domingo, 31 de octubre de 2010

LA ESTRUCTURA INFORMAL DE LA FIL






Para los lectores participar de una feria del libro es como asistir al paraíso; encontrar ahí las editoriales y las ediciones que es difícil localizar en los lugares habituales de venta, es un verdadero agasajo. Encontrarse, además, frente a frente a los grandes personajes de la literatura o escucharlos en sus disertaciones, es algo que no se puede despreciar fácilmente.



Sin embargo, es difícil imaginarnos la manipulación comercial que existe atrás de la venta de un libro; no es fácil entender como un objeto de cultura se convierte en un instrumento de consumo. Por otro lado, es de sentido común que el nivel de cultura de una sociedad se mida por el número de libros que lee. Así, el mercado de los libros se beneficia de una sociedad culta; sin embargo no asume como obligación mejorar la calidad cultural de dicha comunidad, sino únicamente satisfacer las necesidades del segmento social.



A pesar de cualquier criterio, el mercado debe darse y desarrollarse dentro de ciertos parámetros de honestidad. Cuando se utilizan recursos públicos para mejorar la vida cultural y educativa, la aplicación presupuestal es honesta; cuando se desvían los recursos para mejorar las ventas y apoyar a los comerciantes estamos ante un desvío de los recursos, entre otras razones porque se está afectando la lógica del mercado; cuando menos eso nos dicen los defensores de las leyes de la oferta y la demanda.



La Feria Internacional del Libro, patrocinada desde hace dos décadas por la Universidad de Guadalajara, puede servir de referente; convertida en un éxito comercial a través del manejo de medios y en el que los autores siguen el guión que les dictan sus casas editoras. Aunque muchas de las veces reciben un trato indigno al ser obligados a adoptar poses y expresar declaraciones como si se tratara de actores de telenovela.



El referente más claro de la estructura de intereses que opera tras bambalinas --y que se puede apreciar, incluso, por su influencia y cercanía con quien dirige la Feria Internacional del Libro--, es el GRUPO PRISA, empresa española que abarca diferentes ramas de los negocios, destacadamente la editorial. A este grupo pertenecen las editoriales Alfaguara y Santillana; además edita el influyente periódico español “El País”. Ligada al periódico y las editoriales se creó la Cátedra de Estudios Latinoamericanos, cuyo comité lo integran Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Felipe González.



La familia Polanco propietaria de GRUPO PRISA, participó abiertamente con el Partido Socialista Obrero Español en su llegada al poder, de ahí la cercanía e identificación con personajes como Felipe González y los miembros de su partido que han obtenido y ejercido el poder en España, llevándola a la modernidad democrática y a la consolidación económica con su entrada a la Comunidad Europea.



Por su parte, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes han sido el soporte para sostener y consolidar la Feria Internacional del Libro, que año con año se desarrolla en Guadalajara, con beneficios comerciales óptimos para dicho grupo económico. Entre los mejores beneficios se localiza la legitimación de Editorial Santillana que tiene un excelente mercado en la venta del libro oficial para las escuelas del país.



En lo que se refiere a negocios ajenos a los libros, el grupo controla un sector importante de medios de comunicación como las radiodifusoras, a través de las que manipula ante el mundo oficial para incrementar sus negocios. El caso de Carmen Aristegui, que no se ajustó a sus políticas mercantiles y acomodaticias, es paradigmático, habiéndola obligado a retirarse de la empresa por su conducta digna e independiente de periodista ante el Gobierno Federal.



Es una paradoja que un grupo que participó en su país de los difíciles procesos de democratización y que impulsó, a través del PSOE, políticas que mejoraron el nivel económico de la sociedad española, venga a este país con un afán inescrupuloso y depredador, apoyándose en personajes que debieran luchar por la dignidad y el bienestar de los mexicanos; fortaleciendo, a su vez, al cuestionado grupo que se apoderó de la estructura de la Universidad y que ha hecho de dicha institución una fuente inagotable de recursos para el patrimonio personal de sus integrantes.



Fue evidente el nerviosismo del grupo económico con el debilitamiento de Raúl Padilla, con las críticas de los medios por su conducta inmoral en la administración universitaria y sobre todo con la confrontación con el Rector Carlos Briseño. El propio periódico El País intervino en apoyo del grupo universitario a través de editoriales, en que elogiaba a la Universidad y a la Feria Internacional del Libro.



