sábado, 2 de julio de 2011

FLAVIO ROMERO DE VELASCO






Es el gobierno de Flavio Romero de Velasco la muestra clara de lo que significaba para los teóricos del PRI el concepto de Razón de Estado, esto es, que el Estado se encuentra por encima de cualquier otro interés, incluyendo el individual, aunque en forma determinante de los grupos de poder denominados peyorativamente cacicazgos.

Dicho principio heredado del renacimiento, en cuya teoría se establece que es prioritaria la existencia del Estado, a fin de garantizar a la sociedad un espacio de gobernabilidad, misma que no se concibe cuando existen poderes fácticos por encima de la autoridad de los gobiernos.

La Razón de Estado es un elemento pre democrático, cuando menos para como conciben las sociedades modernas a la democracia. Aunque no debe dejarse de lado que con el atraso en que han vivido las naciones y sociedades subdesarrolladas, es imposible llegar a un estado aceptable de democracia sin antes haber limitado el poder y la fuerza de los grupos de corte feudal. No podemos decir tampoco que dicha etapa ha sido superada completamente en nuestro medio, puesto que aun existen grupos que controlan a los partidos políticos que convierten en instrumentos para imponer criterios y liderazgos a las instituciones que debieran ser garantes de la justicia, la libertad, la igualdad y la democracia.

Ahora bien para que la democracia exista, es requisito indispensable el debilitamiento de los grupos que le imponen condiciones a la sociedad, por lo que es impensable que se logre evitar etapas históricas, como la que supera el vasallaje. Así el gobierno de Flavio Romero vino a preparar la estructura política de la nueva etapa de Jalisco, la democrática, al debilitar los grupos que a través del siglo veinte impusieron condiciones e intereses.

Es de considerar que aun con los excesos que se cometieron en afán de establecer la primacía del Estado, Flavio Romero logró el debilitamiento definitivo de las corrientes de Margarito Ramírez, Marcelino García Barragán y Guadalupe Zuno. Al final de su gobierno también logró doblegar la arrogancia de las centrales obreras, que dejaron de chantajear los gobiernos bajo la amenaza de paros del transporte público.

De sus acciones políticas destaca el serio intento por sustituir los liderazgos tradicionales del PRI, heredados de los gobiernos anteriores, logró así neutralizar a la mayoría de ellos. En el caso de los Comités Regionales Agrarios de la Liga de Comunidades Agrarios, al convertirlos en Comités Municipales acabó con su influencia tradicional. Aunque debe decirse que coincidió con la etapa de transformación de la propia Confederación Nacional Campesina.

A partir de su candidatura a gobernador del Estado en 1976 obligó al PRI a separar de las decisiones para candidaturas a diputados locales y presidentes municipales a todos los grupos tradicionales, lo que significó un fuerte golpe a quienes dominaban y controlaban las administraciones municipales y ejercían poderes regionales, tal sucedió asimismo con las candidaturas de cuota que ejercían las corrientes políticas estatales, las centrales obreras y los grupos de poder municipal y regional.

La zona militar por su parte, actuó con mayor moderación y discreción que con su antecesor. Tuvo Flavio Romero fuertes fricciones con el Procurador General de la República por los abusos de la Policía Judicial Federal, la que fue exhibida por sus arbitrariedades. Se confrontó con la poderosa Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, por la prepotencia con que actuaban sus agentes, quienes se enfrentaron con armas de fuego con la policía municipal de Tlaquepaque.

Del conflicto con las centrales obreras y su férreo control del transporte público surgió en el siguiente sexenio el SISTECOZOME, encargado de otorgar permisos de servicios subrogados de transporte a particulares. Así como la creación de la empresa descentralizada Servicios y Transportes que adquirió las rutas y el equipo que operaban los protegidos de la CROC, lo que debilitó a las organizaciones que mantenían el monopolio.

Sin embargo no logró su propósito de crear una nueva clase política, como lo hicieron en forma destacada Jesús González Gallo y Juan Gil Preciado. Como tampoco intentó crear un grupo caciquil como sus antecesores, aquellos a los que tanto se opuso. De los miembros de su gobierno varios de ellos participaron en los siguientes gobiernos, otros se dedicaron a actividades sociales influyendo positivamente en la vida del Estado. El gobierno se distingue por el gusto y la promoción de la cultura, continuador en alguna manera de las políticas de Agustín Yáñez. Destaca Alfonso de Alba, secretario de gobierno, reconocido por su formación cultural y erudición.

Dentro de los saldos negativos de Flavio Romero queda la destrucción del patrimonio histórico del centro de la ciudad de Guadalajara, en forma destacada la sevillana plaza de toros El Progreso, para construir la Plaza Tapatía en forma de plancha de concreto y complementada de edificios comerciales. También se registraron abusos de las policías Rural, Intermunicipal y Judicial del Estado. Fue asimismo dentro de su período que se consolidó la presencia en Jalisco de los capos del narcotráfico, desplazados del Estado de Sinaloa con la Operación Cóndor del sexenio precedente. 

