domingo, 8 de agosto de 2010

LAS TRIBULACIONES DEL SIAPA

PRIMERA PARTE

(Trabajo publicado en la Revista Prospectiva)



A partir del triunfo del PRI en los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, se desató una serie de especulaciones sobre quienes habrían de dirigir el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado, alimentadas desde luego por los grupos interesados en apoderarse de las decisiones y los recursos de la institución. Sin embargo más que un nuevo administrador, la institución necesitaba un serio análisis para superar una de sus peores épocas, propiciada por una serie de administraciones fallidas. Señaladamente en los dos últimos sexenios la prioridad fue financiar las campañas políticas de Acción Nacional.

Pagados con sueldos exageradamente altos para su función y con visiones patrimonialistas, sus funcionarios emigraron al SIAPA desde las más disímbolas actividades, algunos de ellos provenientes de otras dependencias igualmente desatendidas y saqueadas. Enfebrecidos y cargando con el síndrome de Baco, llegaron a disponer de los recursos de la administración en una orgia de derroche y despilfarro.

Los trabajadores de la institución observaban con asombro como los directivos adquirían vehículos de lujo, gastaban en viajes al tiempo que asumían poses de potentado. La irritación se multiplicaba con la desesperación de ver las áreas sustantivas desatendidas y manejadas con improvisación e irresponsabilidad. En tanto los operarios se esforzaban por hacer trabajar las máquinas sin mantenimiento y con instrumentos artesanales, las finanzas corrían por las vías de la corrupción y el abuso.

Fundada la institución en 1952 como Patronato de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de la ciudad de Guadalajara, por el Ayuntamiento Tapatío, el Gobierno del Estado y el Banco Nacional Hipotecario, tenía como encomienda administrar, operar, conservar y mejorar los sistemas de abastecimiento de agua y las redes de alcantarillado. Fue convertida posteriormente en el Sistema Intermunicipal, para institucionalizar la función que venía desempeñando mediante convenios para atender los servicios en los municipios del área metropolitana.

Por diversas razones, entre otras la presión que sufre el organismo por el crecimiento desordenado de la zona metropolitana y la consecuente falta de planeación. La institución presenta una serie de debilidades que la mantienen vulnerable ante eventos imprevisibles o predecibles. A estos momentos y con una nueva administración no cuenta con un Plan de Prevención de Contingencias que la protejan ante eventos imprevisibles de gran magnitud, que podrían dejar a la ciudad sin el servicio elemental del agua potable. De suceder una catástrofe que colapse los sistemas de abastecimiento se tardaría semanas en corregir las fallas con las consecuencias previsibles de abasto y problemas de salud, por la ausencia de elementos preventivos como un centro de operación para emergencias o material en almacenes de difícil adquisición, entre otras condiciones.

No existen tampoco programas correctivos mínimos de funcionamiento, mucho menos planes de mantenimiento preventivo que garanticen la operación del sistema. Por lo que priva en la institución la improvisación bajo un clima de total irresponsabilidad.

En lo que tradicionalmente se han empeñado los directivos es en convertirse en socios de contratistas y proveedores, como mala herencia del director en los sexenios de Gil Preciado, Medina Ascencio y Orozco Romero, del que era fama surtía los insumos de sus propios negocios. Los adelantados discípulos mejoraron las prácticas conocidas.

En tanto los operarios hacen milagros para mantener en operación el sistema ante la falta de insumos, equipos y mantenimiento adecuado, los dirigentes han gastado los recursos en el financiamiento de sus ambiciones políticas. De ahí han surgido candidatos del PAN con recursos lo mismo para alcaldías que para regidores.

Sin invertir en obras de urgente necesidad para la operación de los sistemas, proteger las instalaciones, controlar derrames en los tanques y el mantenimiento de los acueductos, se han gastado los recursos en contratos sobrevaluados. El afán prevaricador predomina para lograr acuerdos y distribuirse las utilidades que genera la explotación de los recursos de la institución, así los contratistas se han visto obligados a distribuir comisiones por toda la escalera de mando.