En el caso de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, es difícil entender dichas actitudes egoístas, que hacen olvidar --incluso a personas de su nivel intelectual-- que se deben a un sector social que las ha mantenido en el pedestal al leer sus obras. Es posible que ese sea el mayor daño, al generar con su actitud la pérdida de confianza de quienes creen que quienes escriben los libros, tienen esa cualidad de héroes que los hace mejores que el común de los humanos.



Tampoco se debe dejar de lado la actitud y conducta de los personajes que disponen del dinero público de forma inescrupulosa y lo invierten en fines no claros ni honestos. Si los dineros están destinados para la educación superior, y se invierten en promociones de empresas que ya de por si obtienen ganancias estratosféricas en mercados controlados como el de la educación, es sin lugar a dudas una inmoralidad.



La falta de claridad en la aplicación de los recursos lleva necesariamente a suponer un mal uso de ellos, además de desvirtuar la función universitaria y deteriorar la imagen de una institución que no lo merece. La Feria Internacional del Libro debiera ser eso, una feria en la que la participación de las empresas editoriales se diera sin paternalismos presupuestales. En la que los lectores disfrutásemos de ella sin pensar y tener la sensación de que participamos de un gran fraude, en el que el gran perdedor es el ciudadano jalisciense que sacrifica la educación universitaria en beneficio del boato y el negocio de unos cuantos.







domingo, 24 de octubre de 2010

LA FERIA DEL LIBRO






La Feria del Libro fue creada deliberadamente como soporte de la estructura que sostiene dentro de los círculos de poder y en la opinión pública a los dirigentes de la Universidad de Guadalajara. Su diseño fue un andamiaje comercial y de intereses del mundo editorial, cubierto por la escenografía de los libros.



Bajo la sutil conducción de importantes personajes del mundo de la literatura, se creó un complejo entramado en el que se involucraron editoriales, artistas y escritores, que bajo la seducción del mundo de la cultura, fueron pasando al activo de los intereses del grupo.



Se trata de una Feria que reúne a las editoriales de habla hispana y que se apoyan en la promoción comercial para vender sus productos. Todo bajo el concepto básico del consumo, logrando de esta manera construir un atractivo espacio mercantil, aunque no queda claro como se enriquece el espíritu con esas prácticas.



Además de utilizar la Feria para vestir al grupo que administra a la Universidad, el evento ha sido cuestionado desde sus inicios por la falta de claridad financiera en el origen de los recursos y en su aplicación. Por información parcializada se conoce de aportaciones de dependencias del Gobierno Federal, del Estatal y de los municipios importantes del estado, sin que los aportadores o el Patronato informen los montos. Otra crítica recurrente ha sido los pobres efectos que ha generado en la educación y la cultura del Estado, no solamente en la población, sino en la propia comunidad universitaria. Un indicador de ello es el pobre nivel de lectura, uno de los más bajos del país.



Haber sido concebida como un mecanismo de impacto mediático, antes que fenómeno cultural, llevó a sus creadores a construirla sobre los criterios del espectáculo, modelo probado en otros espacios de negocios del grupo, donde destacan las estrellas de la farándula y los aprendices de brujo.



Sin estudios que determinen el impacto real de la Feria en la sociedad jalisciense, permanecen las acciones en el vacío. Cada día es mayor el número de personas que perciben al evento como ajeno al universo local. Todos aquellos que de buena fe participan y lo apoyan, consideran que habrá de dejar algún beneficio colectivo cuando menos a largo plazo, aunque algunos empiezan a dudar de los frutos, considerando además lo gravoso del costo financiero para una sociedad con problemas ancestrales.



Ante la oscuridad de la administración de los recursos, aumenta la sospecha año con año. La mayor parte de ellos se considera que tienen su origen en las arcas de la Universidad de Guadalajara, que amparada en amañados recursos, escamotea cualquier dato sobre la aplicación de sus finanzas, incluyendo por supuesto el financiamiento de la Feria.



