sábado, 22 de enero de 2011

MARCELINO GARCIA BARRAGAN





Es García Barragán el último representante de una generación que surge en la cauda de la Revolución Mexicana, algunos de los gobernadores fueron solamente personajes cercanos a los caudillos, él participó en la lucha al lado de Lázaro Cárdenas. Una de las señales más claras de la clase a la que perteneció es la dificultad que siempre tuvo para ser aceptado por los grupos tradicionales de Jalisco.



Con García Barragán concluye el periodo posrevolucionario en Jalisco, generando incluso una salida abrupta del gobierno mediante el desafuero, para dejar paso a la nueva generación que encabeza un gobernador católico y conservador, Jesús González Gallo que representa la antítesis de la Revolución y el Liberalismo del siglo diecinueve.



La clase conservadora ilustrada de Autlán, lugar desde donde ejerció su liderazgo, nunca aceptó a García Barragán. Esa generación venía desde el siglo diecinueve y luchó abiertamente contra el Liberalismo y sus líderes. Otra expresión política que no aceptó el patriarcado de García Barragán fueron los jóvenes que emigraron a la UNAM, que al manifestar sus posiciones se oponían abiertamente a su intervención política. Esas actitudes generaron constante tensión, misma que se agudizó con el conflicto del sesenta y ocho, con manifestaciones de apoyo al movimiento estudiantil entre el estudiantado de Autlán. La reacción del entonces Secretario de la Defensa Nacional fue obligar a la Escuela Vocacional a cerrar sus puertas como represalia a su director, un hombre de izquierda, el doctor Daniel Ruíz Villalobos.



El propio nombre de la población se convirtió en una disputa porque nunca se aceptó que siendo gobernador cambiara el nombre de Autlán de la Grana por Autlán de Navarro. El cambio fue en honor de Paulino Navarro su protector en la adolescencia, que lo envíó al Colegio Militar.



Cabe aclarar que no obstante ser de una generación que se identificó abiertamente con los postulados cardenistas, nunca manifestó pertenecer a las corrientes de avanzada, mucho menos socialista. En el conflicto del sesenta y ocho fue claro el deslinde de Lázaro Cárdenas, quien abogaba por una solución pacífica del conflicto. Incluso el término de comunista lo utilizaba para referirse peyorativamente a quienes consideraba de izquierda. García Barragán fue considerado un hombre duro e inflexible hasta la insensibilidad, imagen que consolida como Secretario de la Defensa de Gustavo Díaz Ordaz.



Gobernó Jalisco de marzo de 1943 a febrero de 1947. Impulsó la creación de edificios públicos en los municipios, construyó escuelas y el Instituto Tecnológico de la Universidad de Guadalajara, diseñado por el ingeniero Jorge Matute Remus, continuó además con la carretera Guadalajara Barra de Navidad, entre otras obras. Alentó a Aarón Joaquín a fundar la iglesia protestante La Luz del Mundo, como mecanismo para atenuar la poderosa influencia de la Iglesia Católica.



Siendo Jesús González Gallo secretario particular del conservador Presidente de la República Manuel Avila Camacho, realizó distintas maniobras para debilitar al gobierno de García Barragán, a quien ambicionaba suceder. Cuando menos así se interpretó que en Autlán, feudo del gobernador, se celebrara en el año de 1943 el Cuarto Centenario del Inicio de la Construcción de la Iglesia Parroquial, con un Congreso Eucarístico Interparroquial. Fue un evento realmente extraordinario al que asistieron los arzobispos Luis María Martínez de México y José Garibi Rivera de Guadalajara, así como obispos de todo el país, convirtiendo un acto religioso de carácter local en un evento nacional. El evento principal se realizó en el Teatro Mutualista y fue Efraín González Luna, originario del lugar y para entonces reciente fundador con Manuel Gómez Morín del Partido de Acción Nacional, el orador oficial.



El grupo político de este gobernador de Jalisco fue uno de los más poderosos del Estado y del País en el siglo veinte. Su fuerza se manifiesta a partir de la presencia en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y la consolida su hijo Javier García Paniagua durante el periodo de José López Portillo, donde actuó como operador de los grupos de inteligencia y represión del país, desmantelando los guerrilleros que se habían formado en el sexenio de Luis Echeverría Alvarez. Al final García Paniagua participó como líder del partido oficial, buscando afanosamente la candidatura de la Presidencia de la República. Evento que terminó en una áspera disputa con Miguel de Lamadrid como candidato y el propio López Portillo, en una sucesión presidencial que adelantó de alguna manera el rompimiento de la clase política del partido hegemónico en 1988, con Carlos Salinas de Gortari.



De los personajes cercanos a Marcelino García Barragán destacó su hermano Sebastián, quien fue regidor de Guadalajara y diputado federal, ejerció además este familiar un rígido control de la región de la costa a través de líderes del Sector Agrario, que desplazaron a los grupos liberales e ilustrados de todos los municipios. Finalmente Flavio Romero de Velazco como candidato a gobernador del PRI, vino a desmantelar el poder caciquil de García Barragán en el año de 1976, que en el caso de Autlán familiares e incondicionales cometían innumerables abusos. Se valió el candidato a gobernador, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana para derrotar el candidato de García Barragán postulado por el PRI. A partir de ese momento se logró una nueva etapa caracterizada por la apertura y la participación plural de las distintas corrientes de la región.



La fuerza de dos grandes corrientes políticas en el Estado, García Barragán (García Paniagua) y Ramírez Miranda (Ramírez Ladewig), vino a significar una definición política en la representación y significado del Estado Mexicano, tal como lo concibieron quienes gobernaron el periodo de Gustavo Díaz Ordaz y marcaron el rompimiento con los conceptos de apertura que apasionadamente se buscaron durante la década de los sesenta. Hechos que además dejaron marcas profundas de distinto significado en las universidades Autónoma de México y de Guadalajara, con secuelas de múltiples expresiones ideológicas, políticas y de violencia.







No hay comentarios:

Publicar un comentario