sábado, 2 de abril de 2011

LOS DETONADORES DE LA ECONOMIA




Para que la empresa jalisciense logre superar sus condiciones de subdesarrollo, necesita el apoyo, la coordinación y el impulso del Estado. La actitud del gobierno debe modificarse diametralmente, necesita dejar de ser el inhibidor del desarrollo empresarial para convertirse en su impulsor, mediante estrategias que rompan las inercias culturales y burocráticas.



No solamente las regiones registran atrasos que afectan la economía del estado, el sector privado ha venido insistiendo en la ampliación de las instalaciones del Aeropuerto de Guadalajara, que actualmente no permiten el movimiento adecuado de mercancías. Se ha intentado también la creación de un aeropuerto de carga en el municipio de Zapopan sin lograr consolidarse. Acciones que permitirían el impulso de la empresa en la zona metropolitana de Guadalajara.



Jalisco ha sido históricamente un estado con desarrollo empresarial débil, en el que la fuerza de trabajo descansa básicamente en la microempresa o empresa familiar. Sin embargo la empresa pequeña y mediana ha quedado expuesta a la devastación que generan los grandes capitales. Su única posibilidad de sobrevivir es a través de la organización, la calidad del producto, el conocimiento y acceso a los mercados de productos y de capital.



Sumado a un concepto empresarial limitado que genera inseguridad y cerrazón en los dirigentes de empresa, destaca la falta de conciencia de la necesidad de apoyarse en consultores y especialistas, que los conduzcan al fortalecimiento de su desempeño. En la actualidad este tipo de empresas están sujetas a una brutal presión por un mercado deprimido, la competencia desleal de los productos orientales y las ineficientes técnicas de producción y administración.



Durante el periodo de Flavio Romero de Velazco la artesanía recibió un impulso considerable, se apoyó a los productores y mediante procesos creativos se le promovió en el mercado internacional. Así los municipios de Tlaquepaque y Tonalá tuvieron una sólida presencia económica y de imagen. Los artesanos se quejan de la falta de apoyo de los gobiernos en la defensa de su obra. No se conoce hasta la fecha un esfuerzo por proteger los derechos de autor y los mercados a los que acceden los artesanos. Es necesario un estudio integral y una política más agresiva del gobierno para proteger este patrimonio cultural y económico. La obra manual está íntimamente ligada a la cultura del estado, se estima que existe en el noventa y ocho por ciento de los municipios del estado.



El turismo no ha logrado salir de los esquemas tradicionales, existen muchas ramas por desarrollar como la de las convenciones, la comercial, la de playas, montañas, bosques, lagos o bien la religiosa. El turismo rural por su parte recibió un considerable impulso en el periodo de Alberto Cárdenas con el programa de Haciendas y Casas Rurales. Este programa quedó olvidado por los siguientes gobiernos, sin que se le haya otorgado la continuidad que necesitaba.



Un elemento que no se debe olvidar es la privilegiada posición geográfica del estado, que con un crecimiento económico sostenido la Zona Metropolitana de Guadalajara podría convertirse en un centro financiero internacional. Tiene las condiciones necesarias para crear un nicho de empresas financieras de desarrollo paralelo a las actividades industriales y comerciales, que podrían servir de soporte para consolidar un proyecto ambicioso de atracción internacional de capitales.



Con todo debemos estar conscientes que el crecimiento económico no debe realizarse a costa del sacrificio de otros elementos. El caso de la biodiversidad local es un buen ejemplo, que por su fragilidad ante la acción del hombre se encuentra amenazada por la persistente destrucción y la exagerada contaminación. Antes bien debe promoverse la industria sustentable como una atracción de capitales con responsabilidad ecológica, la protección de los recursos naturales debe ser un atractivo para los visitantes e inversionistas y un orgullo para los habitantes.



Es importante entre otras condiciones la adecuación de las instituciones de educación superior a las necesidades de la empresa, para formar los profesionales que requiere la planta productiva por un lado y por el otro asegurar a los egresados certeza en el empleo. La administración pública por su parte debe elaborar un diagnóstico de los aspectos administrativos inhibidores de los procesos de desarrollo empresarial y productivo. Es necesario además promover la legislación adecuada para lograr procedimientos ágiles y la homologación de los reglamentos municipales que permitan procesos simplificados y de trámite rápido.



Es una necesidad inmediata además superar los criterios tradicionales de desconfianza y menosprecio al trabajador. Se debe de impulsar la cultura del estímulo al trabajo humano, como factor determinante para la producción con calidad y costos rentables. Es prácticamente imposible para las empresas sobrevivir en un mundo globalizado y de despiadada competencia si no cuentan con la solidaridad de quienes deben aportar su creatividad y esmero en la producción.



La mayoría de las empresas en el estado se debaten entre la competencia de los mercados y la desorganización. Están amenazadas por sistemas de producción ineficaces y la alta presión de la calidad, los costos y el precio de mercado, con la consecuente desaparición de utilidades. El círculo vicioso es muy difícil de enfrentar por los propios interesados, sobre todo por la falta de conocimiento de sistemas de eficiencia productiva. Para salir adelante necesitan la orientación y el apoyo de otras instancias que tengan autoridad y capacidad para conducirlo, esto es del Estado.



Los países que han logrado destacar en el crecimiento económico lo han hecho invariablemente con políticas de Estado definidas. Si bien cuando el proceso ha logrado consolidarse camina y se sostiene solo, en el arranque es necesario que el gobierno lo conduzca. Proyectos como el que venía desarrollando FOJAL, mediante el cual se promovía la cultura del desarrollo organizacional y los sistemas de calidad, a través de seminarios de información y capacitación en los municipios y regiones del estado por consultores especialistas han sido abandonados.



El desconocimiento de la realidad social lleva a los funcionarios a tomar decisiones equivocadas, porque si el gobierno no se convierte en promotor de la capacitación, es difícil que los empresarios sin una cultura administrativa entiendan que la necesitan para enfrentar problemas que incluso desconocen que existen. Los seminarios venían teniendo considerable impacto por el interés que despertaban en personas de pequeños negocios, además de que brindaba la oportunidad de establecer una relación de confianza entre el pequeño empresario y el consultor que pudiera orientarlo en problemas específicos.



Actualmente solo cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores unas cuantas empresas domiciliadas en Jalisco. Es éste un ejemplo del subdesarrollo empresarial que existe en el estado, con el desconocimiento de los beneficios que trae consigo participar en los mercados de valores. Las empresas podrían de esa manera acceder a capital fresco para inversión en sus proyectos, lo que vitalizaría sus finanzas y su presencia en los mercados. Mejoraría además su imagen de organización y confiabilidad en sus clientes. Los rezagos con que carga el estado, en los campos de la producción y la organización empresarial debiera obligar al gobierno a realizar acciones inmediatas, de fortalecimiento de la empresa local.







1 comentario: