIEL HAWTHORNE







Su primera novela, Fanshawe de 1828, protagonizada por un héroe de corte byroniano que posee rasgos biográficos del propio Hawthorne, evidencia las influencias del Romanticismo europeo. Entre 1837 y 1842 publicó con regularidad Cuentos narrados dos veces, que aborda con detenimiento los que serían algunos temas recurrentes, como la idea del pecado y el problema del mal. Durante este periodo trabajó en la Aduana de Boston, en una granja comunal cercana a la misma ciudad, y en 1843 se estableció en Concord. Ahí escribió la colección de cuentos Musgos de una vieja granja, que incluye el célebre relato La hija de Rapaccini. En 1846 optó por aislarse en una casa de Massachusetts, donde compuso su obra célebre La letra escarlata en 1850 y, un año después La casa de las siete torres.

En 1853 describió su experiencia durante su visita a una colonia de filántropos inspirados por el socialismo utópico en La granja de Blithedale, y ese año fue nombrado cónsul de Liverpool por su amigo Pierce, entonces presidente de Estados Unidos, lo que le permitió viajar por Europa. Durante un viaje a Italia empezó El fauno de mármol en 1860, última novela que, además de sus preocupaciones morales, revela una creciente dedicación al estilo narrativo y un acercamiento a la poesía. El escritor nació en el seno de una familia de vieja estirpe puritana, tanto su vida como su obra se vieron marcadas por la tradición calvinista. Es un novelista y cuentista extraño y fantasioso, traspasado siempre por el sentimiento de culpa que heredara de sus fanáticos antepasados cuáqueros.

De La letra escarlata, su novela de imperecedera fama y que ocupa un lugar privilegiado entre las grandes novelas universales: “Situada su acción en el Boston puritano y colonial, narra el cruel y arrogante destino de Ester Pryne, que soporta toda su vida la marca infamante que en aquella época señalaba a los pecadores: una letra A magníficamente bordada sobre un paño rojo, y que era colocada al frente de todos los vestidos del inculpado. En vano es sometida Ester a toda clase de interrogatorios y vejámenes para que denuncie a su seductor, que también debía compartir el castigo. Bella y sufriente, llevando de su mano a su inocente hija Perla, ella se somete al aislamiento y al insulto, y vive en una cabaña lejos de la población, mientras que el hombre amado por ella sufre indeciblemente, sin osar descubrirse y desafiar la ira de la gente confiada a él y a lo sagrado de su ministerio. Una trágica grandeza envuelve el final de esta novela en la que el genio de Hawthorne brilla con un fulgor que oscila ente lo angélico y lo demoniaco, como el alma atormentada y orgullosa de Ester Pryne, heroína inolvidable”

También se ha dicho que la obra de Nathaniel Hawthorne siempre tendrá un lugar primordial en las letras norteamericanas, ya que con su imaginación creadora, su talento y su visión de la vida fue uno de los escritores que hizo posible que la literatura de los Estados Unidos tuviera un lugar en el mundo. Su más brillante contribución en este sentido fue, sin duda, La letra escarlata, obra profunda, de arte depurado, que demuestra la magia del poder del artista al presentar en forma tan intensa esta historia de la fragilidad y el dolor humanos… tan sombría… que sólo se aligera por un punto de eterno resplandor, más lóbrego aun que la sombra.

Para algunos estudiosos de su obra, la riqueza de sus narraciones cortas se encuentra en la atmósfera y el suspenso, con argumentos centrados en sujetos de diversa y embrujada venganza, el poder de la culpa y la pasión por la belleza, todo en la particular voz de uno de los más admirados escritores de Norteamérica. Por su parte para el crítico Hyatt H. Waggoner, Roger Malvin´s Burial y My Kinsman, Major Molineux, son las historias más finas de la lengua inglesa, Young Goodman Brown es la más fascinante narración, jamás escrita, y el travieso humor del autor se manifiesta en Rappaccini´s Daughter.

Nació el escritor el 4 de julio de 1804 bajo el nombre de Nathaniel Hathorne en la ciudad de Salem, Massachusetts y murió en 1864. Su vida es compleja y fascinante, debido a su pasión por la literatura y su cercanía con el puritanismo. Dicha cercanía surge a partir de sus antepasados. Su bisabuelo, William Hathorne, fue uno de los primeros colonos en establecerse en Salem

Hawthorne es conocido por sus relatos breves, muchas veces de contenido siniestro, al gusto de la época, y por sus novelas largas. Publicó asimismo varios libros de cuentos para niños. Encuadrado dentro del romanticismo como Edgar Allan Poe, gran parte de su obra se localiza en Nueva Inglaterra, y muchas de sus historias, de contenido generalmente alegórico, recrean el ambiente de su mundo.