Uno de los muchos servicios que la Feria ha prestado a sus promotores es la de impresionar a quienes la financían y que tienen en sus manos el poder para afectar al grupo con sus decisiones, sobre todo podrían poner en riesgo su permanencia en el control de la institución. Afortunadamente para los interesados, esos personajes son susceptibles al halago y su escasa formación académica y cultural los convierte en fáciles objetos de manipulación. El argumento ramplón de que quienes cuestionan la Feria y por consecuencia a la Universidad, cuestionan la cultura, ha logrado que las distintas instancias que debieran exigirles rendición de cuentas soslayen sus obligaciones.



La manipulación informativa de los resultados es otra cuenta pendiente con la sociedad. Se afirma, por ejemplo, que asistió una cantidad determinada de visitantes y, al hacer una evaluación visual, muchos de ellos son niños de primarias oficiales llevados por sus profesores a empaparse de la feria. Visitas superficiales con un desfasado concepto de la educación, como si el ver estantes de libros promoviera el hábito de la lectura. En los mismos números puede englobarse a los alumnos de dependencias de la Universidad, que asisten obligados para obtener una calificación. Todos ellos son clientes cautivos que permiten inflar las cifras para la legitimación del evento pervertido desde su origen.



La Feria viene a plantearnos, además, esa tenue línea que separa la cultura de la mercadotecnia. La dificultad estriba en separar el valor intrínseco del libro de su valor como objeto de consumo. Difícil de dilucidar ya que depende en realidad del contenido del libro, que se convierte en objeto de mercado de las empresas.



Se hace evidente de esa manera, que lo que predomina es el criterio de las editoriales y no el de los autores, que en no pocos casos se ven forzados a seguir el guión que la empresa mercantil les marca. Sin dejar de lado la manipulación que el propio Patronato de la Feria realiza, todo encaja de manera perfecta en la metáfora de Huxley, con el triunfo de los dioses del consumo sobre el valor y la dignidad humanos.



Dentro de ese contexto se encuentra la posición de la familia de Rulfo que honra la memoria del personaje sobrio y auténtico. La de ellos es la defensa del escritor independiente de la manipulación de los editores y sus operadores, los organizadores de ferias. Por eso es tan difícil aceptar que su nombre sea utilizado para lucimiento de quienes aprovechan la Feria y el generoso concepto del libro.



Un evento en apariencia para el fomento de los libros y su lectura, acaba siendo una habilidosa operación de disposición de recursos públicos sin rendición de cuentas, así como para proteger los intereses ilegítimos enraizados en la Universidad. Sostener al grupo que necesita de dignidades ajenas para cubrir las vergüenzas propias. La Feria sirve para promover la venta de libros por las editoriales particulares, aunque el costo sea pervertir la cultura y mutarla en antivalor al ser utilizada como instrumento de manipulación mercantil y política.

sábado, 16 de octubre de 2010

MALCOLM LOWRY BAJO EL POPOCATEPETL


En una descripción vívida Lowry narra sus propias vivencias apenas disfrazadas en Cuernavaca, a la que llama Quauhnáhuac en la novela Bajo el Volcán. Con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al fondo del paisaje, va describiendo en poética narración, una vida de tensiones y delirios a la sombra del alcohol. Alucinada por los efectos del narcótico y alucinante en el impacto que genera en sus lectores su intensa narrativa.


La historia de su novela cumbre, que alude a la cercanía del Popocatépetl, corre sobre el hombro de los personajes a través de los que el narrador nos va describiendo los hechos, los diálogos, los pensamientos íntimos, las frustraciones, las angustias, los equívocos.



Nació Lowry el 28 de julio de 1909 cerca de Liverpool, para luego cursar estudios de filosofía en Cambridge. Después de una vida azarosa de marino residió en Nueva York, en Hollywood, en México y en la Columbia Británica. En 1947 publicó la versión definitiva de Bajo el Volcán, reescrita cinco veces por insistencia del editor. Su vida llena de tensiones y afectada por el alcoholismo terminó el 27 de junio de 1957.



Lowry encontró el tema de su narración en Cuernavaca, como Graham Greene en la persecución religiosa de Garrido Canabal en que describe la historia del sacerdote pecador y perseguido en El poder y la gloria, o D. H. Lawrence en el Lago de Chapala en su Serpiente Emplumada, con personajes reales y ficticios de un México convulsionado. Para los tres el México mestizo es un mundo incomprensible, tortuoso, alucinante. Son ellos los escritores ingleses que se empeñaron en describir un país extraño y exótico para el mundo occidental.