Flavio Romero de Velasco gobernó del primero de marzo de 1977 al 28 de febrero de 1983. Debemos a las acciones decididas y firmes de su gobierno los cimientos de la vida que ahora vive el Estado, en un serio intento por consolidar una nueva etapa histórica a través de la participación ciudadana, el respeto al voto y una democracia en proceso de consolidación con la alternancia de los partidos políticos.



sábado, 4 de junio de 2011

ALBERTO OROZCO ROMERO





El gobierno de Alberto Orozco Romero ha sido calificado desde diversos ángulos. En tanto algunos observadores lo han tratado como tolerante y suave, otros insisten en que fue un gobierno tibio, que permitió la presencia de grandes intereses que se expresaban mediante la fuerza y aun la violencia. En realidad el gobierno fue víctima de los cacicazgos de esa época que se expresaban sin ninguna limitación y ejercían su poder a través de la presión.



Un elemento de conflicto permanente lo representaba la organización estudiantil de la Universidad de Guadalajara, que permanecía bajo el rígido control de Carlos Ramírez, asesinado durante el período de Orozco Romero en 1975. No se debe dejar de considerar que el grupo tenía aun la fuerza que le había otorgado el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, como la del secretario de la Defensa Nacional Marcelino García Barragán.



El grupo de la familia Zuno por su parte, ejercía influencia en amplios  territorios del estado, quienes con el poder de la Presidencia de la República, imponían presidentes municipales y diputados locales a través de las candidaturas del PRI.

Mantenían el control de la Comisión del Sur bajo el mando de José Guadalupe Zuno Arce, desde la ciudad de Tuxpán Jalisco, entre otros centros de poder. Un factor determinante en el daño al sexenio de Orozco Romero fue el exagerado apoyo que brindó Luis Echeverría a la familia de su esposa.



Otras fuerzas de no menor significancia eran las que representaban las centrales obreras de la CROC y la CTM, cuyo poder era ejercido por Francisco Silva Romero y Heliodoro Hernández Loza. Destaca en la época el crecimiento exagerado de los crímenes violentos y patrimoniales. Sumado a lo anterior el gobierno federal nunca apoyó al local, dejándolo a la deriva entre los intereses y los conflictos.



Como consecuencia de la represión al llamado Frente Estudiantil Revolucionario, se generó la radicalización de dicha corriente, hasta convertirse en un grupo guerrillero de corte terrorista, violento en extremo, tolerado y aun alentado desde la Presidencia de la República. Por otro lado la presencia de las células guerrilleras justificó la creación de grupos paramilitares por las áreas de seguridad, como el protegido por el general Federico Amaya Rodríguez, comandante de la zona militar. Cometieron los grupos represivos innumerables abusos con el uso de la fuerza, brindaban además protección obligatoria mediante la extorsión a las familias adineradas y actuaban con total impunidad dentro de los espacios del crimen organizado.



De Orozco Romero reconocen quienes lo conocieron de cerca, la gentileza de su trato y la sencillez con que se conducía, se le señala como un hombre profundamente humano y su ideología liberal de dejar hacer y dejar pasar fue la norma con la que condujo su gobierno. La liberalidad de la conducta y el respeto hacia la formas de pensar y de actuar de los demás, eran su referencia para la toma de decisiones políticas que para la circunstancias no era lo más apropiado, según sus críticos más severos.



En las últimas entrevistas que concedió a los medios, destacó haber dejado las arcas sanas y con fuertes sumas financieras que soportaron sin problema el arranque de la siguiente administración estatal. Entre las obras de su gobierno destacan la construcción del Colector Central de Drenaje y la ampliación a cuatro carriles de la salida de la carretera Morelia-Barra Navidad.



La obra pública más polémica del sexenio fue la llamada Avenida del Federalismo, que destruyó zonas populares y de fuerte arraigo de la ciudad de Guadalajara y que significó la destrucción del patrimonio de muchas familias y la consiguiente inconformidad. El costo se habría de pagar en las elecciones de mitad de sexenio, especialmente la Presidencia de Guadalajara, en la que el triunfo del PRI fue severamente cuestionado y cuyo candidato Juan Delgado Navarro cargó con el estigma. Por otro lado el PRI perdió los distritos primero y tercero de Guadalajara en manos de Acción Nacional, lo que significó el primer descalabro del partido dominante.



Dentro de los saldos negativos del gobierno, se encuentra la corrupción que apareció en varias áreas de la administración, como fueron las obras y de las que se cuestionó el procedimiento de adjudicación y los beneficios que obtuvieron los funcionarios del área. Otra dependencia exhibida por abusos fue el reclusorio que dirigió un familiar de la esposa del gobernador y que era señalado por cobrar a los internos los privilegios que se les otorgaban, lo que generaba importantes sumas de dinero. Otro escándalo que ensombreció ese gobierno fue la adquisición de los trolebuses para el transporte público, que fueron considerados chatarra.