La crítica más reciente ha prestado atención preferente a su voz narrativa, considerándola dentro de un retórica autoconsciente, que no debe ser confundida con la verdadera voz del escritor, lo que contradice el viejo concepto del plomizo moralista cargado de complejos. Sus relatos leves y patéticos destacan por su estilo elegante y depurado. En ellos lo característico, según el escritor Luis Loayza, “…es tal vez el contraste entre la violencia exterior y la suavidad del tono, entre la voz delicada y las oscuras sugerencias de lo que dice”. Por su parte Jorge Luis Borges observa que sus cuentos expresan “el tenue mundo crepuscular, o lunar, de las imaginaciones fantásticas”.

En El valle de las tres colinas describe así “De nuevo la marchita mujer dejó oír los monótonos sones de unas preces no ideadas para ser acogidas en el cielo y, muy pronto, en las pausas de su aliento empezaron a materializarse extraños murmullos, aumentando poco a poco de volumen, hasta sobreponerse y ahogar al conjuro del que nacían. Unos gritos atravesaron los ambiguos sonidos, y fueron sucedidos por el canto de dulces voces femeninas que, al variar, dieron paso a un estruendo de risotadas, rotas a su vez de pronto por gemidos y sollozos, formando todo ello junto una horrible confusión de espanto, lamentos y risas. Resonó un arrastrar de cadenas, voces duras y crueles lanzaron amenazas, y un látigo restalló a una orden.”

Hawthorne tuvo una breve pero intensa amistad con el novelista Herman Melville, quien le dedicó su gran obra Moby Dick, “en homenaje a su genio”. Su contemporáneo Edgar Allan Poe dedicó célebres reseñas a sus colecciones más importantes, Cuentos contados dos veces y Musgos de una iglesia. Pese a ciertas reticencias, afirmó de su autor: “Diremos enfáticamente de los cuentos de Mr. Hawthorne que pertenecen a la más alta esfera del arte. (...) Los rasgos distintivos de Mr. Hawthorne son la invención, la creación, la imaginación y la originalidad, rasgos que, en la literatura de ficción, valen acentuadamente más que todo el resto.” 



viernes, 22 de mayo de 2015

JOSEPH CONRAD







Dice de Conrad Carlos S. Sánchez Rodrigo en el prólogo de Notas de vida y letras, no es fácil acercarse al solitario a menos que él lo propicie. Pero ese aire distante no es lo único que define al personaje y al autor literario ya que se empeñó, algo contradictoriamente, en abordar la vida, la literatura y el arte desde una apasionada independencia, lo que desde el punto de vista literario lo ha situado al margen de estilos y escuelas, y desde el punto de vista de su trayectoria biográfica lo llevó al exilio y a abrazar un idioma extraño, siempre preservando celosamente en penumbra ciertos aspectos de su biografía, lo que algunos atribuyen a su invencible pudor o a su carácter proverbialmente reservado, aunque otros lo consideran sólo un artilugio literario con el que mantener vivos el interés y la curiosidad de sus lectores y críticos.

Józef Teodor Konrad Korseniowski, más conocido como Joseph Conrad, nació en Berdyczów entonces Polonia, actual Ucrania el 3 de diciembre de 1857 y murió en Inglaterra en 1924. Fue novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria y su obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano, está considerado como uno de los más grandes novelistas  de la literatura universal.

De joven viajó a Italia y luego a Marsella y terminó enrolándose como marinero en 1875. Esa experiencia cambiaría su vida y nacería una pasión por la aventura y los viajes, por el mundo del mar y los barcos. De esa época se ha documentado un viaje por el Caribe y cierto asunto de contrabando de armas a favor de los carlistas españoles del que extrajo algún pasaje para su relato de El tremolino. Algunas de sus experiencias y personajes aparecen descritas también en La flecha de oro de 1919, especialmente su protagonista, doña Rita, trasunto literario de una amante española que tuvo en esos años, mientras que algunas de sus escalas en la costa asturiana se describen en La posada de las dos brujas, de 1913.

En 1878 para escapar del reclutamiento militar ruso, se trasladó a Inglaterra como tripulante de barcos de cabotaje, ocupando sus ratos libres con una afición por la lectura de Shakespeare, lo que le permitió a los 21 años un amplio dominio del inglés, lengua en la que escribió toda su obra y en la que se consagraría como uno de sus autores clásicos. Para Javier Marías ´´el inglés de Conrad se convierte en una lengua extraña, densa y transparente a la vez, impostada y fantasmal, (…..) utilizando las palabras en la acepción que les es más tangencial y por consiguiente en su sentido más ambiguo´´

Tras obtener la nacionalidad inglesa, pudo presentarse a los exámenes de aptitud oficial de la marina mercante británica. En el último cuarto del siglo XIX, al llegar el imperio británico a su máxima expansión, las necesidades del comercio a gran escala junto con las nuevas tecnologías de la siderurgia y el perfeccionamiento de la máquina de vapor, produjo una crisis en la técnica secular de la navegación impulsada por el viento, debido a que los barcos de vela, eran incapaces de competir en velocidad, capacidad de carga y mayor fiabilidad con los grandes vapores de acero.