Es la historia de Lowry como su obra, fascinante, marinero en el Extremo Oriente, su existencia fue itinerante en tanto se dedicó a la literatura. Genio como era, sufrió de las grandes depresiones y delirios que le deparaba el alcohol. Queda en su obra retratado un mundo lleno de tensión, angustiado, con esa sensación del círculo que conduce al hundimiento, que lo llevó al final de sus días. Es su obra la descripción vívida de ese mundo atormentado, lejano a su esposa que no pudo soportar los demonios del alcohólico.



Tiene la historia como telón de fondo la Segunda Guerra Mundial y la expropiación petrolera. Un mundo que simpatiza con el Eje, con tintes de fascismo que asoma a través de ciertas ventanas y que el personaje principal, el cónsul Geoffrey reconoce pero no atiende por un sentimiento depresivo.



La obra es en realidad una biografía disfrazada, con la enfermedad de la que le será imposible separarse y que sin embargo le permitirá penetrar en el alma del hombre, su propia alma desnuda, ante el imposible auxilio de quienes lo conocen y aprecian. El no poder escapar de la dependencia de la bebida que lo conduce por los ásperos caminos de la autodestrucción.



El intento de una imposible redención, la relación con sus amigos a la vez que enemigos, por desear a la misma mujer, su mujer, el describir un mundo desde el delirio, desde el mismo infierno, al tiempo que poético en toda la intensidad del término, la poesía convertida en dolor, en prisión, en pasión desequilibrada, sin posibilidad alguna de sanar o reconciliarse con el mundo.



Lowry trata de racionalizar el mundo a través de una expresión que atribuye al monólogo interior de su amigo el productor de cine, M. Laruelle, que lo hace exclamar a nombre de Maximiliano de Austria, “Es nuestro destino vivir aquí, Carlota. Mira este glorioso país montañoso, mira sus colinas, sus valles, sus volcanes increíblemente bellos.”



Ejemplo de un mundo ambivalente, centro de atracción de dos polos intensos, es la estrujante carta (nunca enviada), que le escribe a su esposa, quien lo dejó y ahora le pide el divorcio. “ …pero ¿por qué, al menos no simulé haberlas leído (las cartas), por qué no simulé aceptar algún galardón de arrepentimiento al ver que me las enviabas? ¿Y por qué no mandé inmediatamente un telegrama o unas líneas?... ¿Por qué no, por qué no, por qué no? Porque supongo que habrías vuelto a tiempo si te lo hubiera pedido. Pero esto es vivir en el infierno. No pude, no puedo pedírtelo. No pude, no puedo mandar un telegrama. Me he quedado, en la ‘Compañía Telegráfica Mexicana’, aquí, y en México, y en Oaxaca, sudoroso y trémulo en la oficina de correos y escribiendo telegramas toda la tarde, cuando había bebido lo bastante para templar mi pulso, y no he mandado ninguno. ….Estoy demasiado enfermo para arreglar lo de los boletos, para sufrir el agotador delirio de las interminables y tediosas llanuras de cactos. Y, ¿para qué irse a morir a los Estados Unidos? Tal vez no me importaría que me enterraran allá. Pero creo que preferiría morir en México”.



O el encuentro con su esposa, cargado de tensión “ ….Luego, alzando de repente los ojos, la vio; con gesto miope escrutó en torno suyo antes de poder reconocerla allí, de pie, tal vez un poco borrosa porque el sol estaba a sus espaldas, con una mano (de la que colgaba su bolso rojo) sobre la cadera, allí, de pie, como ella sabía que él debía verla, medio airosa y un tanto desconfiada. “ ……se levantó mientras ella se acercaba: ---….Dios mío! Ivonne vaciló, pero él no hizo esfuerzo alguno por ir hacia ella; en silencio, Yvonne se deslizó sobre un banco cercano al del cónsul; no se besaron. “



Es Bajo el Volcán una de las obras maestras escrita en lengua inglesa sobre México, conmovedora, apasionante. La descripción del país en la primera mitad del siglo veinte de un genio de la literatura, conocedor del oficio literario y del alma humana.

domingo, 10 de octubre de 2010

LAS REGIONES





Probablemente el peor periodo para el desarrollo equilibrado del Estado ha sido el de Emilio González, que se ha dejado llevar por las inercias de los gobiernos anteriores. De esa manera los criterios de inversión pública y atención de necesidades se siguen utilizando como mecanismo de cooptación electoral y para favorecer empresas, sobre todo constructoras que realizan obras para la Metrópoli de Guadalajara, olvidando deliberadamente las necesidades de otros municipios.