La falta de capacitación del personal y de equipo adecuado genera constantes accidentes, incluso de aquellos que ponen en riesgo la vida de los trabajadores y de la población que vive en las cercanías de las instalaciones. El descuido en el uso de los materiales por la falta de preparación del personal genera los acontecimientos que se siguen repitiendo.

Existen necesidades que deben atenderse de manera gradual y planeada como la sustitución de las redes de agua potable que han excedido su vida útil, y que son de manera aproximada del treinta por ciento. Por su parte las redes de drenaje que deben ser rehabilitadas sobrepasan el veinticinco por ciento. Por desconocimiento o indolencia todo se deriva a las administraciones futuras, sin considerar que la acumulación de saldos pendientes solamente aumenta el riesgo de falla de los servicios.

En la discusión que se presenta en los medios sobre el futuro de la institución, solamente se alude a quienes sustituyen la anterior dirigencia, dejando de lado asuntos de fondo como mejorar y proteger el futuro de los servicios del agua potable y el drenaje en la zona metropolitana.

Lo que debiera hacerse en este momento es el diagnóstico que determine las políticas a seguir en la dependencia y aun más, en el sector que viene registrando rezagos en todos los órdenes. Desde el abastecimiento del agua de Chapala y el retraso en la definición de la fuente de abastecimiento alterna para la zona conurbada de Guadalajara, hasta la operación de las plantas de tratamiento de aguas residuales, que por distintas razones incluyendo conflictos entre partidos políticos, impiden el inicio de su construcción.

El enfoque debe ser la organización de una institución con la planeación adecuada que le permita prever y evitar situaciones que suspendan el abasto del líquido, así como el tratamiento adecuado para garantizar la calidad del agua que la ciudad requiere para su vida cotidiana. Generando además condiciones para el tratamiento de las aguas residuales.

Es el momento en que deben predominar los intereses de la ciudadanía, por encima de los instintos depredadores que buscan apoderarse de los recursos públicos.





SEGUNDA PARTE



Para los servicios que presta el SIAPA la mayor amenaza descansa sobre el sistema de abastecimiento del lago de Chapala, que significa en términos aproximados el sesenta por ciento del caudal que consume la zona metropolitana. Los problemas inician en el suministro de energía, ya que se contaba originalmente con dos líneas de abastecimiento de electricidad, que trabajaban en paralelo para proteger el servicio. En el año de 2006 se eliminó una línea sin que a la fecha haya sido sustituida, por problemas de inestabilidad de voltaje que presentaba al prestar servicio a una industria y al Centro de Readaptación de Chapala. Como consecuencia en la actualidad solamente se opera con una línea, que mantiene riesgo permanente de corte de suministro provocado sobre todo por los fuertes vientos y las descargas eléctricas.

Otro asunto que mantiene al filo de la navaja el servicio, es la falta de sistemas de enfriamiento para los equipos de la casa de máquinas de la planta de bombeo, que obliga a los motores a trabajar sobre el límite de temperatura permitida con el riesgo permanente de daños y fallas de los equipos. Los operadores mantienen la operación mediante actos de malabares.

Sin embargo el caso más delicado es el de los Tanques Unidireccionales que deben trabajar en forma automática para ser llenados y drenados, la función de dichos tanques es aportar líquido al sistema durante paros programados o no programados, evitando que la tubería del acueducto colapse. Los tanques se encuentran en estado lamentable, además por las condiciones de falta de mantenimiento los operadores se ven obligados a operarlos manualmente, en lugar de trabajar en automático como fue diseñado el proceso. El fallo de cualquiera de dichos tanques por la complejidad del sistema y la dificultad para obtener los insumos en el país para su reparación, generaría que el acueducto quedara fuera de servicio por varias semanas. Ese problema provocaría desabasto de agua para más de dos millones de personas de la zona metropolitana.