La corrupción en el Poder Judicial tuvo en ese sexenio una de las etapas más álgidas. La Procuración de Justicia continuó con sus vicios atávicos, con abusos graves en derechos humanos, cometidos por la Policía Judicial. La Policía del Servicio Secreto de Guadalajara, siguió siendo cuestionada por deshonesta y abusiva.

Es el gobierno de Orozco Romero como el de Medina Ascencio, continuador de Juan Gil Preciado en la organización y liderazgo de las estructuras de su partido, por permitir la permanencia de los grupos que venían ejerciendo el poder. La misma estructura y control caciquil de las organizaciones de la Liga de Comunidades Agrarias y el llamado Sector Popular.



Alberto Orozco Romero tomo posesión del gobierno el primero de marzo de 1971 y lo entregó el 28 de febrero de 1977. Se distinguió por la presencia de funcionarios cultos y liberales que le dieron un sello de apertura y tolerancia. Algunos analistas ven a Alberto Orozco Romero, su secretario de gobierno Alberto Rosas Benítez, José Luis Lamadrid Souza y Reyes Rodolfo Flores Zaragoza, quienes participaban apoyando las acciones de gobierno desde los ámbitos federales, como pertenecientes a la escuela liberal de José Cornejo Franco.




sábado, 28 de mayo de 2011

MARGUERITE YOURCENAR





Marguerite Yourcenar novelista y ensayista francesa, nació el 8 de junio de 1903 y falleció el 17 de diciembre de 1987. Con su obra Memorias de Adriano, consiguió ser la primera mujer electa a la Academia Francesa en 1980. La novela se publicó en Francia en 1951 y fue todo un suceso con gran aclamación de la crítica.

En dicha obra Yourcenar recrea la vida y muerte de uno de los más grandes gobernantes del mundo antiguo, el emperador romano Adriano, quien le escribe una larga carta a Marco Aurelio, su sucesor e hijo adoptivo.  El emperador medita su pasado, describiendo sus triunfos y fallas, su amor por Antínoo y su filosofía. Esta novela vino a ser un clásico moderno, un lienzo en el cual se recrea la ficción de la antigüedad.
La escritora publicó también ensayos y poemas, así como sus memorias en varios volúmenes. Vino a Norteamérica huyendo de la Segunda Guerra Mundial y fue aquí donde creó la parte más fecunda de su obra. El primer intento de la obra de Adriano lo realizó de 1924 y 1929, entre los veinte y los veinticinco años de edad y acabó destruyendo todos los manuscritos de esa época. Retomó y abandonó nuevamente el proyecto entre 1934 y 1937. En sus notas Yourcenar dice: “En todo caso, yo era demasiado joven. Hay libros a los que no hay que atreverse hasta no haber cumplido los cuarenta años. Se corre el riesgo antes de haber alcanzado esa edad, de desconocer la existencia de grandes fronteras naturales que separan, de persona a persona, de siglo a siglo, la infinita variedad de seres; o por el contrario, el riesgo de dar demasiada importancia a las simples divisiones administrativas, a los puestos de aduana, o a las garitas de los guardias. Me hicieron falta esos años para aprender a calcular exactamente las distancias entre el emperador y yo”

De Antínoo dice Yourcenar: “Todo lo que podría decirse sobre el temperamento de Antínoo está inscrito en la menor de sus imágenes. Eager and impassionated tenderness, sullen effeminacy, (ardiente y apasionada ternura, sombrío y afeminado). Shelley, con el admirable candor de los poetas, dijo en seis palabras lo esencial, lo que los críticos de arte y los historiadores del siglo XIX no hicieron más que dilatar en declamaciones virtuosas, con mucho de idealización falsa o ambigua”.  

Del personaje, exclama Adriano: “Su presencia era extraordinariamente silenciosa; me siguió en la vida como un animal o como un genio familiar. De un cachorro tenía la infinita capacidad para la alegría y la indolencia, así como el salvajismo y la confianza. Aquel hermoso lebrel ávido de caricias y de órdenes se tendió sobre mi vida. Yo admiraba esa indiferencia casi altanera para todo lo que no fuese su delicia o su culto; en él reemplazaba al desinterés, a la escrupulosidad, a todas las virtudes estudiadas y austeras. Me maravillaba de su dura suavidad, de esa sombría abnegación que comprometía su entero ser”

Sobre el mismo tema continúa Adriano “Los cínicos y los moralistas están de acuerdo en incluir las voluptuosidades del amor entre los goces llamados groseros, entre el placer de beber y el de comer, y a la vez, puesto que están seguros de que podemos pasarnos sin ellas, las declaran menos indispensables que aquellos goces. De un moralista espero cualquier cosa, pero me asombra que un cínico pueda engañarse así”. También afirma “...no se ha engañado la tradición popular que siempre vio en el amor una forma de iniciación, uno de los puntos de contacto de lo secreto y lo sagrado”

De su pensamiento dijo “Yo he administrado el imperio en latín; mi epitafio será inscrito en latín sobre los muros de mi mausoleo a orillas del Tiber; pero he pensado y he vivido en griego” Después dice “Me asombra que tan pocos me hayan odiado; sólo he tenido dos o tres enemigos encarnizados, de los cuales y como siempre yo era en parte responsable. Algunos me amaron, dándome mucho más de lo que tenía derecho a exigir y aun a esperar de ellos; me dieron su muerte, y a veces su vida”.  

Uno de los personajes más cercanos y queridos por Adriano fue la esposa de Trajano, de quien se expresa así: “Y fue entonces cuando surgió el más sabio de mis genios benéficos, en la persona de Plotina. Hacía cerca de veinte años que conocía a la emperatriz. Pertenecíamos al mismo medio; teníamos casi la misma edad. La había visto vivir una existencia tan forzada como la mía y más desprovista de porvenir. Me había sostenido, sin parecer darse cuenta de que lo hacía, en momentos difíciles. Pero su presencia se me hizo indispensable durante los días peligrosos de Antioquía, tal como más adelante me sería indispensable su estima, que conservé hasta su muerte. Me acostumbré a aquella figura de ropajes blancos, los más simples imaginables en una mujer; me habitué a sus silencios, a sus palabras mesuradas que valían siempre por una respuesta, la más clara posible. Su aspecto no chocaba para nada en aquel palacio más antiguo que los esplendores de Roma: aquella hija de advenedizos era harto digna de los Seléucidas”  ….se inclinaba a la filosofía epicúrea, ese lecho angosto pero limpio donde a veces he tendido mi pensamiento” ….Era casta por repugnancia hacia la facilidad, generosa por decisión antes que por naturaleza, prudentemente desconfiada pero pronta a aceptarlo todo de un amigo, aun sus inevitables errores”  …me conoció mejor que nadie; le dejé ver lo que siempre disimulé cuidadosamente ante otros, por ejemplo ciertas secretas cobardías. Quiero creer que por su parte, no me ocultó casi nada. La intimidad de los cuerpos, que jamás existió entre nosotros, fue compensada por el contacto de dos espíritus estrechamente fundidos”

Cuando Atiano, tutor de Adriano tomó la decisión de ejecutar a sus enemigos, éste exclamó: “Atiano había visto bien: el oro virgen del respeto sería demasiado blando sin una cierta aleación de temor. Con el asesinato ocurrió como con la historia del testamento fraguado: las gentes honestas, los corazones virtuosos se rehusaron a considerarme culpable; los cínicos suponían lo peor, pero me admiraban por ello”

Yourcenar desarrolla un paralelismo fascinante con el británico Robert Graves, quien su poderosa y viva imaginación fue capaz de reconstruir toda la grandeza y la miseria de la Roma imperial, con una prosa de enorme belleza que unió la tensión poética con la eficacia narrativa en su magnífica obra: Yo, Claudio. Las intrigas, la depravación, las sangrientas purgas y la crueldad de los reinados de Augusto y Tiberio, que culminaron en la locura de Calígula, y que son narrados con maestría por el novelista historiador. La historia de la antigüedad narrada por Yourcenar a través del emperador  Adriano, es también una narración conmovedora y profunda, la visión del mundo a través de la poesía y el pensamiento.

sábado, 21 de mayo de 2011

FRANCISCO MEDINA ASCENCIO






Es el gobierno de Francisco Medina Ascencio un compendio de los anteriores, por un lado tiene de Agustín Yáñez las características de conservador y católico. Originario del municipio de Arandas de la región de Los Altos, se identifica con su pensamiento, se suma además la concepción económica liberal de otro gobernador de la región, Jesús González Gallo, al promover el crecimiento de la empresa y el empleo a través de la inversión privada.

Sin embargo en el manejo político y partidista se le considera un continuador de las prácticas de Juan Gil Preciado, ya que mantiene intactas las estructuras de control político establecidas por su antecesor. Así la Liga de Comunidades Agrarias y los Comités Regionales Agrarios, que representan la estructura territorial del partido se mantienen intocadas en forma y liderazgos.

Por otro lado la organización del Sector Popular, órgano creado para mantener el control de las clases medias burocráticas y sindicales como los sindicatos de la educación y el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Federación de trabajadores de los Sindicatos del Estado, así como los grupos marginales de las ciudades en crecimiento, continúa bajo los mismos principios.

En el gobierno de Medina Ascencio surgen novedosas y creativas formas de apoyar el crecimiento económico del Estado, por ejemplo se crea un organismo de educación técnica con el afán de apoyar a las empresas con personal calificado, para atender las áreas de producción y diseño productivo, como el hoy conocido como CETI. También se crearon mecanismos de apoyo crediticio para estimular el crecimiento y establecimiento de nuevas empresas.

