lunes, 12 de febrero de 2018

ESCENARIOS DE 2018



Aunque con algunos cambios en los actores la elección para gobernador del presente año anota ser una calca de la del año anterior en el Estado de México. Se repiten no solamente las conductas clientelares que llevan irremediablemente a confrontaciones agresivas, descarnadas y pandilleriles, sino también a propuestas facciosas de gobierno, que consecuentemente desembocan en posicionamientos de interés tribal del equipo triunfador.

Lo anterior deja fuera a lo que podríamos llamar el núcleo de cualquier democracia, la clase media y pensante y aleja la participación positiva y armoniosa de quienes actúan con un sentido desinteresado, en busca del bien social y el avance hacia mejores estadios de bienestar material, convivencia, realización colectiva y personal que conduciría a una sociedad civilizada, con menor tensión de convivencia y conflicto.

Si bien en el Estado de México la lucha final se presento entre el PRI y Morena y un crecimiento inesperado del PRD, en Jalisco los personajes perfilados son Movimiento Ciudadano y el PRI, teniendo en segundo plano la lucha por el tercer lugar de los candidatos de Morena y Acción Nacional.

Al momento y tomando como referente las encuestas de noviembre de Mural, se puede decir que encabeza el candidato de Movimiento Ciudadano, que en escenarios distintos plantea que en coalición con el PAN y el PRD obtendría 39 por ciento y una candidatura de solo Movimiento Ciudadano el 33 por ciento. Si consideramos que por acciones complejas en algunos municipios, distritos y la candidatura presidencial se presentan en coalición y en la gubernatura de manera individual, es difícil establecer cómo reaccionarán al final los miembros y simpatizantes de Acción Nacional ante las candidaturas al gobierno del estado, lo que influirá necesariamente en el resultado final del candidato de Movimiento Ciudadano.

En el afán de obtener un punto de referencia tomamos el voto de Movimiento Ciudadano de la elección de 2015 para diputados de mayoría relativa, que nos muestra un 30.6 por ciento estatal. Así si establecemos la media entre el máximo de los escenarios de la encuesta de mural para el candidato a gobernador que es el 39 por ciento y la que genera para partido de 2015, tendríamos un 34.8 por ciento.

En lo referente al candidato del PRI no tenemos información sólida de los medios de cuál es la posición real de Miguel Castro. El dato más relevante que nos sirve de referencia es el resultado de la elección de 2015. La votación del PRI en el estado de candidatos de diputados de mayoría relativa fue de un  28 por ciento, de lo que se ha insistido por estudios posteriores que el voto firme de ese partido es del 18 por ciento en tanto el otro 10 por ciento sería del voto simpatizante.

En lo que se refiere al candidato a gobernador de Morena el doctor Carlos Lomelí, algunos medios insisten en que mantiene un diez por ciento de la tendencia del voto, que podríamos considerar como real provisionalmente, en tanto se realizan estudios confiables que confirmen o modifiquen dichas tendencias.

En lo referente al PAN las noticias recientes nos informan que el candidato será Miguel Angel Martínez Espinoza, que con la confusión y desgaste que ha generado el Comité Nacional tendrá que luchar cuesta arriba en la obtención del voto. A falta de información confiable podemos recurrir a los resultados de la elección de 2015, que colocan a Acción Nacional en el plano estatal con un 18 por ciento.

De forma genérica podemos encontrar algunos rasgos que pueden influir en el ánimo del elector para definir su voto. Para el caso de Enrique Alfaro pudiéramos decir que si bien su administración de Tlajomulco de 2010-2012 dejó un buen sabor de boca, la administración de Guadalajara de 2015-2018 deja muchas inconformidades e incógnitas. En el caso de Miguel Castro cuenta en sus activos la administración de Tlaquepaque de 2010-2012 que dejó una agradable sensación de honestidad y eficiencia, en tanto que como funcionario del gobierno del estado a partir de 2012 fue anodina y plegada a los caprichos y veleidades del gobernador y su grupo.

El caso de Carlos Lomelí en Morena ha sido de montaña rusa. Logró un crecimiento electoral importante en Movimiento Ciudadano antes de ingresar a Morena, aunque su nombre sigue siendo discutido en relación a señalamientos de participación con grupos delincuenciales, ha logrado rebasar los límites que algunos observadores le impusieron, aunque habría que esperar el desenvolvimiento de el último tramo antes de la elección.

