domingo, 28 de noviembre de 2010

MARGARITO RAMIREZ MIRANDA






Una de las corrientes más polémicas por su relación con los otros grupos políticos del Estado y por la fuerza política que ejerció durante el siglo pasado, fue la de Margarito Ramírez. En su entorno se crearon y desarrollaron liderazgos que influyeron prácticamente durante todo el siglo veinte. Ejercieron el control de la Universidad de Guadalajara e importantes espacios dentro del PRI como un distrito para diputado federal en Guadalajara, un distrito para diputado local en la zona de Atotonilco y varios municipios donde imponían autoridades. También mantenían una secretaría en el Comité Directivo Estatal, participando en igualdad de condiciones con los organismos obreros, campesino y popular del corporativismo de ese partido político.



En Jalisco se interpreta el gobierno de Ramírez Miranda como la antítesis de Guadalupe Zuno, quienes vivieron enfrentados con sus familias durante prácticamente todo el siglo, que se disputaron los espacios de poder. De entre ellos destacan los conflictos de la década de los cincuenta y la lucha de finales de los sesenta por el control estudiantil. Con la otra corriente que mantuvo conflictos fue con la de José de Jesús González Gallo, quien también le disputó el control de la Universidad a través de su hijo Jesús González Cortázar. Esta confrontación tuvo tintes de carácter ideológico por el carácter conservador con que se caracterizó a la corriente de González Gallo.



Todas las luchas que se desarrollaron en el terreno estudiantil fueron acompañadas de violencia pandilleril, hasta el último enfrentamiento con el Frente Estudiantil Revolucionario, conocido como FER y que se le atribuía a la familia de Guadalupe Zuno, a raíz de la candidatura de Luis Echevería a la Presidencia de la República. Sin embargo este movimiento fue enfrentado además de la Federación de Estudiantes de Guadalajara o FEG, por los órganos policiacos del Estado, en ese momento gobernado por Francisco Medina Ascencio y el apoyo del Secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, a través de su hijo Javier García Paniagua. Las consecuencias de esos eventos se manifestaron en la radicalización del movimiento estudiantil rebelde, yendo a fortalecer los movimientos guerrilleros urbanos, que arrastraron una secuela de violencia durante los siguientes años, hasta que el gobierno de López Portillo acabó con los grupos armados mediante mecanismos paramilitares.



Gobernó el Estado Ramírez Miranda del 23 de abril de 1927 al 7 de agosto de 1929. La voz popular afirma que quien lo escogió para gobernar el Estado fue Alvaro Obregón, que de esa manera le pagó el favor de salvarle la vida. Posteriormente fue designado gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo, desde donde se afirmaba acrecentó su poder económico.



De sus dos hijos quien destacó fue Carlos Ramírez quien se apoderó del órgano estudiantil de la Universidad para sustituir el Frente Estudiantil Socialista de Occidente, conocido como FESO, en los inicios de la década de los cincuenta. Las condiciones en que se desarrolló su liderazgo son características del mundo postrevolucionario con el uso de la fuerza, incluida la violencia, mecanismos mediante los cuales se decidían las disputas políticas.



Una de las actitudes que se le reconoce a Carlos Ramírez es que desde su condición de factor de poder, mantuvo el criterio de que quien dirigiera la institución, esto es el rectorado, debiera ser alguien con reconocimiento académico y no por su carácter de líder estudiantil, como sucedió a partir de su desaparición física.



La vida interna de la propia organización estudiantil no fue armoniosa ni tersa, se sucedieron casos en que los conflictos internos rebasaron el liderazgo de Ramírez Ládewig, como fue el caso de José Luis Lamadrid Souza, quien fue vicepresidente de la FEG y se convirtió en diputado federal obteniendo el cobijo de Jesús Reyes Heroles. Mantuvo Lamadrid un distanciamiento de más de veinte años, resuelto en 1973 en la Convención del PRI para declarar candidato a Presidente de Guadalajara a Juan Delgado Navarro. Un hecho que generó fuerte tensión fue la intervención del grupo paramilitar de origen en la FEG, protegido e impulsado por Federico Amaya Comandante de la Quinceava Zona Militar, que le disputó a Carlos Ramírez el control estudiantil en la década de los setenta.



El poder que obtuvo Ramírez Ladewig a través del control estudiantil de la Universidad de Guadalajara, fue considerado como el de un Estado dentro del Estado. Su liderazgo fue una combinación del ejercicio de la fuerza con la creación de una corriente facciosa. De sus filas salieron conocidos delincuentes que se ligaron al crimen organizado y al negocio de las drogas.



Sin embargo cuando tuvo la oportunidad de desarrollar y ejercer su faceta conciliadora y de trato personal fue reconocido por los sectores sociales de Jalisco. Dicha cualidad la mostró como delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social que aprovechando la estructura de dicha institución, esto es que el Consejo de Administración lo componen líderes obreros y patronales, se dedico a cultivarlos, escuchando y atendiendo sus propuestas, logrando un acercamiento con ellos sin paralelo en la historia jalisciense. Para los miembros de su círculo cercano ese liderazgo social le costó la vida, al ponerlo en la antesala de la candidatura al Gobierno del Estado, lo que no fue del agrado del Presidente Echeverría quien según su decir ordenó su muerte.



Con la desaparición de Carlos Ramírez en 1975, asumió el liderazgo del grupo su hermano Alvaro, mismo que no logró mantenerlo y que acabó por entregar a los descendientes de Raúl Padilla Gutiérrez, quién había sido seguidor de Natalio Vázquez Pallares en el FESO y funcionario del gobierno de Juan Gil Preciado.





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