Enfrentado a la encrucijada de esos dos mundos que se cruzan sin comprenderse e ignorándose, uno, el dominado por el imprevisible capricho del viento, el de la dura y secular técnica de la navegación a vela y, el otro, el de la esclavitud por la tiranía de la puntualidad y la deshumanización de la vida a bordo, Conrad toma partido ardiente por el primero, aun  sabiendo que está irremisiblemente condenado a sucumbir legándonos, ese es su mayor valor, esa irrepetible galería de tipos humanos, armadores, oficiales, capitanes y marineros, que lo han convertido en uno de los clásicos de la literatura del mar.

Como reconoce en el prólogo de El espejo del Mar, fue gracias al bagaje vital adquirido durante sus años como marino, los episodios vividos durante esa época, los tipos humanos que pudo conocer y las historias que oyó en puerto durante las tediosas horas a bordo, los que modelaron ese universo geográfico y moral en el que el individuo aparece confrontado en solitario a las fuerzas desatadas de una naturaleza hostil, junto a una fuerte carga de pesimismo respecto a la condición humana y en relación al papel de la civilización, esto último objeto de su relato El corazón de las tinieblas, en el que narra de forma oblicua las atrocidades que se estaban cometiendo contra la población indígena en el Estado Libre del Congo.

Tras lograr la nacionalidad británica en 1866 y escribir su primera novela La locura de Almayer, en 1884, a la vuelta de su último viaje a Australia, residió en los años siguientes en el sur de Inglaterra, ya dedicado exclusivamente a su labor literaria. Publica Un paria de las islas en 1896, al año siguiente, Salvamento, El negro del Narcissus y Una avanzada del progreso.

Durante estos años conoció a Rudyard Kipling y a Henry James, colabora con Madox Fox en la novela Los herederos. En 1900 escribe Tifon y Lord Jim, novela en la que evoca el traumático accidente que sufrió a bordo del vapor Palestine, y que estuvo a punto de costarle la vida. Los años siguientes publica Nostromo, El espejo del mar y El agente secreto que dedica a H.G. Wells.

En el Prefacio del autor de El agente secreto al referirse  a la crítica dice que algunas imputaciones fueron severas, otras incluían una nota angustiosa y que  ´´…Debo deducir que en el año de 1907 yo conservaba aún mucho de mi prístina inocencia. Ahora pienso que incluso una persona ingenua podría haber sospechado que algunas críticas surgían de la suciedad moral y sordidez del relato.´´

En 1913 lo visita Beltrand Rusell. En 1914, durante un viaje a Polonia, estalla la primera guerra mundial. En 1916 el almirantazgo le encarga diversas comisiones de reconocimiento por varios puertos británicos. Al término de la guerra se traslada a Córcega y en 1923 a Estados Unidos. Poco antes de morir rechaza un título nobiliario que le ofrece el gobierno inglés.

No se debe perder de vista que la lengua de la gente culta era el francés, la tercera de Conrad, tras el polaco y el ruso, de manera que es altamente meritorio que pudiera escribir de manera tan fluida y efectiva en su cuarta lengua, el inglés. Su obra literaria colma la laguna entre la tradición literaria clásica de escritores como Charles Dickens y Fyodor Dostoievsky y las escuelas modernistas. Algunas de sus obras se han etiquetado de románticas, aunque normalmente suaviza el romanticismo con los giros del realismo y la ambigüedad moral de la vida moderna. Junto al autor norteamericano Henry James ha sido llamado escritor pre-modernista, y así mismo puede enmarcarse dentro del simbolismo y el impresionismo literario.



domingo, 17 de mayo de 2015

JUAN CARLOS ONETTI






Nació Onetti en Montevideo Uruguay en 1909 para morir en Madrid en 1994. La escritora Uruguaya Cristina Peri Rossi lo considera uno de los pocos escritores existencialistas en lengua castellana. Mario Vargas Llosa por su parte dijo de él en 2008 que es uno de los grandes escritores modernos no sólo de América Latina. Afirma Vargas Llosa que no ha obtenido el reconocimiento que merece como uno de los autores más originales y personales, que introdujo sobre todo la modernidad en el mundo de la literatura narrativa. Su mundo es pesimista, cargado de negatividad, eso hace que no llegue a un público muy basto.