Con una población cercana al sesenta por ciento, asentada en los ocho municipios que integran lo que se ha llamado Zona Conurbada, obligan a los habitantes de las zonas suburbanas a trasladarse a la monstruosa metrópoli en busca de educación, trabajo y mejores condiciones de vida, llevando a las personas al desarraigo y la pérdida de sus valores de origen, hacia una especie de promiscuidad, generada por una abrumadora población asentada en un espacio geográfico pequeño y a punto de agotar los recursos y las posibilidades de servicios públicos.



El tema de las Regiones ha sido desde hace más de cincuenta años materia de discursos y declaraciones oficiales. Unido al potencial desarrollo del Estado ha permanecido en el imaginario oficial, sin que eso signifique de alguna manera avance o definición clara de lo que se hará para reencauzar el crecimiento económico y social.



En el actual gobierno se llegó al extremo de crear dos dependencias que atienden el tema, la Secretaría de Planeación, antiguo COPLADE, encargada específicamente de la Planeación y el Desarrollo del Estado y la mal llamada Gran Alianza por Jalisco. Esta última creada erróneamente para la promoción de funcionarios afines a la ideología del Gobernador, herederos de grupos cristeros y posteriormente del Partido Demócrata Mexicano, que en su pragmatismo Acción Nacional engulló, para finalmente padecerlos como dolor de estómago permanente.



La preocupación por el desarrollo de las regiones del estado aparece inicialmente en el Plan Lerma Chapala, financiado por el Banco Mundial en la década de los sesentas que realizó estudios exhaustivos sobre el tema. En el gobierno de Francisco Medina Ascencio y los posteriores se estudiaron las Regiones desde el Departamento de Economía del Estado. Fue dividido el Estado en cinco regiones naturales que eran la del Centro, los Altos, el Sur, la Costa y la del Norte. Durante el gobierno de Alberto Orozco Romero se hicieron estudios sectoriales en los que participaron el gobierno, los empresarios y los particulares. El desarrollo regional siempre fue tema de los distintos gobiernos, sin embargo nunca se llegó a concretar en acciones efectivas en la geografía estatal.



Es hasta el gobierno de Alberto Cárdenas en que se intentó consolidar un proyecto sobre las Regiones. Una de las primeras decisiones que se tomaron fue subdividir la estructura tradicional en el número de doce, sin embargo esta subdivisión no correspondió en todos los casos a criterios válidos y claros. Una de las principales fallas fue que nunca se otorgó a las Regiones presupuesto específico para obras, solamente se les entregó una pequeña cantidad para estudios de factibilidad. Otro factor negativo fue la simulación al considerarse como inversión regional los proyectos que ya tenían establecidos las dependencias. La participación de los interesados fue otra de las limitantes, por ejemplo a los Presidentes Municipales no se les tomaba en cuenta y asistían a las reuniones como simples espectadores, sin voz ni voto.



Bajo la dirección de la Secretaría de Promoción Económica y el COPLADE se realizaron algunos estudios. Sin embargo el manejo tendencioso en el otorgamiento de los contratos para la realización de los Planes Regionales, por la Secretaría de Administración desvirtuó el esfuerzo. Por otro lado los intereses y las luchas internas de los grupos que se disputaban los puestos burocráticos, desplazaron a los funcionarios que conocían el tema y entramparon los proyectos.



La necesaria reorganización administrativa que permitiera entre sus funciones, otorgar permisos en forma unificada por todas las instancias de gobierno en las Regiones, agilizando trámites para las nuevas empresas, fue otro aspecto que no se resolvió. Al final solamente se construyó la Unidad Administrativa para la Región de Colotlán, misma que sin las facultades y la estructura planeada quedó como un simple conjunto de oficinas burocráticas.