El abandono en que se encuentra el camino de operación del acueducto, en el que existen tramos intransitables, presenta otro potencial riego a la operación de dicho abastecimiento. De presentarse un daño en el acueducto, primero se tendría que reparar el camino para proceder posteriormente a la reparación del ducto, incluyendo desde luego el movimiento de los materiales necesarios, lo que generaría un problema de semanas. No debe dejar de considerarse además que el acueducto sufre de contaminación por las poblaciones cercanas a donde corre, sobre todo en el municipio de Tlajomulco, que derivan sus aguas residuales a cielo abierto.

Los pozos que son otra fuente de abastecimiento y que aportan en promedio el treinta por ciento del líquido, han llevado a los acuíferos a niveles graves de sobreexplotación. Para la Comisión Nacional del Agua, Toluquilla presenta un déficit de 16.505 millones de metros cúbicos. En este caso exagerado de extracción del agua quienes resultan injustamente sacrificados son los habitantes del valle de Tlajomulco, que lo resienten en las restricciones de sus pozos.

La Presa Calderón tercer fuente de abastecimiento que aporta en promedio diez por ciento del líquido que se consume en la zona metropolitana para aproximadamente 400 mil personas, presenta entre otros problemas falta de protección. Operan lanchas de motor que contaminan el agua sin que se tome ninguna medida, es utilizada además como lugar de esparcimiento de los vecinos sin control alguno. Ahí es operado por particulares sin autorización así como sin restricción el comercio, incluyendo la venta de licores.

El acueducto por su parte sufre del robo constante de líquido para uso de riego o consumo del ganado. Existen además otros riesgos como el asentamiento de polvorines de fuegos artificiales en el área del ducto en el municipio de Tonalá, con el potencial riesgo de daño por explosión. Como el de Chapala se encuentra sin mantenimiento y sin prevención de los daños a que está expuesta una obra de estas características.

El manejo del gas de cloro dentro de las plantas potabilizadoras y de los pozos, se hace sin precaución alguna, generando el riesgo permanente de un accidente grave, que podría derivar en pérdida de vidas humanas por la toxicidad del mismo. Las víctimas potenciales son los trabajadores de la institución, así como los habitantes que en algunos casos se encuentran las casas habitación a escasos siete metros de las instalaciones. De este fenómeno se han presentado varios incidentes que pudieron haberse evitado con la prevención adecuada y de los que por verdadero milagro no hubo resultados fatales. La improvisación con que se manejan los productos por los trabajadores mantiene el riesgo latente.





TERCERA PARTE



Las plantas potabilizadoras son un capítulo aparte, actualmente son cuatro en operación. Las plantas de Miravalle y las Huertas procesan el agua proveniente del lago de Chapala, San Gaspar la de la Presa Calderón y la de Toluquilla la de los pozos de la zona. Las instalaciones no cumplen con el mínimo de seguridad para evitar actos vandálicos o aun peor de sabotaje, no tienen protección perimetral adecuada, por sus cercados es fácil acceder al interior de las plantas, lo que facilita dañar el agua o los equipos. La más joven de las plantas la de San Gaspar muestra deterioro exagerado, sobre todo por la desatención y la falta de mantenimiento, es operada en forma descuidada en las áreas de clarificación, de cloración y del laboratorio.

Capítulo aparte merecen los laboratorios encargados de medir la calidad del agua. En ellos los profesionales realizan las diferentes pruebas para establecer las dosis de reactivos químicos requeridas para la potabilización. Las incubadoras requieren de temperatura controlada para la obtención de resultados confiables, sin embargo todas carecen del ambiente elemental, por lo que se realizan las pruebas fuera de los términos establecidos por los protocolos. Con improvisados sistemas de enfriamiento como ventiladores eléctricos, los responsables de los procesos tratan de realizar pruebas confiables para identificar los elementos contaminantes a tratar.

El laboratorio de la planta Río Blanco que procesa las aguas residuales de la cuenca del mismo nombre, carece del equipo básico como campana de extracción de vapores, creando las condiciones para un accidente a quienes trabajan con ácidos y reactivos peligrosos, mismos que requieren de condiciones y equipos mínimos para su operación, de los que por supuesto se carece.