El gobierno de Medina Ascencio se caracterizó así por una actitud extremadamente religiosa y conservadora en la actuación personal del gobernador y en un promotor de la economía privada y la empresa como productora de empleo, terreno en que resultó ser un visionario en lo que con el tiempo y los cambios políticos del mundo, entre otros la caída del socialismo se convertiría en la única alternativa viable del crecimiento de las sociedades.

Uno de los fenómenos que afectó al gobierno, fue las secuelas del movimiento de 1968, mismo que se convirtió en una lucha entre facciones que se disputaron el control del liderazgo estudiantil de la Universidad de Guadalajara, representando a dos corrientes políticas locales. Tal fue el caso de la llamada Federación de Estudiantes de Guadalajara que dirigía Carlos Ramírez Ladewig hijo del exgobernador Margarito  Ramírez Miranda y la facción denominada Frente Estudiantil Revolucionario, con origen en algunos miembros de la familia del exgobernador  José Guadalupe Zuno, fortalecidos a partir de la candidatura de Luis Echeverría Alvarez a la Presidencia de la República en 1969.

El gobierno de Medina Ascencio hizo grandes esfuerzos por conciliar las fuerzas en pugna, realizando un permanente trabajo a través de la subsecretaría de gobierno. Sin embargo no obtuvo resultados para suavizar las posiciones de los grupos. Realmente el resultado fue la radicalización de las fuerzas, traducido en enfrentamientos violentos, que generaron heridos y muertos hasta la pacificación forzada del grupo rebelde.

La efervescencia política estudiantil fue alimentada de un fuerte movimiento de rebeldía juvenil, que el gobierno interpretó como pandillerismo y que fue atacado en todas sus manifestaciones con dureza, incluyendo reformas al Código Penal del Estado para reducir la edad de imputabilidad penal, lo que se interpretó como represión juvenil, sin atender a los orígenes de dicha conducta.

Al final el gobierno apoyó con los órganos de procuración de justicia y policiacos a la Federación de Estudiantes y entre otros actos demolió la llamada Casa del Estudiante ubicada en el Jardín de San Francisco , que había sido creada en los tiempos del FESO, dentro del populismo estudiantil promovido por Lázaro Cárdenas. El lugar fue arrebatado a las huestes de la Federación de Estudiantes por el grupo rebelde del Frente Estudiantil, desde donde se ejercía el liderazgo y control de mando de dicho movimiento.

En lo que se refiere a la administración pública, se señalaron en su período los negocios que realizaron funcionarios públicos con la urbanización de la zona sur y poniente de la ciudad de Guadalajara, que logró en ese momento un crecimiento importante con la creación de nuevos fraccionamientos habitacionales y zonas comerciales.

Los funcionarios más destacados de Medina Ascencio fueron su secretario general de gobierno, Arnulfo Hernández Orozco, Marcos Arias Gama subsecretario de gobierno y el economista Juan Delgado Navarro, quien fue alcalde de Guadalajara en 1974 mediante un cuestionado proceso electoral.

El periodo de Francisco Medina Ascencio inició el primero de marzo de 1965 y terminó el 28 de febrero de 1971. Fue Regidor del Ayuntamiento de Guadalajara en el periodo de alcalde de Juan Gil Preciado y Presidente Municipal de 1962 a 1964. Sus primeros nombramientos los tuvo con Yáñez en Pensiones del Estado y el Departamento de Economía. En la distancia aparece el gobierno de Medina Ascencio como sobrio y equilibrado, sujeto a fuertes tensiones por los poderosos grupos políticos que intervenían en la vida pública del Estado. 


sábado, 7 de mayo de 2011

JOHN DOS PASSOS




Paraleo 42 fue escrita en 1930 y forma parte junto a 1919 y El gran dinero, de la trilogía U.S.A., que John Dos Passos concibió en la plenitud de su talento como vasto fresco de la realidad norteamericana, entre principios de siglo y la Gran Depresión. La estructura de la novela, en la que se superponen las vidas de numerosos personajes, el monólogo interior del autor y unos noticiarios que funcionan como “voz de la actualidad”, hizo afirmar a Jean Paul Sartre que Dos Passos era el único escritor contemporáneo de aliento tolstoiano. Y en efecto, el libro sigue siendo un ejemplo de equilibrio entre experimentación formal y voluntad abarcadora.

Las tormentas han constituido un tema permanente de atención para todas las investigaciones meteorológicas americanas, y las hipótesis relacionadas con sus leyes han sido fuente de una labor constante. Algunas de esas hipótesis, en particular las vinculadas a la manifestación exterior y los rasgos generales, pueden considerarse de muy feliz elaboración. Los fenómenos corrientes se producen con tanta frecuencia e intensidad que las condiciones no pueden resultar extrañas ni siquiera al observador más inexperto.