Por lo que se refiere al candidato de Acción Nacional en lo general se le considera un hombre honesto, aunque se le critica haberse plegado al grupo cortesano de Emilio González en la Secretaría de Educación y sus resultados en dicha función como en la Secretaría de Educación Pública con Felipe Calderón, son insustanciales.

Es de esperar que antes del arranque de las campañas formales algún medio publique encuestas con un nivel aceptable de certidumbre, lo que nos permitirá visualizar con mayor precisión las tendencias de votación. Sin embargo en una apreciación preliminar podríamos considerar un posicionamiento de Enrique Alfaro con el promedio cercano al 35 por ciento, Miguel Castro con un potencial techo de crecimiento del 28 por ciento, Carlos Lomelí luchando por un 15 por ciento y Miguel Angel Martínez Espinoza en busca del 18 por ciento, lo que haría una suma del 96 por ciento.

En el escenario anterior se puede considerar que la disputa se presentaría entre los candidatos de Movimiento Ciudadano y el PRI, en una indigna lucha por el treinta por ciento y que como decíamos podría acercarnos a la experiencia del Estado de México, en la que los partidos punteros no escatimaron esfuerzos ilegales e inmorales para obtener el voto clientelar, a través de chantajes y compra del voto con los dineros públicos, pervirtiendo de un golpe las administraciones públicas y  la democracia.

Los escenarios que se observan no beneficiarán a la democracia y por consecuencia a una mejor convivencia social y a la sana administración pública, que son los objetivos centrales de una sociedad civilizada y moderna.








domingo, 4 de febrero de 2018

EL DESARROLLO URBANO PERVERTIDO






Uno de los temas centrales que deben abordar quienes pretenden administrar el país, el estado y los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, es el crecimiento anárquico y agresivo en que predomina el interés utilitario sobre las personas y sus comunidades. El interés de los candidatos se manifiesta en declaraciones con lugares comunes y retórica, hablan de generalidades y de buenas intenciones sin que propongan algo concreto, que los comprometa a mejorar la vida de los habitantes.

La necesidad de vivienda de los pobladores del estado ha sido aprovechada por la voracidad de quienes pretenden acumular riqueza a cualquier costo, incluyendo el despojo de los ahorros de las familias. Esa condición ha creado constantes abusos, sumado a la rapacidad de autoridades estatales, municipales y representantes populares que se han prestado para modificar la normatividad.

El crecimiento urbano anárquico y acelerado viene a partir de la década de los noventa, aunque los orígenes son múltiples el primario es la comercialización de los ejidos, en una perversión del uso del suelo con finalidad distinta a la que se previó en el utópico proyecto del reparto de la tierra.

Fue durante el periodo de Alberto Cárdenas en que se construyeron las condiciones jurídicas para los grandes negocios inmobiliarios, con dos acciones centrales y otras periféricas, la primera fue la derogación de la Ley de Fraccionamientos, que condicionaba entre otras acciones la entrega del veinte por ciento de los terrenos a urbanizar a los municipios para convertirlos en terrenos de uso común, que se podían dedicar a parques y zonas verdes o bien construir iglesias y escuelas, lo que privilegiaba y garantizaba espacios para la convivencia social.

La Ley fue sustituida en 1998 por un Código Urbano que entre otras ventanas favorables a los desarrolladores, permitía incorporar las áreas de donación al desarrollo inmobiliario mediante la adquisición monetaria a los municipios. Aquello además de dañar los bienes comunales permitió que los negociantes y los funcionarios arreglaran bajo la mesa precios bajos por los bienes de uso común, a cambio de beneficios personales irregulares para los funcionarios.

La aprobación del Congreso del Estado de dicho Código a propuesta del gobierno de Cárdenas fue rápida y expedita por los diputados del PRI, PAN y PRD. Los representantes populares eran los líderes reales de los tres partidos, que hicieron caso omiso a su papel de contrapeso, asumiendo los acuerdos y arreglos con extrema diligencia entre rumores y sospechas de sumas de dinero que corrieron a sus bolsillos de las cuentas bancarias de los desarrolladores.

La segunda acción fue la creación de las figuras de Derecho Administrativo de la Negativa Ficta y la Afirmativa Ficta que permitieron a un Tribunal Administrativo acomodaticio, sustituir las decisiones de las administraciones municipales mediante triquiñuelas. No debemos olvidar que los tribunales se convirtieron en espacios de los grupos de poder locales mediante denigrantes cuotas de poder.