Los tanques de almacenamiento dedicados a surtir la red de distribución, deben de mantener el caudal suficiente así como la calidad del agua. Sin embargo se encuentran expuestos a diversos y considerables riesgos, carecen en la mayoría de muros o bardas perimetrales de protección por lo que el ingreso de extraños es relativamente fácil, incluso se presentó el caso de un deceso dentro de las instalaciones del Tanque Arboledas en el año de 2005. Por otra parte las tapas de acero generalmente se encuentran abiertas por descuido, lo que propicia condiciones para la alteración de la calidad del agua. Es común que sean arrojados a los tanques artefactos y objetos. Otro riesgo permanente que presentan son los derrames de líquido por la falta de conexiones al drenaje para desfogar las fugas y que pudieran provocar accidentes por encontrarse dentro de zonas habitadas.

No tienen además los tanques control automático de llenado y detección de derrames con respaldos en puntos de control. En el año de 2005 se presentó un problema fuerte en el Tanque Las Huertas. Un caso paradigmático del desorden que existe en la institución es el del Tanque El Colli, que no tiene acceso por falta de convenio con el propietario del predio por el que se debe acceder. Dicho tanque se encuentra en el abandono, sucio y sin mantenimiento, a pesar de que abastece las colonias que se ubican entre el Periférico y el bosque de La Primavera.

Los equipos de bombeo de los pozos por su parte carecen de mantenimiento y en algunos casos los motores no tienen protección alguna, permaneciendo expuestos al vandalismo y al robo. Dentro de la ciudad sufre abandono también el acueducto denominado Acuaférico, que corre desde la planta de tratamiento de San Gaspar por el Periférico, hasta el Vivero de Los Belenes en el municipio de Zapopan. Abastece a la zona nororiente de la ciudad y opera sin protección ni vigilancia, además de que no se le presta mantenimiento.

En el tema de protección civil existe anarquía, como ejemplo está el caso del área de informática, en la que por razones naturales se conserva la información de la operación, la administración y el control financiero. El personal desconoce los procedimientos y las acciones que se deben realizar en el caso de un siniestro, que permitan proteger además de la información los equipos de cómputo, que tuvieron un costo superior a los doscientos millones de pesos. En general las instalaciones para las áreas de administración presentan severos problemas en su funcionalidad lo que dificulta la operación y la atención al público. Además la mayoría de los edificios sufre por la necesidad de protección perimetral, instalaciones eléctricas en mal estado, sobrecargas de peso, fallas estructurales y lo que es increíble, por la ausencia de extintores de incendios.

La actual dirección debería de haber hecho a estas alturas un diagnóstico serio de la institución y las necesidades de abastecimiento de agua, sin embargo por sus declaraciones pareciera que están más empeñados en subir el precio de las cuotas que resolver las emergencias. Esperemos que predomine el criterio de brindar servicio eficiente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, no es aceptable que se administre con la indolencia tradicional. Deben abandonarse además los inmorales criterios del clientelismo y la disposición de los recursos para fines electoreros o patrimoniales. La sociedad demanda y se merece una administración profesional y honesta.

1 comentario:

  1. Después de la apocalíptica situación del SIAPA y viendo la experiencia de todos las personas que han manejado este sistema, hemos aprendido que no se ha implementado un sistema que realmente cumpla con el correcto tratamiento del agua ni en la distribución de la misma, siempre buscando lo que más conviene en el momento pero no viendo a futuro las consecuencias, se ocupa tener un criterio realista y un plan a futuro, no es necesario que el Gobierno nos muestre sus errores cotidianos, conocemos las limitantes de nuestros funcionarios pero no nos muestran sus cualidades , es necesario que el Gobierno recuerde que la historia se repite cada 6 años y que dependemos este sistema que se queda corto con las necesidades de las personas que habitamos la zona Metropolitana, se podría plantear una o muchas soluciones a este problema pero si no se cambia la forma de pensar tan cerrada de nuestros líderes no veo una pronta solución ni a corto plazo ni a largo plazo, con la esperanza de que mi comentario sea erróneo y que sea demostrado lo contrario me despido y espero estar en contacto de nuevo, que tengan un Gran Día…

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