miércoles, 27 de mayo de 2015

NATHANIEL HAWTHORNE







Su primera novela, Fanshawe de 1828, protagonizada por un héroe de corte byroniano que posee rasgos biográficos del propio Hawthorne, evidencia las influencias del Romanticismo europeo. Entre 1837 y 1842 publicó con regularidad Cuentos narrados dos veces, que aborda con detenimiento los que serían algunos temas recurrentes, como la idea del pecado y el problema del mal. Durante este periodo trabajó en la Aduana de Boston, en una granja comunal cercana a la misma ciudad, y en 1843 se estableció en Concord. Ahí escribió la colección de cuentos Musgos de una vieja granja, que incluye el célebre relato La hija de Rapaccini. En 1846 optó por aislarse en una casa de Massachusetts, donde compuso su obra célebre La letra escarlata en 1850 y, un año después La casa de las siete torres.

En 1853 describió su experiencia durante su visita a una colonia de filántropos inspirados por el socialismo utópico en La granja de Blithedale, y ese año fue nombrado cónsul de Liverpool por su amigo Pierce, entonces presidente de Estados Unidos, lo que le permitió viajar por Europa. Durante un viaje a Italia empezó El fauno de mármol en 1860, última novela que, además de sus preocupaciones morales, revela una creciente dedicación al estilo narrativo y un acercamiento a la poesía. El escritor nació en el seno de una familia de vieja estirpe puritana, tanto su vida como su obra se vieron marcadas por la tradición calvinista. Es un novelista y cuentista extraño y fantasioso, traspasado siempre por el sentimiento de culpa que heredara de sus fanáticos antepasados cuáqueros.

De La letra escarlata, su novela de imperecedera fama y que ocupa un lugar privilegiado entre las grandes novelas universales: “Situada su acción en el Boston puritano y colonial, narra el cruel y arrogante destino de Ester Pryne, que soporta toda su vida la marca infamante que en aquella época señalaba a los pecadores: una letra A magníficamente bordada sobre un paño rojo, y que era colocada al frente de todos los vestidos del inculpado. En vano es sometida Ester a toda clase de interrogatorios y vejámenes para que denuncie a su seductor, que también debía compartir el castigo. Bella y sufriente, llevando de su mano a su inocente hija Perla, ella se somete al aislamiento y al insulto, y vive en una cabaña lejos de la población, mientras que el hombre amado por ella sufre indeciblemente, sin osar descubrirse y desafiar la ira de la gente confiada a él y a lo sagrado de su ministerio. Una trágica grandeza envuelve el final de esta novela en la que el genio de Hawthorne brilla con un fulgor que oscila ente lo angélico y lo demoniaco, como el alma atormentada y orgullosa de Ester Pryne, heroína inolvidable”

También se ha dicho que la obra de Nathaniel Hawthorne siempre tendrá un lugar primordial en las letras norteamericanas, ya que con su imaginación creadora, su talento y su visión de la vida fue uno de los escritores que hizo posible que la literatura de los Estados Unidos tuviera un lugar en el mundo. Su más brillante contribución en este sentido fue, sin duda, La letra escarlata, obra profunda, de arte depurado, que demuestra la magia del poder del artista al presentar en forma tan intensa esta historia de la fragilidad y el dolor humanos… tan sombría… que sólo se aligera por un punto de eterno resplandor, más lóbrego aun que la sombra.

Para algunos estudiosos de su obra, la riqueza de sus narraciones cortas se encuentra en la atmósfera y el suspenso, con argumentos centrados en sujetos de diversa y embrujada venganza, el poder de la culpa y la pasión por la belleza, todo en la particular voz de uno de los más admirados escritores de Norteamérica. Por su parte para el crítico Hyatt H. Waggoner, Roger Malvin´s Burial y My Kinsman, Major Molineux, son las historias más finas de la lengua inglesa, Young Goodman Brown es la más fascinante narración, jamás escrita, y el travieso humor del autor se manifiesta en Rappaccini´s Daughter.

Nació el escritor el 4 de julio de 1804 bajo el nombre de Nathaniel Hathorne en la ciudad de Salem, Massachusetts y murió en 1864. Su vida es compleja y fascinante, debido a su pasión por la literatura y su cercanía con el puritanismo. Dicha cercanía surge a partir de sus antepasados. Su bisabuelo, William Hathorne, fue uno de los primeros colonos en establecerse en Salem

Hawthorne es conocido por sus relatos breves, muchas veces de contenido siniestro, al gusto de la época, y por sus novelas largas. Publicó asimismo varios libros de cuentos para niños. Encuadrado dentro del romanticismo como Edgar Allan Poe, gran parte de su obra se localiza en Nueva Inglaterra, y muchas de sus historias, de contenido generalmente alegórico, recrean el ambiente de su mundo.

La crítica más reciente ha prestado atención preferente a su voz narrativa, considerándola dentro de un retórica autoconsciente, que no debe ser confundida con la verdadera voz del escritor, lo que contradice el viejo concepto del plomizo moralista cargado de complejos. Sus relatos leves y patéticos destacan por su estilo elegante y depurado. En ellos lo característico, según el escritor Luis Loayza, “…es tal vez el contraste entre la violencia exterior y la suavidad del tono, entre la voz delicada y las oscuras sugerencias de lo que dice”. Por su parte Jorge Luis Borges observa que sus cuentos expresan “el tenue mundo crepuscular, o lunar, de las imaginaciones fantásticas”.

En El valle de las tres colinas describe así “De nuevo la marchita mujer dejó oír los monótonos sones de unas preces no ideadas para ser acogidas en el cielo y, muy pronto, en las pausas de su aliento empezaron a materializarse extraños murmullos, aumentando poco a poco de volumen, hasta sobreponerse y ahogar al conjuro del que nacían. Unos gritos atravesaron los ambiguos sonidos, y fueron sucedidos por el canto de dulces voces femeninas que, al variar, dieron paso a un estruendo de risotadas, rotas a su vez de pronto por gemidos y sollozos, formando todo ello junto una horrible confusión de espanto, lamentos y risas. Resonó un arrastrar de cadenas, voces duras y crueles lanzaron amenazas, y un látigo restalló a una orden.”

Hawthorne tuvo una breve pero intensa amistad con el novelista Herman Melville, quien le dedicó su gran obra Moby Dick, “en homenaje a su genio”. Su contemporáneo Edgar Allan Poe dedicó célebres reseñas a sus colecciones más importantes, Cuentos contados dos veces y Musgos de una iglesia. Pese a ciertas reticencias, afirmó de su autor: “Diremos enfáticamente de los cuentos de Mr. Hawthorne que pertenecen a la más alta esfera del arte. (...) Los rasgos distintivos de Mr. Hawthorne son la invención, la creación, la imaginación y la originalidad, rasgos que, en la literatura de ficción, valen acentuadamente más que todo el resto.” 



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