Para
los habitantes de Jalisco la preocupación es el sentimiento dominante que les
genera la conducta de quienes han designado para que administren su patrimonio
social. Lo asumen como un castigo inmerecido de alguna desconocida divinidad.
La irritación y frustración no les permite entender porque quienes han
designado sus apoderados no pueden ejercer
la función para la que fueron nombrados.
Descargan
su furia en los gobernantes de los municipios de Movimiento Ciudadano, lapidándolos
como vulgares pecadores islamitas y hacen escarnio de sus defectos más
evidentes, la torpeza, el populismo y la rapacidad. Es inmensa la irritación que
les provocan porque creyeron en la honradez y eficiencia que
vendieron, una mascarada.
Los
gobiernos y líderes de otros partidos no escapan a la molestia e irritación que invade a quienes se sienten ofendidos por la vulgaridad, superficialidad y cinismo
de que hacen gala. Se sienten molestos ante los funcionarios del gobierno federal,
que un día dicen que van contra la corrupción y al siguiente están protegiendo
a sus congéneres menos presentables.
O
que decir del gobierno estatal a quien le han demostrado de distintas maneras
sobre todo electorales, la inconformidad con la forma en que gobiernan, así como su irresponsabilidad
y corruptelas. Tercos en mantener como funcionarios a personajes señalados por
su deshonestidad en la administración de recursos públicos y el ejercicio
de la función pública.
En
el desfase entre quienes se asumen gobernantes y los que habitan el estado, en
una notoria ausencia de conexión, lleva a quienes pretenden candidaturas de los
partidos políticos a actuar como si estuvieran en un universo paralelo de
paradojas. Los de Movimiento Ciudadano simulan que no se dan cuenta que no
los quieren, los del PRI con su cultura de subordinación a quien ejerce la
jefatura de gobierno esperan que les den la tan valorada línea, y quienes ejercen
las decisiones solo entreabren las puertas para que accedan sus protegidos y cómplices.
Por
otro lado en una degradada clase empresarial líderes de medio pelo sueñan con
administrar el Estado, en tanto cortejan a quien suponen habrá de tomar las
decisiones en el PRI, y aquel con enorme indolencia acepta el cortejo de su
nuevos adoradores.
En
tanto los personajes que ansían ser considerados en las candidaturas futuras
son menospreciados por sus partidos, un joven entre inocente y audaz avanza con
su vestido de independiente, con evidente honestidad en su actuar personal y
público, se posiciona en el ánimo de una sociedad frustrada y exigente. Pedro
Kumamoto logró una diputación local en uno de los distritos con ciudadanos más
demandantes del estado y ahora aparece en una posición privilegiada para la presidencia
municipal de Zapopan. Es de esperar que en el corto plazo aparezca como una
opción al Gobierno del Estado, sustituyendo a aquellos que no hace mucho
gozaban de la simpatía de los electores, los líderes de Movimiento Ciudadano.
Es
predecible también que los intereses y corrientes que sienten que se les cae el
proyecto del partido naranja, encuentren en el joven diputado el sustituto para
obtener el control de los recursos y la proyección que
sus ambiciones buscan. No es exagerado considerar que en unos meses se coloque
Kumamoto a la cabeza de quienes pretenden obtener el triunfo electoral en 2018,
posición además merecida por un joven que se mantiene discreto y coherente en sus
pretensiones políticas. Tiene además a su favor que los electores de menos de
cincuenta años conforman el setenta por ciento de la Lista Nominal.
Es
cierto que habrá segmentos de electores
que dudarán ante su inexperiencia y la ausencia de una formación sólida en la
administración pública, pero ante la pobreza de resultados de los actuales
gobiernos será una propuesta atractiva, que cuando menos venderá un gobierno honesto aun a costa de la eficiencia que podrían brindar profesionales.
Lo
que no se ha valorado por los interesados es que la salida a este laberinto
es la democracia, permitir que desde las bases surja la organización de la
sociedad. Que en los procesos predomine la evaluación de nuevas alternativas y
personas, que sean escogidas por los propios ciudadanos las mejores personas,
en procesos activos y transparentes, de ser necesario al margen de los partidos
políticos.
De
paso diremos que una manera de superar las ventajas que ofertan los partidos
políticos de crear propuestas integrales y articuladas, la sociedad puede crearlas
con dichas características, nada más mediante un proceso en el
que se pruebe la capacidad y conducta de los potenciales candidatos. Esto
podría generar la creación de liderazgos frescos e independientes, que sin
contaminación desarrollen administraciones eficientes.
En
la medida que avancen las candidaturas independientes, el mito de los partidos desaparecerá,
puesto que un movimiento por ejemplo de un municipio, podrá construir sus
procesos de registro de candidaturas no solamente de presidente municipal, sino
de candidatos a diputados de los distritos que contenga dicho municipio. Se deben
generar símiles de partidos municipales al tiempo que se realizan alianzas
entre corrientes y grupos de distintos tamaños, intereses y aspiraciones.
La
indefinición del PRI y la indecisión de sus aspirantes los hace perder valioso
tiempo, en tanto que la dramática caída de Movimiento Ciudadano deja vacíos por cubrir. Algunos esperan pacientemente a que les
digan que hacer, otros se muestran angustiados por la probable aparición de
nuevas propuestas independientes.
El
PAN por su parte sigue empantanado entre complejos de culpa y purgas internas. No
logran encontrar los cirujanos que les amputen los miembros gangrenados. Otros
están ansiosos por emigrar a partidos alternos que les permitan hacer negocios fabulosos que desaparecieron
con Emilio González.
Y los
electores observan entre impacientes y desconcertados la torpeza, la simulación
y el cinismo de quienes pretenden seguir administrando la vida de un Estado,
sacrificado por una generación egoísta y depredadora.
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