Digamos que las mencionadas tormentas evolucionan sobre tres trayectos o recorridos, desde las Montañas Rocosas al Océano Atlántico, y que su punto neurálgico corresponde aproximadamente al paralelo 42 de latitud norte; todo fenómeno de allí emanado se dirige hacia el Este a una velocidad no inferior a los treinta kilómetros por hora, que es de cuarenta y cinco o sesenta en invierno o bien cuando soplan vientos fuertes del Oeste, digamos así que dichas tormentas son las protagonistas de la historia.

Por su parte Manhattan Transfer es un fresco de la sociedad neoyorkina. Ahí aparecen los personajes que pueblan la ciudad, incluyendo por supuesto los inmigrantes. Pasan por sus páginas lo mismo irlandeses que judíos, italianos que latinos. El mosaico de lenguajes y etnias va dibujando una ciudad cosmopolita en la que se mezclan el sufrimiento y la frustración de los desheredados con las superficialidades de las clases privilegiadas.

La descripción poética se desgrana sobre la ciudad: “El crepúsculo redondea suavemente los duros ángulos de las calles. La oscuridad pesa sobre la humeante ciudad de asfalto, funde los marcos de las ventanas, los anuncios, las chimeneas, los tanques de agua, los ventiladores, las escaleras de incendios, las molduras, los ornamentos, los festones, los ojos, las manos, las corbatas, en enormes bloques negros. Bajo la presión cada vez más fuerte de la noche, las ventanas escurren chorros de luz, los arcos voltaicos derraman leche brillante. La noche comprime los sombríos bloques de casas hasta hacerles gotear luces rojas, amarillas, verdes, en las calles donde resuenan millones de pisadas. La luz chorrea de los letreros que hay en los tejados, gira vertiginosamente entre las ruedas, colorea toneladas de cielo.” Una ciudad convertida en metáfora.

Los personajes de la novela transbordan de tren en la estación Manhattan Transfer y al hablar, al caminar, el lector va conociendo sus pensamientos, sus angustias, sus temores. Ahí se les ve paso a paso, al ritmo que nos marca el narrador que no quiere endilgarnos sorpresas desagradables. Se va perfilando el parricida, que camina incansable por la ciudad aparentemente en busca de trabajo cuando en realidad lo que desea es acallar su conciencia. Lo encontramos al final del primero capítulo al borde del puente, desde donde acabará lanzándose para acallar la voz interior: “El sol se levanta por detrás de Brooklyn. Las ventanas de Manhattan se incendian. Bud se echa bruscamente hacia adelante, resbala, se queda colgado de una mano con el sol en los ojos. El grito se ahoga en su garganta al caer.”

Otros personajes que cruzan las páginas de la novela son Hellen atractiva actriz de teatro que vive en una constante contradicción, sin encontrar la verdadera razón para vivir. El homosexual que expresa toda su angustia y su afán suicida a quien lo escucha casualmente. Gus, lechero convertido en empresario después de ser atropellado e indemnizado por la compañía de trenes. El antiguo corredor de la Bolsa viviendo en la miseria. Quiebras, suicidios, tragedias, bajo la sombra de la depresión económica  y el protagonista Jimmy Herf reportero del Times, de origen privilegiado y cuya vida es una búsqueda permanente, personaje central de la narración abandonando la ciudad.

Aparece como telón de fondo la guerra y sus estragos, las luchas anarquistas, los síntomas del colapso económico y el jazz. Todo envuelto en la concepción del existencialismo, nueva filosofía que acompaña al mundo a la segunda guerra mundial y que habrán de generar todos esos factores, una de las épocas más ricas de las artes, especialmente la literatura.

Nació Dos Passos en Chicago en 1896. En su adolescencia estudió en Inglaterra y viajó por Bélgica y México. En 1916 se graduó en la Universidad de Harvard, en la rama del arte. Marchó a España a estudiar arquitectura, y ahí le sorprendió la Primera Guerra Mundial. Se trasladó a Francia y luego a Italia, donde fue miembro voluntario del servicio de ambulancias. Al entrar los EEUU en el conflicto, se integró al Cuerpo Médico del ejército. Participó en las movilizaciones contrarias al proceso y ejecución de Sacco y Vanzetti y fue encarcelado por ello. Al estallar la Guerra Civil regresó a España y luchó en pro de la causa republicana. Sostuvo una posición activa contra el nazismo y, finalizada la Segunda Guerra Mundial, trabajó como periodista en el juicio de Nuremberg. Tuvo problemas durante el maccarthysmo, pese a lo cual se mantuvo activo como escritor hasta edad avanzada. Murió en Baltimore en 1970.

sábado, 30 de abril de 2011

JUAN GIL PRECIADO







Es el gobierno de Juan Gil uno de los referentes del siglo veinte, se le reconoce como el último formador de una corriente política. Muchos de quienes trabajaron en su gobierno permanecieron en la escena pública hasta que el PRI perdió el control del Estado.