Otro factor determinante fue la intervención del gobierno federal en las políticas de vivienda. Destacadamente en el INFONAVIT regulado por la Secretaría de Hacienda que fija las condiciones para el otorgamiento de créditos y que la intervención de agentes aparentemente externos, determinaba la certeza de un mercado protegido con el ahorro de los trabajadores. Fue evidenciada por los medios la intervención  de los hijos de Martha Sahagún, en el sexenio de Vicente Fox para poyar a la empresa Homex, en la construcción del desarrollo de Santa Fé en el municipio de Tlajomulco de Zuñiga.

Las empresas de mayor poder económico que con el apoyo federal se apoderaron del control de la vivienda fueron Homex, Geo y Urbi. En este sexenio y por razón de que perdieron la simpatía de los funcionarios, les fue restringida la protección discrecional de sus inversiones y cayeron en un bache financiero, que los llevó a la bancarrota de la que aun no logran salir.

En medio de los intereses y las corruptelas se encuentran atrapados quienes han obtenido un crédito para adquirir una vivienda aportando sus ahorros de vivienda, reunidos a través de su trabajo y que los gobiernos, las empresas desarrolladoras y personajes sin escrúpulos han convertido en objeto de su insaciable voracidad. Factores como el tamaño de la vivienda o la construcción de fraccionamientos sin cumplir los requerimientos mínimos para su habitabilidad que carecen de los servicios mínimos de alumbrado, agua, seguridad pública, transporte público, que los municipios se niegan a recibir por no cumplir los requisitos mínimos y que sin embargo fueron sospechosamente aprobados para su construcción.

El efecto es que muchas familias se han visto obligadas a abandonar las viviendas y perder sus ahorros por las condiciones infrahumanas que se generan con la falta de servicios, destrucción de vías, la violencia que provoca en la comunidad la falta de seguridad pública con la consiguiente incidencia delictiva, consumo de drogas y la proliferación de pandillas como fenómeno colateral.

Sumado a todos los fenómenos que agreden al desarrollo armónico de las familias debe considerarse el daño que se le ha causado al crecimiento equilibrado del estado, al privilegiar la Zona Metropolitana con inversiones de los gobiernos, para generar las condiciones favorables a los negocios inmobiliarios. Tampoco se ha actuado en la protección de los recursos naturales que se afectan como el abuso del agua para abastecer el entorno metropolitano, ni que decir de la incapacidad de los gobiernos para atender el tratamiento de las aguas residuales que se generan, entre otros muchos males en perjuicio de quienes viven en la Zona Metropolitana y de manera indirecta en el estado.






miércoles, 31 de enero de 2018

LA PROPUESTA ELECTORAL



Un elemento básico de una campaña electoral es la propuesta de acciones de gobierno, que habrán de decidir de manera determinante el sentido del voto, por lo que el elector considere sea lo que conviene a la sociedad y a él en lo particular.

En el momento que inician las campañas aun no tenemos idea de lo que los distintos candidatos ofertarán, no sabemos tampoco ni en esbozo lo que piensan o pretenden. Conociendo el desordenado comportamiento de los personajes, tampoco tenemos certeza de que habrán de proponernos algo coherente y realizable, o simples declaraciones para salir del paso.

Para desazón de quienes habrán de votar y sobre todo para quienes habrán de sufrir las decisiones de dichos personajes, no se conoce la forma de pensar y mucho menos de abordar la compleja problemática que les correspondería atender en caso de ser electos. Así los candidatos a puestos de elección federal, estatal o municipal no atinan a decirnos que harían en caso de ser electos, y lo que es peor para nosotros, no nos dicen cómo piensan que realizarían tales propósitos o proyectos.

Lo que nos genera mayor inquietud es que sin haber resuelto los más acentuados problemas en las administraciones que han ejercido,  insistan que saben cómo resolverlos. La contradicción pone en duda no solamente su capacidad, sino la honradez de su compromiso y nos deja la inquietud de que no les interesa cumplir su oferta. Los problemas en todos los niveles se acentúan y es evidente la incapacidad de quienes han dirigido las administraciones, que no han encontrado la forma de enfrentarlos.