Los Planes de Desarrollo de las Regiones fueron abandonados por el gobierno de Cárdenas y la siguiente administración se desentendió del proyecto, dedicando los recursos a la Zona Metropolitana de Guadalajara, alimentando así el círculo vicioso que se arrastra por décadas. Las consecuencias fueron el continuo y acelerado crecimiento de dicha zona, atraso de las Regiones y los municipios y el deterioro de la calidad de vida de todos los habitantes del Estado. En lo referente al COPLADE lo convirtieron en fuente de financiamiento para apoderarse del Comité Estatal del PAN, por un lado y por el otro para las campañas electorales del grupo del Gobernador del Estado.



A la fecha nadie conoce los Planes del Gobierno para detonar el crecimiento de las Regiones del Estado, junto a una política que frene el crecimiento absurdo de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Antes bien pareciera que las políticas oficiales van encaminadas a seguir impulsando el crecimiento desordenado y la promoción del uso del automóvil particular, en tanto que la población que vive fuera de la zona metropolitana continúa desesperanzada de que algún día se le incorpore al desarrollo.



Aferrados a políticas desarrollistas de la mitad del siglo pasado, permanecen los gobiernos ciegos ante las nuevas tendencias de desarrollo urbano del mundo, que buscan mejorar la convivencia y la calidad de vida de las personas que viven en las ciudades. Siguen empeñados en hacer grandes obras sobre las vías de transporte individual, con el consumo de presupuestos que rinden poco comparativamente y a menor número de ciudadanos. Maliciosamente podríamos pensar que son inventadas para la inversión y el gasto exagerado, para el beneficio de empresas constructoras ligadas a los intereses de quienes gobiernan, sumando así las decisiones erráticas a políticas de corrupción.





Debiera realizarse una planeación participativa en la que se incluyeran las instancias de los distintos niveles de gobierno, las instituciones educativas oficiales y privadas, así como todos los sectores sociales, para definir el futuro de la entidad, incluyendo en un solo concepto la Zona Metropolitana y las Regiones.



Parece que al Gobierno del Estado se le pide una tarea más allá de lo humano, actuar con sentido común y coordinar el esfuerzo de los auténticos representantes de los ciudadanos y de los diversos actores sociales, no ejercicios de simulación acompañados de clubes sectoriales de funcionarios públicos. Los ciudadanos de Jalisco tienen derecho a una vida de realización personal, trabajo bien remunerado y convivir en armonía con la naturaleza y con los otros seres humanos

domingo, 3 de octubre de 2010

UNIVERSIDAD DE POLITICAS UTILITARIAS







Con la habilidad que otorga la experiencia de años, el grupo que se ha apropiado de las instancias y recursos de la Universidad de Guadalajara, manipula en distintas vías. En primer lugar el control del Consejo General Universitario se realiza a través de jóvenes adolescentes de las escuelas preparatorias, que por su edad e inmadurez son manejados con facilidad. Sin escrúpulo alguno, sin respeto a su edad y su persona, denigran la condición de los jóvenes en beneficio del grupo que permanece en el poder.



Otro mecanismo es la amañada Ley Orgánica de la Universidad, que a través de una simulada autonomía evita la intervención de otras instancias públicas en la vida interna de la institución. Todo ello a contrapelo de la definición original de la propia Universidad, que se declaró desde sus inicios Universidad Socialista, esto es, Universidad de Estado. Esa situación fuera entendible si el fin de dicha autonomía fuese evitar la injerencia de instancias distorsionantes de su fin social o académico, sin embargo el objetivo real es evitar la molesta intervención de quienes piden cuentas.



En una parodia de la autonomía universitaria, bandera de personajes como Vasconcelos y el fundador del PAN Manuel Gómez Morín, el grupo la utiliza para evadir informar de políticas educativas y para evitar que los órganos auditores revisen las cuentas de la Universidad que son manejadas con discrecionalidad, en el gasto y en sus aplicaciones en proyectos faraónicos o personales del líder del grupo.



Un tercer instrumento de defensa de los intereses del grupo y el eje sobre el que fincan sus operaciones, es la manipulación a través de los partidos políticos, que a cambio de apoyos ajenos a la ortodoxia política, permiten la intervención de operadores del grupo de poder de la Universidad, para influir en decisiones partidistas y fundamentalmente del Congreso del Estado que beneficien y protejan sus intereses. El fin es cuidarse de modificaciones de Ley que pudieran amenazar el sistema de control de los órganos de gobierno y las revisiones del gasto.