Cuando menos su influencia se manifiesta en la continuidad de programas y organizaciones durante dos sexenios posteriores al suyo, como fueron el de Francisco Medina Ascencio y Alberto Orozco Romero. Lo mismo influyó en el partido oficial y sus sectores como en los puestos de representación popular. También aparecen personajes ligados al profesor en el Poder Judicial y con mayor razón en el Poder Ejecutivo.

Con Gil Preciado es la consolidación del partido oficial, que a partir de su gobierno se convierte en un partido dominante con presencia masiva, aun cuando el origen viene de Miguel Alemán. Un partido invencible hasta el año de 1995 en que entró en su etapa definitiva de decadencia.

Sus liderazgos se manifiestan en todos los segmentos sociales así como en todas las regiones, así se incorporan definitivamente los profesionistas, como los líderes agrarios, creando fuerzas consolidadas en todos los rincones y poblaciones. Liderazgos que con el tiempo se habrían de convertir en cacicazgos y que enfrentó Flavio Romero de Velazco en su candidatura para gobernador en 1977.
La experiencia de haber sido presidente del Comité Estatal del PRI permitió a Gil Preciado consolidar desde el gobierno las corrientes que se perfilaron desde el partido. Personajes cercanos a él fueron los líderes de los sectores popular y agrario, creando las fuerzas que habrían de definir los gobiernos futuros a través de elecciones dominadas por el partido, consolidando fuerzas regionales agrarias y segmentos sociales con origen en la clase media. En su periodo de gobierno se consolidó también el PRI como un partido de estructura territorial, con los llamados Comités Regionales Agrarios coordinados por la Liga de Comunidades Agrarias y a partir de los que se ejerció un férreo control de los liderazgos rurales del Estado.

Es su periodo también de consolidación del Sector Popular, con la incorporación de personajes importantes del mundo de los profesionales, especialmente doctores y profesores, así como de comerciantes. En general se crearon los liderazgos de la clase media, que en los siguientes años decidieron y dirigieron la política, por lo que se le reconoce su habilidad para crear una nueva generación de políticos.

Juan Gil Preciado tomó posesión del gobierno el primero de marzo de 1959 y lo dejó el treinta de noviembre de 1964 para incorporarse como Secretario de Agricultura y Ganadería al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Lugar en el que como el caso de Agustín Yáñez fue criticado por no haberse inconformado ante los hechos violentos de mil novecientos sesenta y ocho.

Su gobierno tuvo brillo especial por el trato deferente que en su momento le otorgó el presidente de la República Adolfo López Mateos, que con su formación cultural cercana a los contemporáneos y el imán de su presencia prestó aura y brillo personal al gobernador de Jalisco. 

Juan Gil Preciado fue reconocido por su identificación con las causas liberales contrastando con los gobiernos anteriores, a partir de él se logró el fortalecimiento de esos organismos en el Estado. Algunos comentaristas sostienen que participó activamente en el movimiento de lucha contra la Iglesia Católica encabezado por Tomás Garrido Canabal, gobernador de Tabasco. Incluso se le señaló como simpatizante del movimiento conocido como de los Camisas Rojas. Se le considera continuador de las corrientes liberales además, porque cerca de él actuaron personajes ligados a la izquierda de la Universidad de Guadalajara, como es el caso de Raúl Padilla Gutiérrez, quien había sido líder en el Frente Estudiantil Socialista de Occidente con Natalio Vázquez Pallares.

No fue ajeno su gobierno a los escándalos de corrupción y al uso discrecional de los recursos públicos, entre otros desde la Tesorería del Estado. Se le señalaron también abusos en la obra pública y de beneficiar desde la función pública a los miembros de su grupo y amigos cercanos.

De su familia participaron en la función pública sus hijos Juan y Arturo Gil Elizondo. Durante el tormentoso gobierno de Guillermo Cosío Vidaurri y el interinato de  Carlos Rivera Aceves, Gil Preciado fue un factor importante de influencia y estabilización. Antes de ser gobernador fue Presidente Municipal de Guadalajara en el trienio de 1956 a 1958, fue además diputado.

Se considera que dentro de su gobierno dio inicio desde la Secretaría General de Gobierno el proceso degenerativo del Poder Judicial, al imponer magistrados, jueces y todo tipo de funcionarios. Costumbre que continuó en los siguientes gobiernos y acabó por convertirlo en presa de los grupos de interés, que actúan en los tribunales y en el Consejo de la Judicatura para imponer a incondicionales, pervirtiendo la impartición de Justicia.

Un personaje que habría de traspasar los sexenios y convertirse en un emblema de esa corriente es Guillermo Cosío Vidaurri, quien después de ejercer importantes puestos a nivel federal regresó como candidato y posteriormente como gobernador del Estado, teniendo diversas dificultades a contracorriente de todas las expectativas que despertó en su momento. Tuvo que dejar el gobierno a un gobernador interino, raíz de una serie de desafortunados eventos. Fueron esos los últimos gobiernos del PRI, iniciando a partir de ellos la transición del poder hacia el Partido de Acción Nacional con Alberto Cárdenas.

sábado, 23 de abril de 2011

HENRY MILLER




Releer a Miller es recuperar una vivencia excepcional, recordar cómo se asumió la vida en determinada época, cuando se tuvo conciencia de que había escritores que entendían el mundo con autenticidad y desparpajo. Alejados de los convencionalismos que ahogan y de las actitudes hipócritas de una mal entendida concepción religiosa o si se quiere moral.