Temas que llevan decenas de años sin ser abordados correctamente y que los dirigentes en turno se han encargado de deteriorar más, como ha sido el caso de la educación en Jalisco. Si bien en casos como en el gobierno de Flavio Romero de Velasco se buscaron personas con el mejor perfil para dirigir la educación, no se avanzó. Peor fue con Enrique Alvarez del Castillo, que se enfocó a fortalecer una facción sindical del magisterio, la sección 47 a la que le entregó la carrera magisterial, que obviamente fue operada para fortalecer las dirigencias y no para promover a los docentes por su entrega y profesionalismo. El proceso se convirtió inevitablemente en un ejercicio de manipulación y simulación en perjuicio del esfuerzo de los profesores, que como consecuencia sacrificó el interés principal, el de los educandos. Los casos de las administraciones siguientes han sido aun más patéticos, los del PRI y los del PAN, plagados de políticas erráticas y corruptelas.

Otro ejemplo que está no solo a la vista de todos, sino que lo padecemos con efectos múltiples los habitantes, ha sido el desarrollo desequilibrado del estado en el que  la Zona Metropolitana presenta el más evidente ejemplo del desequilibrio generado por gobiernos torpes y laxos. Las malas prácticas han llevado no solamente a la desatención de las otras regiones sino que se presenta en el crecimiento desordenado de la mancha urbana, con todos sus efectos pervertidos, desde el daño a los recursos naturales, el abatimiento de recursos como el agua, los deficientes servicios públicos y las injusticias que se generan en las zonas marginadas que se manifiestan en efectos de colonialismo interno, producto de los cinturones de miseria.

Asociado al fenómeno anterior aparecen asuntos como la falta de planeación urbana y con ella de planeación económica, provocando anarquía y subdesarrollo de la industria, asociado a una deficiente generación de empleo, pésimo transporte público y la creación de vivienda alejada de los centros de trabajo.

Las preguntas naturales son por ejemplo, cual candidato y su equipo de campaña que necesariamente habrá de ser su equipo de gobierno, expresa con claridad, profundidad y precisión en lugar de ocurrencias y declaraciones retóricas, como habrá de enfrentar el flagelo de la corrupción, si en el entorno de todos ellos hemos visto desarrollarse el cáncer corruptivo.

Como habrán de resolver los problemas de un servicio elemental como brindar seguridad a sus ciudadanos, si todos invariablemente han estado ligados a políticas fallidas. Como enfrentarán  la contaminación de la Cuenca Lerma Chapala, si no intentan controlar las emisiones contaminantes de la Cuenca, en caso específico del rió Santiago, un pequeño tramo en el que se concentra la mayor contaminación de aguas del país.

Como van a presentar propuestas viables o cuando menos creíbles, quienes han fracasado en administraciones municipales y que ahora buscan candidaturas estatales o bien pretenden reelegirse en sus municipios, si no han podido atender el problema de la ineficiencia, la corrupción y la asociación con la delincuencia organizada. Si han fomentado de manera cínica el crecimiento desordenado de los desarrollos habitacionales en evidente complicidad con los desarrolladores.

Si partimos de la premisa de que se elige a una autoridad para que resuelva los problemas de la colectividad, necesitamos conocer lo que ofrece el candidato para evaluar las posibilidades de su realización en primer lugar y en segundo la capacidad personal para cumplir el compromiso.


El candidato debe presentar un planteamiento claro de lo que ofrece, en el que exponga además de la metodología del proceso, el costo financiero de los proyectos, lo que permitiría evaluar la factibilidad de la propuesta. Así se podrían evitar ofertas inviables por ser producto de la ocurrencia o por la falta de capacidad económica de la administración. Además de considerar desde luego  las dificultades actuales de las administraciones por los excesos y abusos que han cometido en varios casos los mismos administradores. 

sábado, 20 de enero de 2018

INSATISFACCION ELECTORAL






Dentro de los efectos secundarios aunque no de menor importancia que genera la elección próxima en Jalisco, está la insatisfacción de amplios sectores sociales por la manipulación de candidaturas dentro de los partidos políticos, que cierra la posibilidad de candidatos alternos a los grupos de interés.

El segmento social que queda sin alternativa de expresión es el crítico de la sociedad, constituido por habitantes de las zonas urbanas de clases media y media alta y sólida formación educativa y cultural. Ese elector básicamente se ubica en las diez principales ciudades del estado, lo que le otorga considerable valor cualitativo y cuantitativo.