Su primera obra publicada fue el cuento Avenida de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo en 1933. En 1935 1936, en La Nación de Buenos Aires aparecen dos cuentos El Obstáculo y El posible Baldi. Ejerció diferentes oficios y escribió cuentos y artículos que fueron publicados en diversos medios de Buenos Aires y Montevideo hasta 1939, en el que publica su primera novela, El pozo a la vez que es nombrado secretario de redacción del semanario Marcha.

En 1950 publica El pozo una novela central en su obra. En ella, y mediante un complejo juego de planos, Onetti funda la ciudad ficticia de Santa María, en la que, a partir de entonces, situará la mayoría de sus novelas y cuentos. A pesar de que en sus primeras ediciones no tuvo mucho éxito, la novela no tardó en ser reconocida como una de las novelas más innovadoras de su tiempo, y aun hoy es considerada una de las obras más importantes en lengua castellana. Poco después publicó la novela corta Los adioses, que si bien no transcurre en Santa María, alude a un personaje recurrente en la obra de Onetti, el doctor Díaz Grey. En 1961 publica El astillero, una de sus novelas más celebradas, incluso considerada por algunos su mejor novela. En 1964 aparece Juntacadaveres que continúa la historia de El astillero.

Onetti fue perseguido por el dictador uruguayo Juan María Bordaberry, detenido y encerrado en un hospital psiquiátrico, de donde logró salir a los tres meses gracias a la intervención del poeta español Félix Grande. Decidió instalarse definitivamente en la capital española, donde residiría durante casi veinte años.

En 1979 publica Dejemos hablar al viento, novela con la que concluye la saga de Santa María, y que está dedicada a su amigo Juan Ignacio Tena Ybarra, en agradecimiento a las gestiones que emprendió para permitir su liberación. En 1980 obtiene el Premio Cervantes. En 1987 publica Cuando entonces, y en 1993 publicó su último libro, la novela Cuando ya no importe, en la que resucita por última vez la ciudad de Santa María.

La obra literaria de Onetti, fuera de su poderosa originalidad, debe mucho a dos raíces distintas. La primera es su admiración por la obra de William Faulkner. Como él, crea un mundo autónomo, cuyo centro es la inexistente ciudad de Santa María. La segunda raíz es el Existencialismo: una angustia profunda se encuentra enterrada en cada uno de sus escritos, siempre íntimos y desesperanzados. El ciclo de Santa María empieza en 1950, cuando aparece La vida breve,  que junto con El astillero y Juntacadaveres conforman una suerte de trilogía.

´´Hace cinco años, cuando el Gobernador decidió expulsar a Larsen (o Junta o Juntacadaveres) de la provincia, alguien profetizó, en broma e improvisando, su retorno, la prolongación del reinado de cien días, página discutida y apasionante –aunque ya casi olvidada—de nuestra historia ciudadana. Pocos lo oyeron y es seguro que el mismo Larsen, enfermo entonces por la derrota, escoltado por la policía, olvidó en seguida la frase, renunció a toda esperanza que se vinculara con su regreso a nosotros.´´ Así inicia la historia de un prostíbulo narrada en El astillero.

En Juntacadaveres, el protagonista reflexiona de las mujeres que lo acompañan en el vagón del tren ´´En cuanto les diga que estamos llegando empiezan a charlar, a pintarse, recuerdan su oficio, se hacen más feas y viejas, ponen cara de señoritas, bajan los ojos para examinarse las manos. Son tres y no demoré quince días. Barthé tiene más de lo que merece él y todo el pueblo, aunque puede ser que se rían al verlas y continúen riéndose durante días o semanas. Ya no tienen quince años y están vestidas como para enfriar a un chivo. Pero son gente, son buenas, son alegres y saben trabajar.´´

En 1972 fue elegido Onetti como el mejor narrador uruguayo de los últimos 50 años en una encuesta del semanario Marcha, en la que participaron escritores de distintas generaciones. El escritor a menudo se refirió a las dificultades editoriales que padeció en sus comienzos, y al peso de los emigrados de la guerra civil española en el mundo editor bonaerense y mexicano. Varias de sus novelas aparecieron en Buenos Aires (Editorial Sudamericana) o Montevideo (Editorial Arca). En su exilio español quienes lo trataron afirman que facilitó la difusión masiva de su obra, la agente literaria de Barcelona Carmen Balcells.


Es Onetti un observador neutro, convencido de la fatal realidad humana. Desarrolla las historias y sus personajes como testigo involuntario de lo sórdidos mundos de la sociedad, un universo en el que nadie se salva y tampoco hay posibilidades de redención, un círculo de miseria y desesperanza. Falleció a los 84 años. Pasó sus últimos años sin salir prácticamente de su cama, leyendo, fumando y tomando whisky, llevó una vida ermitaña en su departamento madrileño hasta morir.