La moralina bajo la que han vivido las sociedades construidas bajo concepciones judeocristianas, ya sea de inspiración luterana o tradición católica, lleva a las sociedades a adoptar una actitud francamente simulada y lo que es peor bajo sentimientos de culpabilidad de lo que se ha asumido como pecado y que a final de cuentas bajo la lupa del hombre como ente surgido de la naturaleza, solamente es la represión de las manifestaciones naturales o instintivas.



Cuando se lee por primer vez a Miller se queda estupefacto y desconcertado, es difícil creer que haya alguien que asuma la vida con tal naturalidad, así como las intenciones más escondidas afloran con tanta espontaneidad, aunque se dude de la realidad que plantea el autor, como sería encontrar a mujeres que asuman con tanta facilidad el mundo de los instintos. No es fácil creer que a flor de piel encontremos la vida sexual como nos la plantea. Pero si hemos de aceptar que puede haber personajes como el que él mismo asume, hemos de creer en sus narraciones.



Desmesurado y torrencial, continúa Miller entre las cumbres literarias de un tiempo excepcionalmente rico en obras y autores, alimentado de una época estresada y llena de tensiones. La vitalidad sincera y brutal de Henry Miller no repara en obstáculos, los tabúes y convenciones son destrozadas bajo un alud que las páginas de sus obran precipitan sobre el lector.



A medio camino entre la autografía y la mitomanía, entre la invención desbocada y los hechos reales, la obra fue un escándalo en su época. Tal vez no lo sea ya, pero conserva intacta la virtud de indignar, de conmover, e incluso de divertir, en un grado que pocos autores han podido transmitir a sus obras. Como dice el propio autor “Cuando el sexo ríe, un terremoto sacude el mundo, estremece el edificio de la Bolsa, y derrumba sin remisión los templos.”



Henry Miller nació el 26 de diciembre de 1891 en Brooklyn, Nueva York. Allí estudió y trabajó en el Ayuntamiento, en una fábrica de cemento y en una compañía de telégrafos. Viajó a París en 1930, para dedicarse exclusivamente a escribir, regresando a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.



Asume su narración con la intensidad de que es capaz un hombre que trata de liberarse de todas las ataduras convencionales. En el camino escandaliza a una sociedad puritana y mojigata que trata de ignorar aquello que va contra lo que pregona públicamente. El mérito mayor de Miller es quizá ese afán provocador, esa rebeldía que carga contra la sociedad que lo creo.



Sus recuerdos de infancia en la ciudad donde creció caminan desde un remordimiento hasta la burla ácida a su familia. No hay consideraciones para nadie, menos para él mismo. Todos son parte de una mirada sin tolerancia, con un dejo de amargura. Con el tiempo se ha convertido en un ícono de quienes buscan la autenticidad, la originalidad de las ideas a costa de ser considerados rebeldes de su propia sociedad.



En el prólogo de una de sus obras, Trópico de Capricornio, escrita hacia 1938, hace una introducción a la Historia de mis desventuras: “Muchas veces el ejemplo es más eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aun estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.”



Su poesía brota con azoro: “Vuelvo a sacar la cabeza para mirar el sol: mi primera mirada plena. Está rojo como la sangre y los hombres caminan por los tejados. Todo lo que hay por encima del horizonte está claro para mí. Es como el domingo de Pascua. La muerte está detrás de mí y el nacimiento también. Ahora a vivir entre las enfermedades de la vida. Voy a vivir la vida espiritual del pigmeo, la vida secreta del hombrecillo en la soledad del bosque. Lo exterior y lo interior han intercambiado sus lugares. El equilibrio ya no es la meta: hay que destruir los platillos. Déjame oírte prometer otra vez todos esos tesoros solares que llevas dentro de ti. Déjame intentar creer por un día, mientras permanezco al aire libre, que el sol trae buenas noticias. Déjame pudrirme en el esplendor mientras el sol estalla en tu matriz. Creo todas tus mentiras implícitamente. Te considero la personificación del mal, la destructora del alma, la maharaní de la noche. Clava tu matriz en mi pared para que pueda recordarte. Debemos irnos. Mañana, mañana…” Así cierra uno de los capítulos más importantes de su obra.



Miller es a pesar de todo un intento permanente de búsqueda en un doble sentido. Por un lado descubre una nueva manera de abordar la vida y su complejidad, en la descripción literal de sus aventuras y pensamientos. Por el otro es el intento de acercarse a una realidad personal que se le escapa de entre las manos, la del abordaje permanente de los instintos naturales, por encima de la domesticación del hombre moderno.