Ejercen además chantaje sobre los gobiernos en turno, en las decisiones que puedan afectarlos por un lado y por el otro para obtener ventajas financieras, políticas y sobre todo impunidad. Su presencia en el Congreso les permite intervenir nombrando representantes y consejeros en el Poder Judicial y los organismos autónomos. Además de influir en los presupuestos de los gobiernos estatal y municipales y el propio de la Universidad, la aprobación de obras, auditorias o sanción de cuentas públicas. Lo que les genera un amplio margen de operación y presión sobre los funcionarios de distintos niveles y órdenes de gobierno.



Con una gran confusión de valores, el grupo que controla la Universidad de Guadalajara ha intervenido lo mismo en actividades internas de los partidos políticos, que en procesos electorales y que como consecuencia directa, al percibirlo la sociedad como una manipulación política, le ha generado desgaste social y desprestigio a la Universidad.



Los candidatos apoyados por el grupo, salvo casos excepcionales reciben una especie de maldición con la que cargan en las votaciones. El secuestro del PRD ha significado la minimización de ese partido, que ha perdido cualquier posibilidad de obtener triunfos electorales. El único objeto con que se le utiliza es con afán de controlar la fracción en el Congreso del Estado y que lo convierte en gozne que es utilizado para romper el equilibrio de fuerzas entre las fracciones del PRI y el PAN, permitiendo así que quien tiene el control del partido y por consiguiente de la fracción parlamentaria, tome las decisiones importantes del Estado.



Uno de los aspectos más grotescos y denigrantes de la utilización de la Universidad para fines electorales, es obligar a trabajadores, profesores y alumnos a apoyar candidaturas internas de partidos o bien campañas constitucionales abiertas, con candidatos impuestos por el grupo. Es sin duda una de las contradicciones más grandes en que puede caer una institución de educación superior, en lugar de promover la participación abierta y democrática de sus miembros, degradarlos a obedecer consignas electorales, triste papel de quien ordena, como del que obedece. Así quienes debieran ser los promotores de la democracia se convierten en instrumentos de quienes la corrompen.



Lejos de convertirse en una Universidad digna y de primer mundo, permanece la enajenación de alumnos y profesores, que ven violentados sus derechos elementales, en beneficio de quienes obtienen prebendas personales de partidos y elecciones, socavando los valores que debieran ser protegidos. Los universitarios se encuentran de esta forma sin posibilidad alguna de acceder a los estadios modernos de participación política y toma de decisiones, participando en la elección de autoridades democráticas y transparentes.



El manejo de la Universidad nunca ha estado alejado de los actos delincuenciales. En el año de 1993 se ligó a quienes la dirigían en el momento de la muerte del Cardenal Posadas, al grupo criminal de los Arellano Félix al aparecer el nombre de uno de ellos como titular de los teléfonos utilizados en los hechos violentos. El siguiente año los vehículos de la Universidad fueron ligados a transporte de la frontera norte a la zona de conflicto de los zapatistas, con la evidente intervención del líder del grupo de la Universidad, apoyando las actividades del grupo infractor.



En el año de 1979 el propio líder del grupo se vio envuelto en un homicidio. Fue detenido y encarcelado en las celdas de la entonces Policía Judicial de la Procuraduría de Justicia del Estado. El asunto nunca fue debidamente aclarado, por razón de que instancias superiores obligaron a cerrar la investigación y a liberar al indiciado, quedando en la oscuridad los hechos.



La propia muerte del último Rector, Carlos Briseño quedó envuelta en la bruma de los rumores y los oscuros pensamientos de quienes conocen los manejos del grupo. Asociada dicha muerte con la de otros actores de la Universidad, queda el mal sabor de boca de una forma violenta para la solución de los conflictos internos del grupo, mismas que las instancias de Procuración de Justicia del Estado no han aclarado debidamente, en lo que debió ser una investigación profesional y razonable de los hechos.



En el lento camino hacia la madurez nuestra sociedad sigue siendo cautiva de los grupos que utilizan el control de instituciones como las universidades para provecho propio. El costo ha sido pagar con decenas de años el retraso de la educación. Ese es el precio de la dependencia de grupos caciquiles.