Sobra decir que la población que emite el voto volátil no es solamente el motor social, sino también su conciencia y que por su liderazgo debiera definir la ruta del estado a futuro y conducirlo hacia nuevas formas de convivencia y desarrollo individual y colectivo. Es claro que representa una amenaza para los intereses creados, razón por la que es excluido mediante habilidosa manipulación, de la participación en la elección de los gobiernos y por consecuencia de la conducción del cambio.

Aunque debe considerarse que la Lista Nominal de Electores sufrió posterior a la elección de 2015 un importante ajuste por la eliminación de nombres de personas inexistentes, lo que afecta la exactitud de una proyección, la podemos utilizar de referente. Así en la elección de 2015 en la que el nivel de participación estatal fue de un 51 por ciento, en la suma de los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá, El Salto, Ciudad Guzmán, Puerto Vallarta, Tepatitlán y Lagos de Moreno se aportó poco menos del 63 por ciento del total de votos, teniendo el 71 por ciento de los electores, que implica un ocho por ciento de abstención urbana. Por lo que es razonable considerar que no hubo candidatura ni propuesta de gobierno que convenciera a ese segmento de futuras administraciones honestas y eficientes.

Como complemento podemos considerar la encuesta del diario local Mural de noviembre pasado, en la que se aprecia una caída de entre 12 y 18 por ciento de Enrique Alfaro Ramírez, candidato de Movimiento Ciudadano. Por su parte la negación de Arturo Zamora Jiménez a abanderar la candidatura del PRI, para analistas de medios locales significa una pérdida para ese partido entre 250 y 300 mil votos.

Acción Nacional además del enorme desgaste que le han generado los gobiernos federales y estatales, carga con la confusión que le provoca la dirigencia nacional. Le afecta entre otras causas la manera inescrupulosa de disponer de los deteriorados activos locales de la cúpula nacional. El fin que lo justifica es  apoyar la cuestionada candidatura a la Presidencia de la República de Ricardo Anaya, entregando a sus electores cautivos a los intereses de Movimiento Ciudadano en el estado de Jalisco. MORENA a su vez renunció a propuestas rentables y de aceptación social por una candidatura a gobernador cuestionada en su origen, de la que al parecer solo le interesa los recursos financieros, que servirán para cultivo del voto clientelar.

En un acercamiento podemos considerar que se encuentran en el limbo electoral más de 500 mil votos del MC, entre 250 y 300 mil del PRI, además de la abstención de zonas urbanas que significarían un aproximado de 300 mil. La suma en total equivale a más de un millón de votos, que no encuentran destino por falta de propuesta de interés legítimo y que equivalen a la inconformidad social ante la elección de 2018.

Ahora bien si consideramos los escenarios actuales y vemos que no hay una propuesta que convenza a los votantes con alto nivel de exigencia, esto nos lleva a considerar que el voto que en este momento aparece es un voto básicamente clientelar, que identificamos como voto conducido por intereses ajenos a una propuesta de gobierno de beneficio social, antes bien es un voto de conveniencia personal o grupal y decididamente utilitario.

La impunidad con que se han desenvuelto los grupos de interés ha propiciado el crecimiento desmesurado de los abusos y se han convertido en una cultura negativa de la administración pública, de la que un segmento social considerable se mantiene inconforme, por lo que deliberadamente quienes manipulan los procesos electorales lo excluyen de las decisiones.

Como resultado inmediato y fatal, además de las administraciones fallidas, es de esperar que las campañas se sigan financiando irregularmente con recursos públicos, creando compromisos de los que gobiernan con quienes habrán de sucederlos mediante generosas aportaciones a los procesos electorales y a los bolsillos de los candidatos, que representan teóricamente una amenaza para quienes cometen los delitos.

Para ese sector crítico del voto existen además otros elementos disuasivos para su participación, como que ninguno de los candidatos a la Presidencia de la República representa una posibilidad de cambio y de mejora. Todos de una u otra forma representan la continuidad de vicios enquistados durante decenas en la administración pública, por lo que no han despertado el interés de los jaliscienses por el voto.

Así se observa al momento un proceso electoral viciado de origen por todos los participantes, en el que no hay lugar para la auténtica participación democrática en busca de mejores alternativas para una sociedad, cansada de la expoliación a que la tienen sujeta quienes se apoderaron además de la administración pública, de los instrumentos electorales.


Los elementos enunciados llevan a considerar que el segmento pensante y con más sólido liderazgo en Jalisco permanecerá al margen de la decisión sexenal más importante, la selección de gobiernos honestos y eficientes.