sábado, 1 de enero de 2011

EL AGUA EN GUADALAJARA







Uno de los problemas más severos generado por la macrocefalia de la Zona Metropolitana de Guadalajara es el abastecimiento de agua potable y el tratamiento de las aguas residuales. Por un lado para abastecer a la ciudad de agua se pone en permanente riesgo la existencia del Lago de Chapala, por el otro se explota exageradamente los mantos acuíferos del valle. Además es dramático el daño que la generación de aguas residuales industriales y domésticas ha generado a la cuenca en que incide la mancha urbana.



Se considera que el sesenta por ciento del agua que se consume se extrae del lago, el treinta de los mantos acuíferos y el otro diez por ciento lo genera la Presa Calderón. En el gobierno de Enrique Alvarez del Castillo se construyó el sistema que funciona actualmente para traer el agua de Chapala, sistema que corre a cielo abierto quedando expuesta el agua a la contaminación ambiental y sobre todo a las aguas negras que producen las poblaciones por las que pasa, como los asentamientos urbanos de Tlajomulco.



Del agua que se extrae del subsuelo destaca el bombeo de Toluquilla y que presenta una sobreexplotación de más de 16 y medio millones de metros cúbicos, por lo que quien sale perdiendo es el municipio de Tlajomulco, donde se ubica el acuífero. El municipio por carecer de un sistema de redes de abastecimiento, no aprovecha sus propios mantos.



Por lo que se refiere a la Presa Calderón que abastece sobre todo el oriente y el norte de la ciudad, es explotado por los propietarios de ranchos y fincas por los que pasa, además no tiene un sistema de protección de la calidad del agua en el curso del acueducto.



No es el tema abundar en las condiciones precarias con que opera el Sistema Intermunicipal de Agua Potable, mediante el cual se expone el abastecimiento de agua a la Zona Metropolitana, sin embargo no se puede dejar de lado el precario sistema de potabilización del agua para abastecer a la ciudad. Tampoco se debe ignorar la falta de mantenimiento preventivo de los sistemas de bombeo de abastecimiento.



Los fallidos intentos de crear una reserva de agua con la Presa de Arcediano con la que se consideraba resolver el abastecimiento con 448 hectómetros cúbicos de agua, para suministrar 10.4 metros cúbicos por segundo hasta el año 2,030, acabaron con la posibilidad de encontrar una salida al problema. La falta de negociación y de claridad en los procesos de construcción, así como de un proyecto que no agreda los recursos naturales de la zona, echaron por la borda la propuesta ante la resistencia ciudadana.



El intento realizado por las últimas dos administraciones por atender el problema quedó frustrado por la percepción de la sociedad de obras públicas de enorme costo, con disfrazados negocios de constructoras, así como el menosprecio por la protección de la riqueza de la flora y la fauna de la región de la Barranca de Oblatos, además de que se captarían las contaminadas aguas del río Santiago. El argumento que se esgrimió a favor fue que permitiría la recuperación definitiva del Lago de Chapala, en un lapso relativamente corto. Uno de los efectos de la cancelación de la obra, fue la pérdida de grandes cantidades de dinero que se habían invertido en proyectos e infraestructura.



El tratamiento de las aguas residuales se ha convertido en un programa fallido. Hasta la fecha la sociedad no alcanza a ver cuando entrarán en operación las plantas que resolverían el problema hasta el año 2020. La llamada Planta del Ahogado que tratará 2.25 metros cúbicos por segundo ha pasado por una serie de vicisitudes como los pleitos internos de los grupos de Acción Nacional, que se sabotean entre ellos, en tanto la sociedad se mantiene a la espera de su funcionamiento, que trataría las aguas del sur de la mancha urbana. Para la Planta de Agua Prieta que trataría 8.5 metros cúbicos por segundo, tampoco se aprecia con claridad cuando arrancará, en tanto los medios nos informan de las dificultades por las que atraviesa el proceso para su operación.



Un último caso lo presenta el tratamiento de las aguas que contaminan el Lago de Cajititlán, para lo que se tiene considerado tres plantas, de ellas se encuentra trabajando con deficiencias la primera. Por lo que las aguas contaminadas siguen dañando el lago, uno de los más preciados recursos naturales de la zona metropolitana.



El panorama es desolador para el abastecimiento como para el tratamiento de las aguas, perdido el gobierno por su falta de capacidad de planeación, de negociación y por la desconfianza de la ciudadanía en su actuar honesto, mantiene atrapada a una población de más de cuatro millones de habitantes en sus torpezas y sin resolver los daños al entorno, causando severo destrozo al patrimonio ecológico del país.



No debiera ser tan difícil resolver los problemas que aquejan a la Zona Metropolitana, bastaría hablar con claridad y honestidad a la ciudadanía para obtener su apoyo, al tiempo que se invitara a participar a todos los líderes sociales en la construcción de las soluciones del agua potable y el tratamiento de las aguas residuales. Desde luego se tendría que actuar y hablar con honestidad sin buscar hacer negocios a costa de presupuestos y usuarios. La solución se encontrará cuando la ciudadanía tome el control de las decisiones y conduzca a los torpes gobiernos por los caminos de la eficiencia y la honestidad.

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